lunes, 31 de diciembre de 2012

Por un 2013 mejor

Ahora sí que se termina el año. Apenas queda una hora y pico. Ya tengo las uvas preparadas y los Berliner comprados. Nochevieja fusión, como lo es mi vida. Eso quiere decir que tras comer las uvas tiraremos los petardos pertinentes (yo ni uno, pero mis hijas sí), y luego nos comeremos los Berliner, unos bollos rellenos de mermelada de frutas o de otros sabores, que hay todo el año pero que en Nochevieja se consumen como las 12 uvas, a granel. He visto a gente comerse más de uno tras la cena de fin de año.

Hoy el centro de Hamburgo estaba que parecía antes de Nochebuena y de haber dado los regalos y no después. Y eso que Merkel ha dicho esta tarde en el mensaje de fin de año que 2013 va a ser un año difícil. Ha pedido a los alemanes paciencia y comprensión. A muchos se les van a atragantar los Berliner de pensarlo. Pero mientras, en Berlin hay un millón de personas celebrando delante de la Puerta de Brandemburgo. En mi barrio suenan los petardos y fuegos artificiales caseros ya sin pausa. Me vuelve a sorprender un año más que en un país de tantas normas se permita este desenfreno de fuegos y petardos de todo tipo.. Se venden del 29 al 31 de diciembre y en teoría solo se pueden tirar hoy pero desde su venta el sábado se oyen.

Este año que termina ha sido duro para muchos y me temo que el que empieza no va a ser mejor. Pero ahora es el momento de desear que lo sea. Eso es fácil: desearlo al menos. Yo me he puesto las bragas y el sujetador rojos, por si fuera por eso.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Otra fracturita

Se puede terminar el año con la misma sensación de cuando se empezó. Mi hija pequeña se ha fracturado hoy la muñeca patinando sobre hielo. Yo no patino, ni en seco ni en hielo, y mi vena histérica de madre española que ve peligros por todas partes, me hizo pensar hoy, cuando se fueron mis hijas a patinar con su padre hoy: "que no pase nada, que mañana es Nochevieja, y nos queda una semana de vacaciones". Pues pasó, y a mí casi me da el penterre habitual en estos casos; digo habitual porque no es la primera vez que la víctima se rompe algo, y en muy mal momento (y cuándo es bueno, pero la otra ocasión fue cuando empezó primaria), y en mi familia llevamos unos años de huesos rotos, ahora que caigo siempre en vacaciones todos; será que nos relajamos demasiado.

En vacaciones no se ha de bajar la guardia, es la primera conclusión que saco. La segunda es que no gano para sustos, y que mi frase favorita según mis hijas, el "a mí me va dar algo", sigue vigente en todo momento. La tercera es la que me dijo mi hija mayor al verme muda y bajo shock cuando volvieron y se fueron al hospital: "mamá, no es para tanto, podría ser peor". Sí, evidentemente, siempre puede ser peor, y no voy a hablar de todos los hipotéticos "podría haberse hecho esto y lo otro" pues a mí con lo que ha pasado ya me basta; me conformo con poco para un soponcio. La cuarta conclusión es que no está mal ser una histérica como yo: yo nunca me voy a romper nada ni en bici, ni en patinete, ni patinando, ni en esquís, ni en trineo, porque me niego a subirme a nada. Me puedo caer andando, obviamente, pero entonces no le podré echar la culpa a ningún cachivache, sino a mi torpeza, y eso va mejor con los histéricos como yo. No necesitamos la aventura.

Ser padres es una carrera de fondo, con sustos hasta la eternidad. Si no que se lo pregunten a mis padres, que no ganan para sustos con sus hijos mayores también, y ahí están, tan panchos, diría yo, pues a pesar de todo, eso parece, aunque sabemos que no es así. A veces me dicen que no pueden dormir, que se preocupan por mí, y por todos. Les digo que basta con que no duerma yo, que ellos duerman a pierna suelta. Pues eso voy a hacer hoy: darme una sesión de spa casero, ponerme el pijama, ver una película, y descansar. El susto que me he llevado hoy ha sido gordo, en un día en el que había decidido tener un día tranquilo, escribiendo, a mi bola. Pues no, la niña se rompe la muñeca. Los duendes se confabulan para fastidiarme el fin de año, yo, que mañana pensaba ver los fuegos artificiales que tira cualquiera aquí subir al cielo y dar la bienvenida a un año que será mejor, no me cabe duda. Pero no lo van a conseguir ni los duendes ni nadie. Es una declaración de intenciones. Llevo cinco años de sustos y sobresaltos, y el 2013 va a ser mejor. Me lo he propuesto.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Batallas interminables

Estas vacaciones navideñas voy a casi una película al día. He vuelto a ver E.T., en la tele, he visto la última de James Bond (horrorosa; no vuelvo a ver ninguna más de éstas), y hoy he visto "Orgullo y prejuicio", basada en la novela homónima de James Austen. Qué lujo de película y que maravilla de novelas las de esta autora del siglo XVIII. No he leído ninguna, pero me gustaría hacerlo. Le compré a mi hija para Navidad una caja con tres películas basadas en novelas de James Austen, y tras haber visto la primera, hemos decidido por unanimidad que las otras dos caerán estas vacaciones de fin de año todavía. Que ciertas novelas sean clásicos pese a retratar una época en un lugar concreto, es porque incluso 200 años después nos identificamos con ciertos personajes y vivencias humanas. La película recrea ese mundo de mujeres cuya única forma de supervivencia era el matrimonio, simplemente para tener un techo bajo el que resguardarse y asegurarse la existencia. El matrimonio era un seguro de vida y casarse por amor un lujo realizable solo para unos pocos.

Jane Austen murió a los 41 años, sin haberse casado. Al parecer rechazó una proposición de matrimonio, todo un "desperdicio" en la época, como lo hace Elizabeth Bennet en "Orgullo y prejuicio". La película tiene final feliz al terminar la protagonista con su enamorado, pese a las diferencias sociales, pero no se trata de una historia de amor sino de una sutil crítica a la situación de las mujeres entonces como productos apetecibles o no en el mercado del cortejo habitual.

Viendo eso, podemos decir que hemos llegado a mucho las mujeres occidentales hoy día, pero acabo de leer antes que ha muerto la chica que fue violada en un autobús en India a plena luz del día y con gente en el autobús; es otra víctima de los que se creen que las mujeres existen solo para su capricho. Igual de cobardes son los que echan a las chicas esas drogas en las bebidas tras cuya consumición no recuerdan nada, salvo imágenes borrososas y vergüenza en sociedades "modernas" por haber sido violadas y apenas recordarlo.

Ayer hablaba con una amiga de cómo el peso de la educación y la imagen que se espera de nosotras nos condicionan. Es una batalla de siglos, no cabe duda, pero parece que nunca llegaremos.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Fiesta superflua

Qué día más absurdo me parece el 26 de diciembre, como festivo. No sé por qué ni para qué se necesita un segundo día de Navidad. Muchos me contradirán, pero los que no tenemos familia cerca, pasamos este día vegetando en casa, pues poco se puede hacer. Todo el mundo se halla reunido con los suyos, y los que no, se sienten algo aislados. Si encima llueve a mares, como lleva haciendo días seguidos, y estás malo, como yo, la sensación es de que el día es eterno y no se acaba nunca. Si además ves en la tele un tostonazo de película como "Come, reza, ama", que tampoco se acababa nunca, acabas algo confundido pues ese libro fue otro bestseller, y la peli un éxito. Julia Roberts está siempre estupenda, no cabe duda, pero ese papel de mujer que se busca así misma tras un doloroso divorcio en un año sabático en tres lugares diferentes del mundo, Roma, India y Bali, resulta uno de esos que quiere mostrar lo que quiere ver la gente. Poca gente puede darse autoterapia viviendo del cuento un año. Eso sí, las imágenes de la peli son una maravilla, aunque me ha parecido un tostón interminable. Gracias a un atracón de pipas he pasado mejor el rato. En Alemania no se comen pipas, salvo en los panes, y si acaso solo los turcos y yo. Por eso y más debo ser la única que está contenta de que sea ya día 27 de diciembre.

martes, 25 de diciembre de 2012

Puentes navideños

El día de Navidad es un buen día para puentes. ¿Qué tal estos? Son de la ciudad almacén del puerto de Hamburgo, la Speicherstadt, un conjunto de edificios de ladrillo que en su momento fueron una revolución para el almacenaje de mercancias. Construido entre 1885 y 1927, los bombardeos de la II Guerra Mundial lo destruyeron al 50% y posteriormente fue reconstruido. Lo que no hicieron las bombas al cien por cien, casi se encarga de hacerlo la "modernidad" de los años 70, queriendo derribar el complejo para construir otros edificios acordes al estilo de la época. Por suerte la protesta ciudadana fue tal, que no lo consiguieron y desde 1991 es monumento protegido. En 2014 Hamburgo quiere solicitar que los almacenes del puerto sean declarados Patrimonio de la Humanidad. Me encanta pasear por la Speicherstadt, y hoy ha estado fenomenal para el único rato del día en el que ha parado de llover. Por cierto, que acabo de enterarme de que hay 20 puentes allí. Tendré que volver y pasar lista.









lunes, 24 de diciembre de 2012

Esta noche es Nochebuena y mañana se verá

Es Nochebuena y en Navidad lo gordo ya ha pasado. Como se cena pronto, ya hemos hecho la digestión y todo está recogido. Los regalos abiertos. Todos contentos. Desde las dos de la tarde no se oye ni una mosca. Si quieren invadir Alemania, hagánlo a las cinco de la tarde en Nochebuena. Todos están en sus casas, y nadie se entera. Ni Merkel.

La nieve que cayó ayer se ha derretido por completo y ahora llueve. Los que desean Navidades blancas se han llevado un chasco, pero la otra noche hubo un choque en cadena en la autopista con 14 vehículos por el hielo. A esos les habrá encantado el "idilio" blanco, seguro.

De todas formas es raro que en Múnich hayan llegado hoy a 20° C y ayer en la zona de Friburgo estaban también con temperaturas primaverales y no de mercadillos de Navidad. No se han registrado nunca estas temperaturas en estas fechas. Aquí no pasamos de los 8°C, y a mí tras el frío de las últimas semanas me parece casi tropical.

Sea como fuere, el sol brilla por su ausencia en Hamburgo, pues aquí lo del calentamiento global es una quimera, y como ya hemos pasado el solsticio de invierno, al menos los días empezarán a ganar luz día a día, y eso ya es mucho.

Pásenlo bien, donde quiera que estén y con quien estén. Aquí hacemos también lo que podemos.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Efectos secundarios de leer o regalar

Leo que ha habido la primera separación provocada por la trilogía erótica de las "Sombras de Grey". No he leído ninguno de los tres libros, y no creo que los lea. Me falta el tiempo para leer, y tengo una buena lista de libros que considero que tendrán mejor calidad literaria y por tanto tienen prioridad. Pero me gusta leer literatura erótica como a todo el mundo, así que entiendo la histeria por los libros. Y si la mujer que lo ha escrito ha tenido tal éxito, me alegro por ella, pues habrá tocado alguna fibra sensible o habrá dado algo que necesite el mundo, o muchas mujeres.

Pero volviendo al divorcio causado por el libro, una mujer inglesa de la ciudad de la autora de la trilogía, una banquera que gana una pasta, tras leer los libros, trató de animar su vida sexual con su marido. Como este no reaccionaba y encima se enfadó cuando descubrió que tanto ánimo de poner chispa se debía a los libros, presentó una demanda de divorcio, y al reconoder marido su culpa, será un divorcio exprés sin el tiempo pertinente para la separación que es habitual. Tal cual.

Conozco a muchas mujeres que han leído la trilogía, a las que les ha encantado. A algún hombre también. Escribí alguna vez que el sexo ha cambiado mucho, que ya las mujeres se han vuelto exigentes y que muchas maduritas cuarentonas están hartas de que en sus dormitorios no ocurra nada, o que sea siempre los que a ellos les gusta. En ese sentido el libro ha desatado mucha fantasía, que es de lo que se trata en el sexo para la mujer, como yo mantengo siempre. Ni somos tan tiernas, ni tan románticas, ni tan cursis como se dice de nosotras. Y nos va tanto la marcha como a ellos, o incluso más que a algunos.

Hace poco leí una entrevista con el marido de la autora de las sombras de Grey, y me hizo gracia la idea de pensar en cómo se sentirá ese hombre tras la que ha montado su mujer. Todos se preguntan si los libros son el reflejo de la vida en la alcoba de la autora y su marido. Casados desde hace 25 años, él no quiere dar en la entrevista detalles de eso, pero dice no tener nada en común con el protagonista masculino de la novela. Debe resultar desagradable que te mire ahora todo el mundo y piensen que el libro refleja tu vida de pareja. Pero él comenta que muchos hombres están contentísimos del resultado que ha producido el libro en sus mujeres. Y que se alegra de que su mujer haya logrado tanto con su tesón. Eso sí que es cierto. Igualmente que otras obras marcaron un antes y un después para la literatura erótica y la visión del sexo, lo mismo ha logrado esta trilogía, no cabe duda.

Me pregunto cuántos ejemplares se regalarán estas Navidades. Supongo que tantos como tabletas o aparatos multimedia. Ahora leo también que los pequeños y grandes comercios de Hamburgo no están satisfechos con el volumen de compras navideñas. Esperaban más, dicen. No entiendo qué esperan. Las tiendas y el centro estaban a rebosar. Vuelvo a repetir que en Alemania crece la gente cuyo poder adquisitivo disminuye. Y los mismos de siempre son los que consumen con desenfreno. También he leído estos días sobre librerías en quiebra. Una de las más grandes de Hamburgo y de Alemania, está en peligro también, y viendo las colas, me pregunto también si eso puede ser cierto. Desde luego que la trilogía de Grey ha hecho mucho por el mundo editorial. También por la venta de juguetes eróticos... No son quizá los regalos más apropiados para poner bajo el árbol en familia, pero sí los de más chispa en algún momento más discreto. Y en los tiempos que corren, que no nos quiten algo tan valioso como la sal y la pimienta, y si para eso hay que leer la trilogía, léanla y cuéntenme. Si algún día la leo, no se librarán de oír mi opinión.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Pasen la hoja del calendario

Al ver estos días el gentío en el supermercado, en el centro comercial, y hoy en el centro de Hamburgo, estaba claro que lo del fin del mundo no era serio, por muy de fiar que fuesen los aztecas. Simplemente dejaron de contar días para después de hoy, porque ya contaron tanto que estarían seguros que para el 21 de diciembre de 2012, ya no habría mundo, y más con todo lo que lograron ellos con sus medios. Y lo mucho que se lo ha cargado todo la humanidad después.

Pero nuestro calendario sigue; ¡cómo que nos íbamos a perder la Navidad y el consumo sin mesura de estas fechas! En Alemania parece que el fin del mundo fuese cada Nochebuena, tan perfectamente planificada semanas antes, con abundantes regalos bajo el árbol. Los pobres son estos días más pobres aún, rodeados de gente cargada de innumerables bolsas, que contienen dádivas y rollos de papel de regalo. A ellos se les acabó el mundo hace mucho.

Así que como no se acaba el mundo, y ya son más de las once y media, no me libro de cocinar en Nochebuena, ni de pasar esos días de fiesta que cada vez me gustan menos otra vez, tras unos años en los que me reconcilié con ellos. Tampoco me libro entonces de seguir cabreándome porque esta semana la OECD haya proclamado en su estudio que Alemania sigue a la cola en temas de conciliación laboral, que las mujeres ganan en muchos casos menos que los hombres en los mismos puestos, que no hay casi mujeres directivas, que la mayoría trabaja jornadas parciales por falta de infraestructura, que muchas quisieran trabajar más pero no pueden. Otro año más termina con otra "buena nueva" para el avance de las mujeres en Alemania. Además este año, para realizar la hecatombe final, han aprovado el Betreuungsgeld, la ayuda que les darán a las madres que cuiden a sus hijos en casa en vez de llevarlos a la guardería, que entrará en vigor al año que viene.

Metamos el cava en la nevera y brindemos porque estamos vivos, que no es poco. Piensen en esos locos de EE.UU. que siguen pensando que cualquier ciudadano "de bien" tiene derecho a tener armas en casa. Lo malo de que no se acabe el mundo es que termina otro año igual o peor, y ahora sin futuro, como predijeron los aztecas.

Jueves con sabor a viernes y a Nochevieja

El jueves que termina me ha parecido viernes todo el día. Ha sido el último día de cole y el comienzo de las vacaciones navideñas. Hemos estado toda la semana con fiestecilla de Navidad aquí y allá, que si el último día de esta clase, el último día en las otras. La semana se me ha hecho larga con tanto final de todo. Y mañana es viernes, y ya no concluimos nada, al menos yo.

Puedo asegurar que he llegado con mi último aliento al día de hoy, y que jamás había deseado tanto descansar como ahora. El año pesa también, y las Navidades son el último trance para el comienzo de un nuevo ciclo. Mi sensación a finales de año es la de haber tocado fondo y vislumbrar todo lo ocurrido en el año desde abajo, desde el pie de la montaña. Y cada 1 de enero de los últimos años, me siento como si estuviera en la cima de la montaña y empiezo el descenso, que no sé lo empedrado que será y las magulladuras y arañazos con los que llegaré hasta abajo.

Sé que quedan 10 días de este año, pero para mí ha terminado hoy. Ahora entro en estado de hibernación hasta comienzos de año y me arrullo en mi madriguera, a la espera de salir otra vez. Me recojo con buenos pensamientos. La vida nos da segundas oportunidades. Yo me obcequé en que no quería ser profesora para tras casi tres años en la profesión darme cuenta de que me aporta muchas más satisfacciones que sensaciones negativas. Me siento identificada con mi trabajo de enseñar mi lengua y mostrar al mundo parte de nuestra cultura. Soy feliz cuando alguien me dice que se lo pasa muy bien y que aprende mucho de todo en mis clases, y eso me resarce de momentos raros, como cuando el otro día un hombre, en la mitad de la clase, me dice que de dónde sé todas las cosas que sé. ¿Es un reproche? A halago no me sonó, por la forma brusca de decirlo.

País curioso éste en el que a la gente le cuesta reconocerte tu trabajo. Se asume que has de hacerlo más que perfecto y quejarse se les da de miedo, pero tardarán mucho en dejarte sentir seguro delante de ellos, por esas caras tan poco expresivas que ponen siempre. En Alemania la vida es opaca en cuanto a emociones, y transparente en cuanto a normas. Necesitarían legislar los sentimientos para poder expresarlos mejor, pienso ahora.

Y quizá por eso se vuelcan tanto con la Navidad, haciéndola tan ceremoniosa y tan duradera. El Adviento dura 4 semanas, y luego en realidad el 26 de diciembre, que es festivo también, el segundo día de Navidad, termina todo. Aquí la Nochevieja ya no se siente como Navidad. Y como tampoco hay Reyes, se estira todo lo de antes para luego tener tres días de Navidad. El resto de tiempo lo llaman zwischen den Jahren, 'entre los años', que son los días entre el 27 de diciembre y el 31. Yo me siento así desde hoy, entre los años. Siempre me ha parecido una expresión curiosa en alemán, pero creo que la entiendo más que nunca.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Ni la aventura es lo que era

Me he perdido tres días en Londres con mis hijas. En Londres es muy fácil perderse, dadas las multitudes de turistas y de gente que hay de todas partes. Al final, no sabes quiénes son los turistas y cuáles los llegados de todas partes buscando trabajo y oportunidades para una nueva vida. Londres siempre ha llamado la atención por la mezcla de culturas, razas, y gente de todos los confines de la tierra viviendo ahí. Pero este fin de semana me han llamado la atención otros aspectos de esa "multiculturalidad".

Cuando llegué a California en 1987 me sorprendió que los camareros, los jardineros, los que lavaban los coches, cocineros o friegaplatos, fuesen todos latinos. En algún momento de finales de los 90 recuerdo haber sentido lo mismo en España. Pues lo mismo les debe estar pasando a los ingleses. Los camareros, dependientes, o los que trabajan en "lo que sea" son jóvenes españoles, italianos, griegos... La nueva inmigración. La diferencia es que son titulados universitarios, que huyen de la falta de perspectiva laboral en el sur de Europa. Una ciudad como Londres ha sido siempre un destino goloso para gente con ganas de irse un tiempo al extranjero, a aprender bien inglés, trabajar un tiempo, coger alguna experiencia difícil de lograr en el propio país y ampliar horizontes. Pero hoy día la sensación es que muchos se van muy a la ligera, y las condiciones de trabajo que en España les parecen míseras e inaceptables, les parecen una opción buena en Londres. Me he llevado la impresión de que muchos viven vidas muy precarias, sin apenas manejarse en el idioma, viviendo en pisos en mal estado a precios de lujo, malviviendo una vida que de bohemia no tiene nada. Un camarero italiano que se manejaba mal en inglés, nos contó que vivía en Notting Hill, y que tardaba, dos horas en llegar a casa al salir de trabajar a medianoche al norte de Londres. Como me contaba Elena, familiar a la que hemos visitado y que vive ahí por segundo año y que sabe de lo que habla, a muchos les pierde la tontería por querer vivir en barrios así, pues pagan mucho más alquiler y luego también mucho más en transporte público, excesivamente caro en Londres, y con distancias larguísimas para ir a trabajar para muchos, por no irse a vivir cerca del trabajo y planear todo con algo más de cabeza.

Creo que la crisis y la necesidad que es, ojo, entendible, les está haciendo a muchos muy ingenuos. Vivir en el extranjero, lo aseguro, no tiene muchas veces nada de romántico-aventurero-espiritual-me/encuentro/a/mí/mismo-y/el/mundo/es/mío. Te puedes dar de bruces muchas veces y no menos que en tu propio país, que tan horrible te parece cuando te vas. Y por supuesto que es muy atrayente lanzarse a la aventura, pero muchos salen hoy día con esa imagen de que en el extranjero es todo mejor, cuando no es el caso. Aquí en Alemania, si no sabes alemán no encuentras trabajo salvo limpiando, y sin saber alemán te tratan como si fueses tonto, por muy ingeniero que seas. En Inglaterra, aunque la barrera del idioma parezca menor, me pregunto cuántos de los que llegan hablan un inglés aceptable, y el problema será el mismo. Si antes podías llegar "chapurreando" el inglés, y mejorarlo poco a poco en un trabajo rodeado de ingleses, hoy día seguirás chapurreándolo, porque la mayoría vive en estos nucleos de inmigración y la integración es nula. Elena me contaba que es muy difícil hacer amigos ingleses, y que hay tantos españoles, que ya es hasta imposible encontrar a alguien para hacer un tándem de conversación.

De la misma manera que muchos latinos están retornado a sus países porque en España viven peor que en sus países, y el sueño se acabó hace mucho, en unos años muchos españoles del extranjero retornarán por las mismas causas.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Por nosotros mismos

¿No lo dije ayer? Parezco bruja, pues hoy he tenido un pequeño contratiempo con el coche. El susto ha sido gordo, y nada proporcional a los desperfectos. Justo ha ocurrido lo que dije ayer que me hacía saltar de "alegría": al frenar, y eso que no iba rápido, mi coche ha patinado en un cruce, por el hielo que había, y habré avanzado unos tres metros lo menos para terminar dándome con el coche de delante. Yo he visto mi coche avanzar en cámara lenta, a pesar de haber echado incluso el freno de mano, parando en intervalos, como dicen que hay que hacer y no de golpe. Y nada. El suelo era una pista de patinaje artístico. El hombre de delante se bajó todo enfadado, y me temí lo peor. A mí me temblaban las piernas del susto, y con todo lo que tengo que hacer estos días y lo desbordada que estoy con todo, me veía ya haciendo papeles para el seguro, etc.

El hombre miró su parachoques de atrás. Había alguna marca, pero era más bien suciedad. Cogió hasta nieve del suelo para utilizarlo como "jabón" de lavar. Y como se tranquilizó y hasta se puso agradable, yo me relajé. La situación no dejó de ser cómica cuando él alabó esos coches robustos que ya no se hacen, como el suyo, un Opel Senator, con un parachoque como Dios manda, y yo le di la razón, por supuesto, ya que ciertamente yo estaba feliz de no haber topado con un parachoques monísimo como los de hoy día, del color del coche. Entonces nos dimos la mano, como despedida, y me dijo, tuteándome, como hizo todo el rato, algo inusual en Alemania: "Y ten cuidado, por favor, con el coche y el hielo, y ahora también al cruzar la calle, no te vayas a resbalar". Eso hice también, aunque por suerte no me caí, pues en la parte donde ocurrió el accidente, el suelo era una pista de hielo. Con las piernas como un flan me volví a subir al coche, acordándome de mi post de ayer. Quién me manda vaticinar sin quererlo algo así. Al menos la situación resultó ser surrealista, con el hombre mayor preocupado por mí y despidiéndonos tan amistosamente, cuando en Alemania, tocar un coche supone que venga la policía y se monte una gorda.

Pero como son masocas, la gente sigue deseando nieve para Navidad. En la radio del coche cambié de emisora cada vez que volvían a hablar de eso hoy, tras el susto. Por eso yo no brindo por la nieve, sino que brindo por Navidades pacíficas, y por mi nueva vida, como conté en clase hoy por primera vez. Les mostré el anuncio de Freixenet de este año, que me parece muy logrado, con los videos que ha enviado la gente. A mí me ha conmovido mucho todo lo que contiene en esos dos minutos y pico. Me alegro si la crisis ha servido para que dejen de darles millones a gente que no lo necesita por hacer un anuncio, y los personajes brindan por cosas tan serias como por la igualdad de oportunidades, el afán de superación, por la vida, y por más cosas bellas, y puedo decir que he logrado mostrar en clase que en nuestro país seguimos produciendo buenas ideas, que somos creativos, a pesar de lo mala que es la situación actual, y más de uno se ha emocionado, como yo. Pienso que de esta crisis actual debería salir un cambio de conducta total y absoluto respecto a todo, una mayor solidaridad de todos con todos, pero me temo que no será así. Hoy leí en algún lugar del ciberespacio que lo que el gobierno pretende sangrando a los de abajo es volver a crear la misma burbuja, y con el excedente de riqueza creado beneficiar de nuevo unos cuantos, y para los que se han sacrificado quedarán las migajas que caen de la mesa. Lo mismo que había antes.

No deberíamos dejar engañarnos por promesas que no se van a cumplir y debemos luchar por nosotros y nuestras convicciones, nuestra felicidad, y no hacerla depender de los demás. Por eso, tras preguntarles a mis alumnos que por qué brindan ellos, les dije que yo lo hago por mi nueva vida, que será en el año nuevo. Mi estado civil va a cambiar, y no ha sido ni es fácil la crisis que dura ya cinco años. La vida nos da muchos palos, como muestra el anuncio también, pero siempre hay momentos de felicidad que nos tenemos que arañar como sea, y porque los otros no tienen más talento que nosotros. De eso no cabe duda.

martes, 11 de diciembre de 2012

Que nieve que nieve la virgen de la cueva

Creo que me estoy haciendo vieja. Ya no hablo del tiempo. No sé si ya no me afecta o es que lo ignoro, pero para sentirme joven comento, por si el mundo no se ha enterado, que desde hace una semana estamos con nieve y no poca sino montones. Me vuelvo a acordar del "calentamiento" del planeta, y todos me recuerdan que esto es el calentamiento global: todo clima es más extremo. Como antes nunca había visto tanta nieve en Hamburgo como en los últimos tres años, empiezo a pensar que pueden explicármelo como quieran, pero de calentamiento, nada.

Así que las calles son una pista de esquí sobre la que conducimos, y a mí me gusta la nieve en las fotos, pero nada más. Sin embargo, aquí mucha gente considera esto "buen tiempo". Así me lo dijo ayer una señora en clase, y yo le dije que para mí buen tiempo son 20° C y sol. Vale, hoy ha salido el sol, pero con -3°C de máxima, calles peligrosísimas y resbaladizas, y eso no es nada de lo que disfrute.

Pero aquí hay un rollito místico-romántico con la nieve. Llega diciembre y ven decoración navideña y ya están todos soñando con la nieve, con Navidades blancas, y la madre que la parió. De nada sirve que digan en la radio que solo ayer hubo 80 accidentes de tráfico serios en Hamburgo y alrededores. Qué bonita es la nieve. A mí cada vez que se me va el coche en un cruce, me dan ganas de dar saltos de alegría. Y aparcar en montones de nieve es un placer también. Por no hablar de los chavales que he visto caídos en el asfalto por la mañana a las ocho menos cuarto. Pueden elegir entre fracturarse un par de huesos o morir atropellados por un coche que no puede frenar a tiempo.

En invierno ignoro el parte metereológico pues asumo que hace malo y punto. En eso sí que ha hecho mella la edad en mí, pero no obstante me pone mala cuando en la radio o en la tele hablan del tanto por ciento de probabilidad de tener Navidades blancas, emocionadísimos. Si creyeran en la virgen le pondrían velitas. Oigan hablar cada día durante 4 semanas seguidas de la probabilidad de que nieve en Navidades y me darán la razón. Eso sí, aquí quieren que nieve a la carta, y luego que pare cuando ellos digan.

Menos mal que no me había quejado hasta ahora, ¿verdad?

domingo, 9 de diciembre de 2012

Podedumbre

Estaba todo podrido y nos han engañado a todos los españoles: Iberia, Paradores, la Casa Real, las Autonomías, la CEOE, los bancos, las cajas de ahorro, por no hablar de lo que ya lo estaba desde siempre, como la Iglesia o tipejos como Ruíz Mateos, Mario Conde, Roldán y otros de esa calaña. Para colmo los políticos quieren hacer creer a la ciudadanía que lo que está podrido es la enseñanza pública, la sanidad, la cultura... Panda de privilegiados todos los que pretenden tener todo gratis, nos dicen. Los que nos cuentan que se ha vivido por encima de nuestras posibilidades son los que disfrutan de sueldos privilegiados, dietas, vuelos de primera clase y privilegios de los que no se quieren ni apear ahora, dadas las circunstancias, aunque al menos fuese por vergüenza. Ayer me mandaron unas reflexiones de Forges, que incluyo aquí, porque son muchas cosas que yo pienso y que no hubiese podido decir ni tan bien ni tan bien puestas una tras de otras. Yo también pienso que la culpa no la tiene Merkel ni la UE, sino lo mal que se han hecho las cosas. Hoy un titular de El País me ha llenado de rabia. Zapatero dice: "Lo hecho, hecho está". Todavía no he leído el artículo, que seguro que me indignará, como ya lo hace esa frase como titular. Mejor podría haber dicho "Lo no hecho, sigue sin hacer", como meterle mano a los privilegios fiscales de la iglesia, haber frenado el expolio a la enseñanza pública, la emigración de los investigadores y más cosas. Por no hablar de haber frenado la especulación inmobiliaria de la España de exin castillos.
Pero aquívan las palabras de Forges:

El triunfo de los mediocres

Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo.

Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes o una huelga general.

Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel.

Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre. Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.

Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros.

Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.

- Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente
basura.
- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.
- Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
- Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
- Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.
- Mediocre es un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.
- Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
- Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Cribas (anti)naturales

Maratón de días navideños. Mientras que en muchos países no es Navidad, salvo en el comercio, aquí estamos ya en plena temporada navideña de domingos de Adviento y otros eventos. Hoy fue otro día importante, aunque no festivo: San Nicolás. Es ese obispo de Bari, el personaje que les llena las botas a los niños alemanes de chocolates, dulces, cada 6 de diciembre, y hoy día algún regalo más gordo, por si se quedasen cortos entre calendarios de Adviento y regalos de Navidad.

Conmigo se ha portado muy bien hoy el buen señor. No me ha llenado las botas de nada, y hasta mis alumnos me preguntaron que qué me han traido, y al decirles que nada, me han mirado con pena. Una me ha traido galletas hechas por ella, y teniendo en cuenta que es una chavala de 15 años más preocupada de si lleva puesto bien el rímel o no, agradezco muchísimo el detalle. Pero yo no necesito regalos materiales y me conformo con otras cosas.

Tuve que ir al cole de mi hija pequeña, que, al estar en cuarto de primaria, se decide este curso su futuro. Lo curioso además es que está decidido ya, ahora, en diciembre, aunque todavía falte curso hasta junio, pero hoy me han dicho las profesoras que podrá ir al instituto. Aquí en cuarto de primaria, hacen una "recomendación" sobre el futuro del niño y te recomiendan llevarle al instituto o a otra escuela en la que las materias sean menos académicas y más orientadas a la práctica y a otro tipo de profesiones y no a ir a la universidad. Con nueve años te dicen "tú sí, tú no", y en la clase los críos hablan de estas cosas, creando ahora ya diferencias, con lo que queda de curso. A mí me resulta extraño que la criba sea tan pronto, pues hay niños que necesitan un hervor, y a lo mejor en dos años estarían mejor preparados, o incluso en medio año. Pero el plazo de solicitar en los colegios termina a comienzos de febrero. Todo esto es un tema que se intentó cambiar hace tres años, y los padres de Hamburgo, enfadadísimos ante tal desfachatez, organizaron un referéndum y salió que no, así que todo seguirá como en los tiempos decimonónicos, amén.

Es por eso por lo que aquí, ir al instituto es como si fueses ya ingeniero o abogado, y existe, en mi opinión una sobrevaloración del hecho de estar en un tipo de escuela u otra. Si mis hijas no hubiesen valido para estudiar en el instituo, hubiesen valido para otra cosa, y no hubiese tenido ningún problema en mandarles a las otras escuelas, pues a ellas no les hubiera hecho ningún favor metiéndolas allí porque yo quiero. Muchos niños de los que aquí no logran ir al instituto son casos de "vaguitis aguda", o peor aún, hijos de padres sin estudios. Y ahí es donde está la criba principal, pues muchos entran a base de que sus padres están encima o haciendo los deberes con ellos a todas horas. Mi hija pequeña cuenta que las profesoras se desesperan cuando ven que los padres corrigen los deberes, porque así ellas no saben cuál es el nivel verdadero del niño.

Pero esta criba es como la que hay en gimnasio al que voy, pero aquí son los horarios los que separan. Y digo criba porque el público de la mañana debe ser muy diferente al de la tarde. Digo yo. Y creo que supongo bien. Por las mañanas solo veo cuerpos desnudos de gente mayor, y trato de imaginarme la diferencia que habrá con el público que acude por las tardes o los fines de semana. Es por eso por lo que hoy, tras no haber ido dos meses (a ver, excusas: estuve enferma, falta de tiempo, pero por supuesto también, mucha "vaguitis aguda", que se apodera de la gente a la hora de ir al gimnasio), mi sopresa ha sido que ha mejorado mucho el panorama. No obstante, primero volví a sentirme incómoda porque muchos piensen que la toalla está para llevarla colgada del brazo, y pasear sus cuerpos serranos como vinieron al mundo. Lo mejor fue cuando estaba en la piscina haciendo aqua gym, cuando miro a la cúpula de cristal, y veo paseando por la terraza del tejado a un hombre en bolas. Como estábamos a tres grados bajo cero, quiero pensar que era finlandés y que habría salido de la sauna, pero dio dos vueltas y yo desde abajo, haciendo gimnasia, viendo su estética "tripa de cerveza" y el resto colgando también. Toda una visión a las 11.30 de la mañana.

Por eso, la aparición de dos hombres jóvenes, muy bien dotados, ha sido un regalo de San Nicolás. Menos mal que éste no aparece desnudo trayendo los regalos, aunque capaces les creo, por lo que gusta el nudismo en este país. Uno de los que bajaban la edad media de los que pululaban por allí no se quitó el albornoz negro ni para atrás, para mi pesar, pues emocionada estaba yo con tal regalo. Pero otro se paseó por toda la zona spa como un adonis por su casa, con su novia al lado, eso sí.

Cuánta soltura me falta por aprender en este país. Aunque asumo que con eso naces y el resto te lo inculcan. A mí me falta ese gen exhibicionista, y voy dando saltos casi los pasos que tengo que caminar desnuda. Y que no me digan que no miran, pues no es cierto. Hace meses presencié algo que me causó mucha risa. Había una chica con unos pechos espectaculares, y se metió en el jacuzzi en el que yo estaba. Caminó despacio, y como tenía todo muy bien puesto, los tíos de todo el área no dejaron de mirarla ni un segundo. Desde que entró, hasta que se salió. Y ella, no sé si lo hacía adrede, en vez de quedarse dentro del jacuzzi como hacemos todos, y más las vergonzosas como yo, y enseñar solo la cabeza, se sentó al borde al cabo de unos minutos, dejando toda su "pechonalidad" bien visible. A muchos casi se le salen los ojos.

Ahora me pregunto qué tendrá que ver esto con San Nicolás y la criba en la enseñanza alemana. Nada, por supuesto, pero en un día a mí me pasan muchas cosas. Y muchas más que no cuento, para que no me llamen exhibicionista a mí, aunque ya sé que lo soy. Ya van camino de dos años de este blog, por no hablar del otro anterior que tuve. Eso sí que es exhibicionismo puro y duro, no me digan que no. Y esto no hay quien lo pare, como dice siempre mi hermano ante eventos importantes.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

The one and only

Ayer Angela Merkel fue elegida presidenta de su partido practicamente por unanimidad, con un escandaloso 98 % de los votos. Cabe preguntarse qué elección es ésa si no había otro candidato. A eso deben llamarlo también democracia. Siendo presidenta además del partido desde 2000, canciller alemana desde 2005, éste es su mejor resultado, comparable al de Helmut Kohl en época de la euforia de la reunificación alemana, y de Konrad Adenauer en los años 50. Se presenta de nuevo a las elecciones del año que viene respaldada por los suyos con tal resultado tan apoteósico. Fue aclamada y vitoreada, y aludió al peligro que supondría si el partido de la actual coalición de gobierno, el FDP, se quedara fuera del Parlamento al sacar menos del 5%, como establece la ley alemana. Dijo también que se sintió a menudo en el pasado identificada con titulares de prensa como el que decía que Dios creó al FDP para probarles (a Merkel y su partido, la CDU).

Y si no hay otro candidato y la semana pasada hubo un escándalo, por maquillar cifras, podemos afirmar que sí, unanimidad tendrá en su partido, y simpatía por muchos que no lo son, pero eso no le da carta blanca. La semana pasada salió a la luz que un informe de su propio gobierno, que salió en septiembre y que era muy crítico con las desigualdades sociales crecientes en Alemania, ha sido maquillado el el borrador actual. En la primera versión se hablaba de que solo los salarios altos suben, y que los bajos bajan aún más, y apuntaba a que hay trabajos de jornada completa de los que no se puede vivir. Ahora el informe decía que si el poder adquisitivo de muchos ha bajado es porque se ha creado empleo. Se filtró a la prensa que fue el niño malo del FDP, Philip Rösler, el encargado de la inyección de bótox, como lo denominó algún periódico, pero no solo esto sino otros detalles no deberían pasar por alto los miembros del partido de Merkel: el ministerio que elaboró ese informe es el de la ministra de Trabajo y Asuntos Sociales Ursula von der Leyen, que fue castigada ayer por los votos de los miembros del partido. Debe ser demasiado social para ellos, y demasiado preocupada por la situación laboral de muchas mujeres en este país.

Está claro cuál será el resultado de las próximas elecciones en Alemania, pues la oposición está contra las cuerdas ahora mismo. Merkel ha dado varios golpes sorprendentes, como volverse atrás tras haber aprobado la prolongación de las centrales nucleares: tras Fukushima dio marcha atrás, y anunció el fin de la energía atómica en Alemania. Ha demostrado saber rectificar; es una mujer íntegra, y ahí está como mujer al frente de un país muy machista, siendo odiada en muchas partes de Europa. Pero aguanta todos los temporales como ninguna. A veces me la imagino respondiendo varias llamadas a la vez: "Ah, Grecia...", "Ah, España, y Rajoy diciendo que le han ofrecido la ayuda, que él no la ha pedido", "ah, los del FDP", "Ah, Wulff". Tenemos Merkel para rato, me temo.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Esto es insoportable

Ahora mismo estoy con ganas de llorar, por haber leído la noticia del día. Han detenido al expresidente de la CEOE y presidente de Marsans, Gerardo Dían Ferrán, por haber desviado a Suiza 4,9 millones de euros. Teniendo en cuenta que el muy "..." (pongan todos los adjetivos que quieran) se declaró en quiebra, y cerró Marsans en 2010, la desviación del capital justo un año antes pone de manifiesto que la justicia española, la ética de los empresarios, y la impunidad con la que suelen salir los ladrones a gran escala (y todo lo que hayan puesto entre las comillas) son para ponerse a llorar, para hacer una revolución, y para que la gente se niegue a pagar todo lo que le están robando ahora de las nóminas para pagar todos los desperfectos que tanto sinvergüenza ha hecho en España.

Les aseguro que España tiene buena imagen en Alemania. Hasta ahora no he oido a nadie despotricar sobre España, y sí sobre Grecia, y no es que no lo hayan hecho delante de mí por cortesía, pues aquí la gente suelta sin problemas todo lo que piensa, y más si es para criticar. Pero estas noticias llegan también al extranjero, y a mí me da no solo vergüenza ajena cuando leo titulares como el de hoy, sino dolor, estupor, rabia. Conozco a alguien que trabajaba en Marsans que se quedó en la calle, y esta persona decía que eran unos chorizos. Comprobado está ahora. Vergonzoso es que alguien que dijera frases como "Solo se puede salir de la crisis trabajando más y ganando menos" (14/10/10), que ha llevado un tren de vida millonario robando, dé moralinas a los que verdaderamente se aprietan el cinturón en tiempos de crisis. Díaz Ferrán no se ha conformado con humillar a sus antiguos empleados al declararse en quiebra para no pagar sus deudas. Ha vivido durmiendo a pata suelta dos años más, como muchos otros en España. Aseguro que en Alemania la gente que hace menos que eso, pero roban, abusan de su poder o se benefician de privilegios dados por su puesto, lo harán impunemente mientras no se sepa, pero como salga a la luz, caerán en desgracia para siempre. Medios de comunicación nos sacan de vez en cuando lo que siente ahora la mujer del expresidente alemán, Bettina Wulff, o mencionan a su marido, Christian Wulff, pero ambos viven recluidos en la casa de Baja Sajonia para la que cogieron el crédito de un empresario. O si sale el nombre de zu Guttenberg, el ministro que plagió su tesis doctoral, creo poder asegurar que a la mayoría nos da grima y nos deja completamente indiferentes. Éste ahora vive "feliz", exiliado en EE.UU., con su familia, dicen de vez en cuando las revistas del corazón. Pero no creo que sea tanta la felicidad. Estas personas han caido en desgracia para siempre y raro es que vuelvan a la vida pública o a retomar el prestigio que tenían antes de haberla liado. En España encima parece que se les ríe las gracias.

Que no nos den todo lo que somos capaces de soportar porque ya no somos capaces de soportarlo. Que no nos quedemos como estamos, pues obviamente todo el sistema tiene que cambiar, la mentalidad y la ética de la gente, y todo puede ser peor, como estamos viendo, tras muchos otros casos. La tolerancia a estos abusos ha de ser nula, por muy nimios que parecezcan. Pensemos que este señor era el jefe de la patronal. Cómo serán los otros. Pero no acusemos a todos. Los habrá honrados, pero con esto pierden todos. Que se investige de inmediato, y que la justicia no deje pasar tanto tiempo hasta que prescriban los hechos y nadie pague por nada. Hasta cuándo va a durar el jucio a Julián Múñoz y la Pantoja, el de Urdangarín. Pero que no pague alguien la hipoteca, que entonces el deshaucio es bastante rápido. Menos mal que se han tomado medidas en este tema, pues esos suicidios que ha habido últimamente, de gente desesperada, son una vergüenza para la sociedad. Y gente como Díaz Ferrán tienen mucha culpa de tanta ignominia que está soportando tanta gente ahora. A la mujer de mi primo, que estaba en Marsans, le salió un trabajo, pero mi primo se quedó en paro. La empresa donde está ella ahora, va mal también, oí precisamente ayer. Estos son casos reales, y los españoles se ríen de los pobrecitos empresarios arruinados.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Los 300 panes nuestros de cada día

Hasta que no he tenido una amiga "panarra", no me he dado cuenta de lo que tenemos aquí en Alemania. A mi amiga (española) le ha dado por aprender a hacer pan: nada de las barras de pan de toda la vida, sino pan de cereales, a la alemana, o con más artesanía o mejores ingredientes, como se hacía antes en España. Se lo han cargado todo con la producción industrial, y la norma son barras de pan que saben todas iguales o insípidas y terminan chiclosas. Aquí tengo que admitir que no es el caso, que se cuida el pan nuestro de cada día.

Se puede vivir sin pan, pero le faltaría mucho a nuestra alimentación. Y si encima hay montones de tipos diferentes de pan, más aún. En Alemania hay nada menos que 300 panes que se pueden distinguir claramente, y los alemanes, que son muy previsores, tienen registrados cada uno de ellos en el "Registro Alemán del Pan". Es más, el gremio panadero quiere incluir la elaboración alemana del pan en la Unesco, como Patrimonio de la Humanidad. Razón no les falta, por muy exagerado que parezca. No hay más que entrar en cualquier panadería y ver tanta variedad, y una elaboración más cuidada. O no hay más que hablar con alemanes que viven fuera de su patria: renegarán de los panes del lugar donde viven, y añorarán su pan negro; serán capaces de hacerlo ellos mismos, o si la distancia lo permite, con países fronterizos con Alemania, ir de vez en cuando a la compra en Alemania. O basta con ver la densidad de panaderías por kilómetro cuadrado. En una plaza o calle habrá varias muy próximas. Como bares en España.

Cifras: cada alemán consume unos 53 kg al año de media. Pero los turcos 200 kg, lo cual tampoco dice nada. En Alemania hay 44.000 panaderías, y la variedad es inmensa, como vemos. Un artículo que he encontrado señala que el oficio de panadero no se aprende como profesión en España, que no hay titulación para ello. Aquí sí, ya que cualquiera no puede hacer pan.

Al aprender alemán llama la atención la de palabras que contienen la palabra pan: el Abendbrot, el 'pan de la tarde', que no es más que la cena, aunque se coma una sopa; el Frühstücksbrot, el del desayuno, el Pausenbrot, el del recreo Yo no le he dado mucha importancia a lo largo de mis muchos años en Alemania, pero a través de mis hijas, sobre todo la mayor, que tras una semana en España empieza a protestar y querer pan integral "decente", me he dado cuenta del mendrugo de patria que es para los alemanes que el pan sea de buena calidad y variado.

La gente se queja a veces del precio del pan, aquí también, pero 3 o 4 € por un pan, de buena calidad, no lo es tanto, si pensamos en los ingredientes, en la elaboración. No tenemos problema en gastarnos esa cantidad a veces en una bebida en un bar o en un capuccino, y el pan nos da para más de un rato.

Y con la visita de mi amiga de Madrid, he aprendido de todo: sobre la "masa madre", que aquí es normalísimo que lo lleven los panes, y yo no lo había apreciado. El viernes por la mañana lo dedicamos a turismo culinario: de panadería en panadería, con una selección que yo había hecho con ayuda de internet y un amigo mío alemán. El éxito fue total, en vista a como iba el maletero de mi coche. Tras otros tours de compras mi maletero está llena de cosas más fashion que de panes...
El olor que llevábamos en el coche fue espectacular. Gracias a mi amigo, descubrimos una panadería "de cristal", es decir, transparente, en la que se ve la elaboración, el molino de piedra, y al panadero que decora las bolsas de papel en las que te lo meten, el mismo que elabora y te vende el pan. Luego fuimos a un sitio cerca de mi casa, en el campo, donde elaboran pan con una receta de hace 200 años, sin cambiarla y donde hornean pan de miércoles a sábado, y lo venden de 11 a 13 h. Te lo dan calentito, un pedazo de pan de kilo y medio o dos. A mí amiga le hacían chiribitas los ojos de la emoción y yo me he dado cuenta de lo que no he apreciado durante años. El pan de buena calidad aguanta 4 semanas, leo ahora. Piensen entonces en esas barras que al día siguiente están incomibles.

Mi amiga va ahora de camino a Madrid, con una maleta llena de panes y algún ingrediente que otro. Yo me lo he pasado pipa, y no solo por los panes, pero ha sido interesante ver esta tierra en la que vivo con ojos de "panarra". Sigan haciendo reservas de vacaciones en mi casa, cuéntenme previamente de sus aficiones e intereses, y habrá rutas guiadas especializadas. Es un placer aprender de cosas que uno da por normales y poco importantes.