viernes, 21 de enero de 2011

Motines a bordo

La prensa alemana amaneció ayer con el titular: "Motín en el Gorch Fock". Parece una película de piratas, o de otros tiempos de navegantes, pero estamos hablando del barco de entrenamiento de la marina alemana, donde jóvenes cadetes realizan su aprendizaje. Hace dos meses murió una soldado al caerse del puesto de vigilancia de lo más alto. Más no trascendió entonces de la noticia. Pero el encargado de defensa de los liberales, el FDP, ha enviado una carta al Ministerio de Defensa en la que habla del motín que parece que se sucedió tras la muerte de la futura oficial. Muchos cadetes se negaron a continuar con su trabajo, y algunos dicen que se les obligó contra su voluntad, y a incluso uno que tiene vértigo se le obligó a subirse al mástil más alto. No está claro lo que ocurrió, si el motín fue tal, pero se amenazó a los soldados con expulsarlos de la marina y devolverlos a sus casas. Y hay una denuncia también de acoso sexual a un soldado por aclarar, en el mismo barco.

A comienzos de esta misma semana se ha dado a conocer también la noticia de que familias de soldados estacionados en Afganistán habían recibido cartas abiertas o vacías, en algo por lo que desde luego habrá que dar explicaciones. ¿Es posible que las cartas que envían los soldados a sus familias sufran esa censura? Cabe preguntarse también por el contenido de las mismas, si la situación en Afganistán es mucho peor de la que nos pintan.

Y antes de Navidad murió un soldado en Afganistan, por un accidente ocurrido mientras limpiaba su arma. Pero parece que se ignoró un informe que decía que murió por un disparo de la pistola de un compañero que estaba jugando con ella. Y esta semana también ha salido a la luz el asunto.

Los tres escándalos se juntan en la misma semana, en lo que parece un motín contra el ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, uno de los más populares del gabinete de Angela Merkel por ser el de más glamour, por proceder de familia aristócrata bávara y, a sus 39 años, perfilarse en la CDU como posible candidato a la cancillería, acompañado además por su bella y joven mujer descendiente nada menos que de Bismarck (tataranieta), y cuyas incursiones televisivas a la caza de pederastas están dando que hablar en Alemania, además de su visita junto a su marido a las tropas en Afganistán antes de Navidad, por lo que fueron muy criticados ambos, pues era una visita del ministro en la que la mujer no pintaba nada (¿figurar como una posible futura esposa de canciller?). Se armó una buena por eso.

Mucho hay que aclarar por tanto motín y encubrimiento, y el ministro ha dicho esta mañana en televisión que de un cuarto millón de soldados que hay, se trata de casos aislados. Sí, comparando con la cifra total sí, pero no puede ser que las cartas de los soldados se censuren, y que ocurran cosas dudosas, que son accidentes, seguro, pero que se tapen, y acaben por ser descubiertas por filtros de la prensa o cartas. El asunto seguirá, no cabe duda, y esperemos que no con más casos encubiertos hasta ahora.

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