viernes, 27 de febrero de 2015

Huellas de "Isabel" en Malinas

Margarita de Austria y Malinas. Van unidas, desde luego, y hasta que no he visto la serie de "Isabel" no he comprendido quién era esa señora de la estatua a los pies de la plaza principal de Malinas, en Bélgica.


Y el de arriba es el palacete en el que vivió como regente de Flandes, al morir su hermano Felipe el Hermoso y ser su heredero, Carlos V, menor de edad. Ella se ocupó de su sobrino y los hermanos de este.
Pero hasta que llegó a Malinas y pudo "descansar" de ataduras, pasó lo suyo. Primero la mandaron a Francia, a la espera de que el príncipe al que la habían prometido fuese mayor de edad. Allí estuvo 10 años a la espera, y al llegarle la hora el novio por motivos de política y alianzas decide casarse con otra. Entonces la mandan de vuelta a Flandes. Como en aquella época no se desaprovechaba la carnaza para ninguna boda que pudiese traer alianzas y ampliación del poder, la casaron con el hijo de los Reyes Católicos, Juan de Aragón y Castilla. Pero este muere muy rápido estando ella embarazada de él. Algo que muestra la serie de "Isabel".

El caso es que como regente al parecer no lo hizo mal, y dejó tal impronta en la ciudad de Malinas, que todavía sigue muy presente y se la recuerda. La ciudad está llena de casas señoriales y lugares históricos, y merece mucho la pena ser visitada. Yo había estado ya bastantes veces, pero no ha sido hasta ahora, tras ver "Isabel", cuando he comprendido quién es la señora de la estatua, y por qué tantos lugares en Malinas llevan le nombre de Margarita de Austria.  La serie de televisión ha hecho que por fin asimilemos muchos de los contenidos de la clase de historia que nos entraron por un oido y nos salieron por otro. He de reconocer que todavía me faltan 2 episodios por ver, los dos últimos, y no encuentro el momento. Pero como conozco el final, es decir, que la reina se muere, tampoco tengo tanta prisa.

Mientras les dejo unas imágenes de Malinas, fábrica de cerveza con el nombre Carolus (no será casualidad...) incluida.











miércoles, 25 de febrero de 2015

Y aun luchando

Si algo me permite mi trabajo es conocer a montones de personas. Unos pasan brevemente por mis clases, un semestre o dos, muchos dos o tres años, y otros llevan cinco años conmigo. A mis alumnos los veo más que a mi familia y a la mayoría de mis amigos, pues nos vemos todas las semanas a la misma hora. 

Algunos de ellos pasan sin pena ni gloria y se me olvida que estuvieron, otros están y dan tanto la lata que estoy deseando que dejen de venir, y algunos se convierten en personas muy queridas para mí, y compartimos muchas risas y momentos muy agradables que nos enseñan que aprender es un proceso que puede durar toda la vida si tú te entregas sin condiciones al empeño. A este último grupo pertenece una señora que ha fallecido hoy, y que nos deja un gran vacío en nuestra clase. Todavía vino varias veces en otoño, entre quimioterapias. No ha durado ni un año desde que le diagnosticaron el cáncer, y ella siempre ha estado llena de vida y ganas de luchar, hasta el final. Me pregunto por qué la vida cuesta tanto esfuerzo a veces: hasta para vivir hay que empeñarse, incluso cuando tu cuerpo te abandona. Y así se me ha ido hoy una alumna de lo más encantador que he tenido. Siempre amable, siempre abierta a aprender, receptiva y participativa, y ante todo una gran mujer, una señora de los pies a la cabeza. La voy a echar mucho de menos. Me alegra haberla conocido y haber tenido el privilegio de poderle enseñar algo. Yo de ella he aprendido cosas muchísimo más valiosas: que la dignidad ante tal jugarreta de la vida no nos la quita nadie, y que aunque perdamos, lo importante es poder decir "yo he luchado".

viernes, 20 de febrero de 2015

Y a otra cosa

La misma tarde de las elecciones europeas del año pasado me hizo mucha gracia que apenas habían cerrado los colegios electorales, ya estaban quitando los carteles de los partidos. Esta vez han pasado 5 días desde las elecciones regionales de Hamburgo, que es ciudad-estado, y todavía nos miran todas esas caras por todas partes a los pies de la calle. Aquí los carteles publicitarias se colocan enganchados a los árboles, y durante semanas no te queda más remedio que vivir con todas esas caras mirándonos a la cara por todas partes.

El resultado de las elecciones fue el esperado. Se mantiene el SPD y su alcalde Olaf Scholz con un 45,7 % de los votos, aunque ha perdido la mayoría absoluta y necesita una coalición para gobernar. La CDU de Merkel se ha descalabrado, sacando apenas un 16 % (15,9 % exactamente). La tercera fuerza son, con un 12,3 %, los Verdes. El voto de la derecha se ha ido en un 6,1 % al partido AfD, la "Alternartiva para Alemania", como se hacen llamar, exigiendo la salida de Alemania del euro para no financiar a vagos, y más mensajes populistas que muchos quieren oír y con los que han hecho
campaña. 

100.000 carteles se han puesto en Hamburgo antes de la elecciones, Y ahí siguen, con esas caras que en algunos casos dan miedo, o algunos, como el NPD, el partido nazi, sin fotos, pero con frases que asustan. Los de estos últimos estaban tirados en el suelo en muchas ocasiones, al igual que los de la AfD. Y ahí siguen todos ellos, mirándonos y recordándonos que muchas de esas frases debajo de sus caras, son desde ya mismo huecas, que eran solo mensajes para ganar votos. Y hasta las próximas elecciones. No sé si el resultado de Hamburgo se podrá extrapolar de cara a próximas elecciones, pero ahí está, y puede servir de barómetro ahora mismo. Los hamburgueses no han querido ningún cambio de gobierno, y no es el partido que gobierna todo el país, aunque la sensación que tenemos los alemanes es que Merkel es esa figura que está siempre ahí, pase lo que pase, cambien de color los diferentes estados o no.  Esta señora aguanta tormentas y tempestades con temple prusiano. Yo a veces me asusto de que al igual que en la era de Kohl, que fue cuando yo llegué a Alemania, había muchos adolescentes que no conocían otro canciller; igualmente hoy día, los jóvenes no tienen conciencia de haber tenido otro canciller. Merkel lleva en este cargo desde 2005, y lo que le queda de legislatura (dos años y pico), y si vse presenta capaz es de ganar, pese a cambios regionales internos.

Y una vez se ha votado en Hamburgo? ahora están muchos pensando en las Olimpiadas del 2024. Afloran los carteles de apoyo a la candidatura por todas
partes y yo me empiezo a asustar. La cuestión será Berlín o Hamburgo. Ganará la candidatura la ciudad de las dos que tenga más ganas de tirar el dinero. Berlín o Hamburgo. Al final todo es política.

sábado, 14 de febrero de 2015

La practicidad de la vida

Los estudiantes de secundaria en Alemania tienen que hacer unas prácticas de tres semanas en empresas en noveno grado. Como todos las hacen a la vez, no es fácil encontrar un puesto y menos sin contactos. Las empresas o lugares de trabajo no matan por tener a un chico o chica de 14 ó 15 años que no les va a aportar nada, sino detener en su trabajo diario. Tampoco los institutos ayudan nada para encontrar lugares para las prácticas. Te dicen que son obligatorias pero allá se las apañen los chavales, es decir, los padres. Al final qué ocurre: si los chicos y chicas tienen iniciativa propia mandarán solicitudes y se romperán la cabeza sobre dónde hacerlas. Pero al final vendrán por carta muchas negativas y el crío acabará todo frustrado. Entonces los padres empezarán a elucubrar sobre a quién podrán pedirle el favor. Y efectivamente, así "saldrá" un lugar para las prácticas, como me pasó a mí. 

Ya pasaron las tres semanas y la experiencia ha sido muy positiva. No viene al caso dónde las ha hecho mi hija, pero dice haber aprendido mucho para el futuro. Pero con lo que yo, y seguro que más madres hemos sonreído, ha sido al oír comentarios como qué rollo estar todo el día en el mismo lugar, o que qué largo y aburrido ir todos los días en metro y volver. Y que qué agotamiento... En ese sentido el aprendidaje ha sido muy "práctico" para la vida. También para apreciar que ir al cole no es tan horrible...

La experiencia ha sido muy positiva en todos los aspectos y valoro que el sistema educativo alemán les exija no sólo teoría a los alumnos, pero como siempre en este país me queda la sensación de que todo recae en los padres, y de que al final, tanto en Alemania como en el resto en el mundo la vida se mueve por lo que aquí llaman "vitamina b", es decir, enchufe. Triste. Hasta eso ha sido parte de las prácticas...  

jueves, 5 de febrero de 2015

25 años

 Justo hoy hace 25 años llegué a Alemania. No es que ahora mismo el detalle sea tan importante, pues en realidad llega un momento en que da igual que sean 20 años que 30. Pero tiene algo de importante lo de los 25. Hoy ha amanecido nevado, algo que no me gusta, y antes de ir a trabajar he tenido que quitar la nieve que cubría el coche. Muy mal plan para una efeméride así.

Ayer, que fue el día en el que salí de España hace 25 años, sabiendo que no volvería, me di cuenta dónde estoy 25 años después. Iba camino de la escuela de baile, a la que mi hija mayor se ha apuntado, algo que aquí hacen los adolescentes para aprender a bailar bailes de salón y no pasarlo mal en la pista de baile por tener que improvisar. Justo pensé que lo que es la vida. Vienes con una maleta y 25 años después vives con hijos adaptadísimos que hacen lo que toca hacer en ese sitio al que viniste y los vas a recoger a una escuela de baile.

Yo estoy muy adaptada, puedo decir, y desde hace mucho. No obstante hay momentos en los que las personas de mi entorno me dicen que sigo siendo española y me hace gracia oírlo. El otro día propuse a unos amigos la sesión de las diez y media de la noche y entre semana para ver una película que queríamos ver, y algunos se escandalizaron, y dijeron que sólo a una española se le ocurre proponer esos horarios. O como el otro día, cuando creí pisar excrementos de perro, pero por suerte no fue el caso, pero sin embargo me limpié las botas en un cartel de las próximas elecciones al ayuntamiento de Hamburgo que había tirado en la calle de un partido muy populista que hace campaña contra los extranjeros, contra el euro y todo lo que esté en contra de los ahorradores y trabajadores alemanes, según su concepción, claro. No encontré sitio mejor y mi hija pequeña me dijo que ahí me salió la vena española, y puede ser. A veces pienso en eso de la mala leche, y algo hay.

En otros momentos, sin embargo, me sale la vena alemana, no me cabe duda. 25 años son muchos, y ya sabemos aquello de que todo se pega... Los alemanes son independientes, no se dejan juzgar, y viven y dejan vivir. Son muy autónomos con sus vidas. No critican sino que dicen "yo lo hago así", lo cual a veces podría parecer una crítica u ofensa, pero en realidad están delimitándose, y nada más. Los demás les importan en cuanto a que se adapten al bien común y a la norma, pero no por toda su carga emocional. Eso tiene sus inconvenientes, pero también sus ventajas por el sentido práctico que ganan las relaciones humanas, porque verdaderamente no te tienes que comer tanto el coco por las cosas y puedes decir bien clarito tu opinión sin que se ofendan, pues no importa tanto como en otras culturas lo que piensen de ti.

Quizá debería haberme tomado una copita hoy, dada la fecha, pero no lo he hecho. Una reunión de padres me ha hecho "celebrar" en compañía  y hablar de los asuntos de la clase de mi hija. Y es que 25 años después uno no puede decidir así tal cual "hago esto porque sí" o "me voy a vivir a... porque lo digo yo". Ahora digo y hago muchas cosas, pero con limitaciones externas y tampoco es que me importe. Cada fase de la vida te ofrece lo que toca, antes o 25 años después. Pero esta conmemoración no va a quedar así tan en plan "día normal". Haré lo que pueda este fin de semana para recordarme a mi misma que me merezco un par de medallas, o al menos así lo creo yo, objetivamente hablando.

martes, 3 de febrero de 2015

Es exactamente eso

En Hamburgo ha corrido mucha tinta en los últimos meses sobre el plan de la ciudad de crear un centro para refugiados en una de las mejores zonas de Hamburgo. Imagínenese la mejor calle de su ciudad, la mejor barriada, la más cara, y justo ahí sería. Pero claro, muchos vecinos de este privilegiado lugar se unieron para luchar contra esta "injusticia". Cómo se le ocurre mandarles a este barrio tan tranquilo, y bonito (€€€) algo tan fuera de lugar. Eso se pone en los barrios normales, como ha sido hasta ahora, hombre. Hace semans vi unas entrevistas a varios vecinos y tan solo una señora dijo que le parecía bien que pusiesen el centro en su barrio. El resto estaba indignadísimo. Los cuestionados argumentaban diciendo que esa gente no pegaba nada en ese barrio porque para empezar no podrían permitirse nada, que allí no había ni Aldi, ni Lidl ni ningún supermercado descuento, y que en realidad era para protegerlos a ello de un mundo inalcanzable para ellos.

En fin, sobran los comentarios. Y como suele ocurrir con estos temas, una sentencia les ha dado la razón a los vecinos. No se abrirá ahí ese centro. Motivos esgrimidos han sido que se trata de una zona sólo con viviendas de particulares. Pero es que ahora sale a la luz que varios de los que acudieron a los tribunales tienen empresas en sus propias casas. Con esto se espera poder revocar la sentencia, ya que no es zona de exclusivo uso como vivienda.

A mí, y a muchos ciudadanos de Hamburgo la sentencia nos ha dejado muy mal sabor de boca. Es una muy mala señal. Muestra que si tienes dinero para pagar abogados puedes "defenderte" de una "injusticia" así, y en otros barrios, donde desde hace años se acogen a refugiados, no rechistan, si no porque les parezca bien, porque no pueden pagar abogados para querellarse. Por fin el Ayuntamiento daba una señal de igualdad al repartir mejor a los refugiados, no poniéndolos siempre en los mismos barrios. Hay que decir también que las obras eran de acondicionamiento de un edificio de la administración que ya no se usa y que se trataba de transformarlo para a coger a 220 refugiados a partir de abril. Ahora resulta que la opisición, los conservadores de la CDU, acusan a los socialdemócratas de haber tirado el dinero en el acondicionamiento del centro y de que faltan facturas por pagar, y que cómo se les ocurre dar vía libre a un proyecto que tenía todas las posibilidades de fracasar. Qué seguros están algunos de ciertas cosas. Como de que unos sirios refugiados que huyen de la guerra iban a ser una amenaza a una barriada tan perfecta. 

Que el dinero se tire en otras cosas absurdas parece menos importante que si es en planear algo tan moralmente digno como ese centro de refugiados en un barrio tan bonito. Ahora Hamburgo anda montando una candidatura olímpica para no sé que año de la veintena de este siglo (me niego a buscar la información pues espero que pierdan frente a Berlín, que se presentará también; por cierto Berlín está más endeudado que Hamburgo, así que mal plan para ellos también, y todavía no han terminado el aeropuerto famoso...).  Una absurdidad tras otra, pero a lo mejor a los que defienden su exclusividad se la dan ahora con que no es sólo vivir lo que hacen en esas calles, sino negocios, y al fin y al cabo los refugiados sólo piden vivir en paz. Qué mejor lugar para ello. ¿No era zona exclusivamente para vivir? Que se lo pregunten a los sirios que vienen huyendo de la guerra en su país. Justo eso es lo que quieren.