lunes, 3 de enero de 2011

Cómo somos, hasta en Navidad

Aquí se han acabado ya las Navidades, porque no tenemos Reyes. En España la gente sigue cantando villancicos, y aquí mañana empieza el cole otra vez, ya hemos quitado la decoración navideña, y los árboles aparecen poco a poco en la cuneta de las calles, a la espera de ser recogidos por el servicio de basuras. Y como todo lo demás, la decoración navideña o los villancicos son tan socioculturales como cualquier otro aspecto que comparemos entre España y Alemania. Antes de las vacaciones, concluí la última clase del año con cada uno de mis grupos demonstrándoles nuestra realidad navideña. Nuestras canciones no son tristes, les hice saber, no nos ponemos alrededor del árbol todo melancólicos y recordamos Navidades pasadas y le cantamos al árbol, como se hace aquí. Hasta los textos de los villancicos hablan mundos. Aquí se le canta al abeto, O Tannenbaum, oh, abeto, qué verdes son tus hojas.

Nosotros sacamos la pandereta, la botella de anís, la zambomba, y metemos ruido, y decimos "saca la bota María que me voy a emborrachar", o narramos que al pobre de San José los ratones le han roído los calzones. Y nos quedamos tan panchos. "Y eso en un país católico", comentó uno de mis alumnos. "Sí señor", dije yo, "así de serios somos incluso estos días". Nosotros armamos la marimorena, y las actividades alrededor del pesebre están llenas, a pesar de todo, de rutina: la virgen está lavando y tendiendo en el romero, luego se peina con el peine de platafina, los pajarillos cantan, las campanas tocan. O pongo un petardo en la puerta de mi casa para espantar a los que vengan a pedir el aguinaldo. O los cacos se están llevando el chocolatillo. Qué mundo éste. Hasta en los villancicos.

Pero en Alemania son más serios. Aquí, se canta a la solemnidad de la Navidad, a las "hojas" del abeto (¿desde cuándo eso son hojas?), a la Navidad que trae compasión, y se dice, "Oh, niños, venid al portal, a ver al niño, que los coros celestiales cantan". Qué bonito. Yo, la primera vez que oí tanta moderación pensé: "¿pero esto qué es??", viniendo de tanto jaleo navideño y las cosas que le ocurren al pobre de San José o a otros. Pero mira cómo beben los peces en el río, ... beben y beben y vuelven a beber... Hasta los peces beben. Qué cosas.

Pero yo les dejé mudos con las erres: "Hacia Belén va una burra rin rin, yo me remendaba yo me remendé, yo me eché un remiendo yo me lo quité..." Que alguien me explique este texto. El colmo de la filosofía navideña. Les dije que se olvidaran del significado, que es lo mismo que traducir, "oh, abeto, qué verdes son tus hojas", y los dejé turulatos con la rapidez al cantar. Los villancicos alemanes son reposados. Como la vida aquí.

Por eso se nos acaban las Navidades antes, y mañana volvemos a la rutina, y en España todavía se puede entonar el "ya vienen los Reyes Magos, ya vienen los Reyes Magos...", y a mí seguro que no me traen nada, otro año más. Por qué será.

2 comentarios:

  1. Qué interesante documento. Es curioso. Ése "O Tannenbaum" me recuerda a uno que se aprendió mi hijo en inglés que dice "Oh Christmas tree, how lovely are your banches".
    Los Reyes Magos no te traerán nada porque allí no se celebra, pero algo te habrá traído el gordinflón protestante de Papá Noel.

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  2. Debe ser el mismo villancico, de tradición (anglo)sajona.
    Hombre, entre lo bicho que soy, y que hay crisis... el gordinflón me ha traido poquita cosa. Pero ahora viene el tío Paco con las rebajas, como dice mi madre, y ese no eres tú... Aquí las rebajas ya están puestas, pues no hay Reyes, y algo caerá. Vamos adelantados en todo.

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