domingo, 3 de julio de 2016

Puentes amenazados


Observen este puente, de día y de noche. Es el Pont Neuf, el Puente Nuevo, de Toulouse, erigido sobre el río Garona, y que une las dos orillas de la ciudad desde 1632. Toulouse, una de las ciudades de Airbus - Hamburgo y Getafe son otras - es una encantadora ciudad francesa que respira vida por cada rincón. He estado hace poco y me ha sorprendido, porque salvo lo de Airbus, todo me era desconocido. Y ahí está ese puente y todas sus otras construcciones de ladrillo en la llamada "ciudad rosa", por el color de este material a la luz del sol.

La ciudad tiene impresionantes monasterios e iglesias. En el Convento de los Jacobinos de ellos está enterrado Santo Tomás de Aquino y tiene una nave impresionante y un claustro precioso. Y la ciudad rezuma savoir vivre en sus muchas calles con encanto y plazas repletas de gente. Y este es el Pont Saint-Pierre, otro próximo al anterior. 
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Y sin embargo me sorprendió que por primera vez en años tuve un control de pasaportes en zona Schengen tanto para entrar como para salir. Al regresar, las colas eran tales, que más de uno perdió y otros casi pierden el avión y entraban corriendo en la zona de embarque. Y por primera vez vi en el aeropuerto de Hamburgo policías con metralletas preparados para lo que fuese. Acababa de ocurrir el atentado de Estambul. 

Y por no haber publicado este post cuando "debí" teniéndolo casi terminado, el atentado de Niza ha vuelto a sacudir a Francia como lo que es: un hecho inexplicable e inaceptable bajo ninguna ideología o concepto. Todos sabemos que no será el último y eso es lo desgarrador. No hay puentes sino el abismo más absoluto.

viernes, 1 de julio de 2016

Sinsentidos

Pasaron las elecciones es España y queda la sensación de que más de lo mismo y que nada cambiará en los próximos cuatro años. Yo he votado el blanco esta vez, por primera vez en mi vida, algo que he considerado inútil siempre. No le pude dar mi voto a ninguno, lo siento. No he creído a ninguno. Jamás he visto una campaña tan absurda con  semejanted desatinos de unos y otros. Por una parte parecía que Venezuela fuese una región de España, y por otra que no hubiese programas electorales visibles. Sé que como votante en blanco no tengo derecho a quejarme, pero tan sólo quiero expresar que parece que España vive en un síndrome de Estocolmo desde hace años. Solamente por cómo ha gestionado o mejor dicho no ha gestionado la corrupción, debería haberse ido el PP. Pero hemos tenido que pasar 6 meses en el limbo electoral para que salga un "todo cambia para que nada cambie". Otra razón por la que he votado el blanco es por la indignación que me produjo que no fuese posible formar una coalición de gobierno tras el primer intento electoral de diciembre. A los políticos se les paga por hacer su trabajo representando a los ciudadanos y esas segundas elecciones, con los millones que cuestan y que son necesarios para muchas otras cosas, debieron haberse evitado a toda costa. Y eso era respondabilidad de los políticos más votados. Un país cuyos gobernantes jamás llegan a un acuerdo en nada huele mal. Llevo vividas como espectadora varias elecciones en Alemania, y las últimas legislativas como votante, y nunca he presenciado ningún circo así.

Pasemos al Brexit. Yo sigo consternada, como muchos europeos y por supuesto británicos, y anonadada de cómo se puede manipular a la gente con promesas falsas. La masa se las cree y los políticos histriónicos que las vendieron las retiran con un "ja, eso no lo dijimos así" el mismo día que ganan las elecciones, y no sólo eso; además desaparecen tras los resultados y dejan al país tirado en un vacío que ahora a ver quién maneja. Pero la culpa la tienen los gobernantes británicos que durante años han pisoteado la Unión Europea, y que a tan sólo seis semanas del referéndum no podían cambiar el rumbo que ellos mismos iniciaron años antes. Pero sigo sin entender que la gente sea tan estúpida y no piense por sí misma.

Auguro malos años en la política europea, llena de políticos rubios estrafalarios llenando las cabezas huecas de la gente con lo que quiere oír. Las fronteras se cierran porque en algunos casos no queda otra, pero las cabezas de la gente también, y eso es lo peor.