jueves, 12 de enero de 2017

Comienzo por la página 11

El año que terminó se quedó con muchas páginas en blanco. No en mi vida, sino en este blog. En realidad mi año tuvo demasiadas páginas y acabó como uno de esos cuadernos a los que les incorporamos hojas sueltas en exceso y terminan por rebosar. Mi año rebosó y fue un año muy activo en todos los sentidos, algo que considero muy positivo. Mucho trabajo, muchas experiencias, buenas y malas, como cada año, y demasiadas cosas por resolver. Pocas horas de sueño en algunas temporadas.Y hubo rachas en las que salían cosas, llamémoslas "absorbentes de tiempo", sin dar tregua. Pero el balance es muy positivo y espero tener otro año así o mejor. Por eso ruego disculpas a los que miran el blog con regularidad "por si por fin ésta hubiera vuelto a escribir algo" y les pido paciencia. No quiero cerrar este blog, porque me gusta, pero sinceramente hay muchos días en los que ni pienso en él. No sé si eso será bueno o malo, pero como cerrarlo no quiero,aquí estoy.

Ya se han vuelto ha llenar 12 páginas de este año nuevo, y el calendario sigue su marcha. Ayer se inauguró la Filarmónica de Hamburgo y parece que fue ayer, en 2002 (!) cuando comenzaron a hacerla. Tenía que haber estado terminada hace 7 años y ahora tenemos yo y todos los hamburgueses 780 millones de euros menos [... que se prepare el aeropuerto de Berlín en obras, del que nadie habla ya]. De dónde habremos sacado tanto millón, me pregunto. Pero no hay más que ver el estado de algunas escuelas, la falta de profesorado, y lo poco importante que somos algunos del ámbito estatal de la enseñanza, como para comprenderlo, por mencionar tan sólo un aspecto. 

Eso sí, ha quedado preciosa. Impresionante. El edificio es bellísimo, en mi opinión: una mezcla de una base de ladrillo, que conserva la estructura de un antiguo almacén del puerto, con una cubierta de cristal, con picos irregulares hacia arriba y laterales haciendo ondas con muchas ventanas. Desde noviembre se puede visitar lo que llaman la Plaza y darse un paseo por el edificio y admirar las vistas hacia la ciudad y el puerto. 

El tiempo dirá si la inversión ha merecido la pena. Ahora muchos críticos, como yo, estamos encandilados con el resultado, pero ayer me tuve que repetir la cifra varias veces para darme cuenta lo que significa. Hace poco estuve en León y pude admirar la catedral, con esas vidrieras tan maravillosas, y ésa la hicieron en tan sólo 50 años. No es nada, pienso, considerando los medios que tenían. Pero la situación es igual: no creo que a mucha gente le hiciera gracia ver otra ostentación más del poder de la iglesia cuando la mayoría pasaba hambre y penalidades. No es la situación de Hamburgo, con mis respetos a los que tienen problemas de verdad, pero sí que hay muchas necesidades que se van a quedar sin ayudas. 

Pero a mí se me pusieron los pelos como escarpias escuchando los cánticos acompañados por la orquesta tocando la Novena Sinfonía de Beethoven, para los analfabetos musicales como yo, la "Canción de la alegría". Iba a decir que los alemanes, cuando hacen algo lo hacen bien, pero viendo lo mal que se ha hecho la Filarmónica, pasando de un presupuesto inicial de 100 millones a casi 700 más, suena chistoso... Apenas se nota el cambio de presupuesto, ¿no?, y la chapuza que hubo, con 3 años con las obras paradas por pleitos y batallas, pero no obstante lo digo: los alemanes cuando hacen algo lo hacen bien. No había más que ver ayer las imágenes en la tele y escuchar a la gente que, viendo el resultado, ha hecho las paces con tal obra faraónica. Ahí se la dejamos los hamburgueses a la posteridad. Cuídenla y disfrútenla, que nos ha costado mucho, en todos los sentidos...