viernes, 29 de noviembre de 2013

Nada es casi igual

Ya nada es lo que era. Ha nevado en Madrid antes que en Hamburgo. Y en Alemania desciende el consumo de cerveza, año tras año, y éste de nuevo. El libro más vendido esta semana en Amazon es el "Cásate y sé sumisa". Quién podrá leer eso, me preguntaba cuando lo publicaron y se supo de su éxito. Pues ya lo vemos. A veces parece que vamos a peor, en todo. Muchas mujeres llevan luchando siglos contra la sumisión para que a la gente le dé por leer esas sandeces. Qué suerte tienen muchos de que les publiquen libros así. Pero afortunadamente hay demasiadas no sumisas, o muchas que se "descasan". 

Por suerte sabemos también que por mucho que hablen en el telediario hasta aburrir del tiempo, informando a los telespectadores de si hace frío o calor con esos análisis tan exhaustivos que hacen con los que se duerme media España y parte del extranjero tras la cena, el tiempo es siempre como ha de ser, con alguna sorpresa de vez en cuando, pero como corresponde, así que ya llegará la nieve a Hamburgo, y en Madrid capital las nevadas no durarán.

A mí más me preocupan los caciques que se creen dominar el mundo y los que se dejan impresionar por su brillo de estrellas; los moralistas y su manada de borregos, que se creen a pies juntillas lo que esos les cuentan; los iluminados y los ignorantes que les hacen la corte. Eso por desgracia sigue siendo igual. 

sábado, 23 de noviembre de 2013

Los puentes que nunca vimos

Qué lujo haber vuelto hoy, tras 9 años,
a Gante, ciudad belga de la región flamenca llena de historia por todos sus rincones. En 9 años han pasado muchas cosas, y la última vez que estuve fue durante las fiestas de julio de la ciudad, que la convierten en un escenario de música durante una semana, o mejor dicho, montones de escenarios con música de todos los estilos y con un ambientazo impresionante. 

Hoy no hacía ni el calor de ese día ni se oía música por todas partes, ni había las multitudes de ese día. Pero la ciudad lucía maravillosa a pesar del cielo gris y el frío. 
Las ciudades bonitas ganan en belleza cuantas más veces vas. Ha sido mi tercera vez en Gante, y hasta hoy, y por motivos obvios, no me había fijado en este puente. Lo que comenzó como un juego de palabras en un momento que prefiero no describir, se ha convertido en algo que me acompaña en cada visita de  cada lugar, y ahora, por los casi 3 años de puentes, puedo decir que siguen siendo las construcciones más inteligentes que existen, por ser las que nos conducen al otro lado.



viernes, 22 de noviembre de 2013

La sordidez de una época

Como de un tiempo a esta parte estoy tratando de llenar lagunas cinematográficas, ayer me vi con mis hijas "Marcelino, pan y vino". No la había visto o no lo recuerdo. Como además lo que más tengo presente es la versión en dibujos animados que veían mis hijas en la televisión alemana cuando eran pequeñas, lo de ayer me supuso un shock. La serie, que es francesa, cuenta la vida del niño en el convento y de su capacidad de hablar con los animales.

La película de 1955, si ignoramos el patetismo de la España profunda, resulta entretenida. El niño es monísimo, y los monjes que lo cuidan muy tiernos con él. Y el resto es la España sórdida en la que los hombres gritan y tratan a banquetazos a las mujeres; el alcalde engaña para salirse con la suya y gobierna con el estilo caciquil tan conocido en muchos pueblos en esos años. Y luego tenemos el costumbrismo y folclore de la época a lo largo de toda la película. Pero todo esto me pareció "aceptable" como estudio de la época, hasta que llegó el final.

El niño se las apaña a lo largo de toda la película para darle pan y vino al cristo clavado en la cruz de una figura que hay en la buhardilla del convento. Y el cristo lo coge y se lo come y habla con el niño. Todo eso "vale" también... Pero cuando le dice el niño al final que quiere ver a su madre, que está muerta, el cristo le dice que si duerme la puede ver, a lo que el niño responde que no tiene sueño, y entonces le replica: "ven aquí, que yo te doy sueño" y lo abraza y el niño muere.

Mis hijas y yo nos quedamos patidifusas, más que cuando murió diCaprio en el Titanic. Qué horror de final, y cuantos millones habrán llorado con esa película. Me pareció muy brutal esa escena, por toda la carga psicológica que lleva. Cuánto daño ha hecho la iglesia en España. Qué culto más despiadado a milagros absurdos que muestran una brutalidad esperpéntica, por no hablar de todo ese culto a reliquias y más.

Y desde luego que me quedo con la serie de dibujos animados.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Que inventen algo

Hoy por fin han dado la luz, es decir, ha salido el sol. Los días de atrás han sido los típicos de noviembre de aquí en los que parece que ni siquiera se hace de día y con esa humedad del aire que no sabes si llueve o si se ha condensado todo el aire, y nosotros con él.

Hoy hemos tenido sol, uno que sabe a gloria a pesar de que el frío ha empezado a atizar de verdad. Anda que no me he acordado estos días sin sol de una noticia que leí no hace tanto. En un pueblo de Noruega habían inaugurado unos espejos para que llegue la luz solar a un valle al que entre octubre y marzo, por mucho que luzca el sol, los rayos no llegan de por sí. Ahora gracias a esos espejos se les acabarán los inviernos en tinieblas.

¿Se imaginan lo que es estar 5 meses sin ver el sol? Yo me hago una idea pues en el norte de Alemania estamos a veces semanas sin verlo, y en estos días de noviembre que, salvo hoy, son tan oscuros, me preguntaba si no podría seguir investigando la ciencia e instalar algo que encienda automáticamente la luz del día si amanece con esa luz tan pobre. Yo lo agradecería, como los noruegos, que celebraron felices.

Pero será por eso por lo que por estas fechas comienza ya la Navidad aquí. Hoy han abierto los mercadillos y por todos lados alumbran las luces. Creo que la Navidad como fiesta de luces y decoración típica la inventaron los nórdicos todos, porque algo hay que hacer. A mí estos días me dan ganas de taparme con una mantita en el sofá y tomarme un té (si lo tomase). Pero como todo es irreal, hacemos que tenemos luz, sin tenerla y nos desplazamos hacia las semanas de consumo y frenesí. Que para eso noviembre y diciembre son solo una vez al año. 

domingo, 17 de noviembre de 2013

Y yo más

Menuda semanita. Pensé que no iba a terminar nunca. Pero una cosa puedo decir: bendito trabajo, y más los que tenemos la suerte de hacer algo que nos gusta. Yo sé lo que es estar desesperado buscando trabajo y no tenerlo, y desesperarse pensando en si uno es un inútil y el resto tan cualificado y maravilloso. 

Ayer di un curso sobre Extremadura, y yo misma he aprendido un montón preparándolo. Hoy me ha escrito una alumna para decirme que tras mi curso de ayer ya se han reservado vuelos para viajar en verano hacia allá. No se imagina el gobierno español lo que los profesores de ELE (Español como Lengua Extranjera) hacemos para promocionar nuestro país. Dejé constancia en mi conferencia de que merece mucho la pena visitar Extremadura y descubrir todo lo que se desconoce de esta región que no suele figurar en los planes de los turistas extranjeros que visitan nuestro país. Yo más no puedo hacer.

Y para mala publicidad la que sale de los tribunales españoles. Lo del Prestige nos da de nuevo a los españoles la sensación de que los únicos condenados somos nosotros. Al final, como resumía con un titular el diario satírico El Mundo Today, que tanto me gusta, el culpable es el barco. En España nadie se responsabiliza por nada, pase lo que pase. El fiscal tampoco ve culpa en la infanta y frena todo antes de que el juez decida. Vergonzoso. Qué más tiene que ocurrir para que la condenen a ella y todos los que han robado a espuertas o han causado daños de millones de euros al litoral gallego y más. La huelga de basura ha lanzado imágenes al mundo que hacen dudar que en España los gobernantes tengan dos dedos de frente. Los trabajadores de la limpieza han hecho lo que tenían que hacer, pues estaban condenados de todas formas por el gobierno tan inepto que tiene el ayuntamiento de Madrid. Hoy se ha logrado el acuerdo y no habrá despidos pero la alcaldesa se quiere apuntar el éxito hablando de que se debe a la flexibilidad de la reforma laboral.  De verdad, ¡qué condena son todos ellos!

Por eso yo cada vez estoy volviendo más a lo básico, a los pequeños detalles, y disfruto viendo imágenes de las aves de Extremadura y he aprendido mucho sobre las que viven en los montes, en las dehesas o en los llanos. O sobre los cerdos de las dehesas, que son unos auténticos sibaritas, pues se comen primero las bellotas dulces y luego las amargas. También he aprendido que esas torres tan maravillosas y esos edificios que tiene Cáceres son en muchos casos resultado de un "y yo más". Los nobles hacían uso de la piedra para mostrar su poderío y construir torres más altas que el vecino. Isabel la Católica llegó a enfadarse tanto por esto que terminó por mandar pegarles un tajo a todas las torres salvo a la de un noble muy fiel a ella. Así que lo nuestro viene de antaño, el usar las riquezas no para el beneficio común sino para construir palacios y catedrales. Al menos gracias a eso tenemos ese casco antiguo tan maravilloso y tanto patrimonio monumental en todo el país y junto con las costas podemos ofrecer de todo y hacer disfrutar a cualquiera, a mí la primera. Por eso me da tanta rabia todo, que hayamos perdido tanta credibilidad. Yo seguiré mandando alemanes para allá de vacaciones, mientras que el gobierno español está logrando una emigración masiva de la juventud. Jamás he visto a tantos españoles por aquí ni tantos coches con matrícula española. Esos no vienen de turistas, eso está claro.


martes, 12 de noviembre de 2013

Me siguen sorprendiendo

Como últimamente no me cunde tanto la vida, me informo aquí y allá, como puedo, y sin embargo, con un solo titular yo solita me escribo la noticia que no tengo tiempo de leer después. El domingo una parte de Baviera, los implicados, votó en su mayoría en contra de una candidatura olímpica de Múnich para los Juegos Olímpicos de invierno en 2022. Tonterías las justas, como ven. Y a mi mente vinieron las tres candidaturas rechazadas de Madrid, y que a los madrileños no les preguntó nadie. No se convocó ningún referéndum y sí se hubiese hecho, me pregunto si encima la gente no hubiese votado que sí... Pero aquí ya ven. Para empezar se consulta, con esa manera tan alemana de hacer las cosas de movilizarse por algo, recoger suficientes firmas y convocar un referéndum.

Pero es que ahora leo lo que no he tenido tiempo de ver hasta ahora. Múnich ya se estrelló con su candidatura para los juegos de 2018, cuando entonces los pronósticos indicaban que la mayoría de los ciudadanos no los quería.

Y además, sigo leyendo, fue el alcalde de Múnich el que tras anunciar la posibilidad de una nueva candidatura, anunció que antes de presentarse, se sometería la cuestión a referéndum. Y hete aquí,  cumplió su palabra, y los ciudadanos han dicho que no.

Y hoy he oído en la radio que Hamburgo, que quiere presentarse para no sé cuándo, ha decidido pararlo de momento, pues temen una respuesta de la población similar. Se esperará unos cuantos años.

En fin, comparen y vean. A mí me sigue sorprendiendo mucho Alemania, a pesar de llevar tantos años aquí. No se andan con tonterías, ni para bien ni para mal, y les admiro en su forma de plantar cara y hacerse notar.

¡Qué han hecho los madrileños para merecer los políticos que tienen! Y el resto de los españoles lo mismo. Los titulares de hoy sobre Wert, por las críticas que le han hecho en Bruselas, muestran que además los políticos españoles son el hazmerreír de Europa. A mí me da vergüenza, y eso que no comulgo con muchas cosas que se hacen aquí, pero en tema de olimpiadas ya ven.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Aprendiendo a todas horas

Termina una semana muy intensa de subjuntivo, imperfecto e indefinido, perífrasis verbales, y de palabras en general. Por todas partes veo lenguaje y hasta de una canción puedes hacer una lección de subjuntivo. ¿Que qué es el subjuntivo? Los que no saben lo que es ni se imaginan la suerte que es saberlo así, porque sí, por las buenas, y no tenerlo que aprender de adulto en lo que es el pack del español. El subjuntivo es un capricho tal como decir "quizá luego llueva", y no "quizá luego llueve", o decir "Creo que luego viene" pero negarlo como "no creo que luego venga" y no "no creo que luego viene". Esto es la tortura mayor para los que aprenden español y los que lo enseñamos, tratamos de poner orden y reglas para que sean capaces de usar lo que nosotros decimos porque sí, sin pensar, y convertirlo en algo lógico para los que no lo tienen en su lengua.

Pero es que los mismos hablantes podemos aprender a diario. Yo aprendí el otro día que en Argentina "ochava" significa 'esquina'. A mí me hizo gracia saber esto, pues en mi barrio de Madrid hay desde toda la vida un bar que se llama así. Y la argentina que me lo dijo me preguntó "¿y a que está en una esquina?". Y efectivamente, lo está. Como esto había que investigarlo, he mirado, y ochava son esas esquinas que en vez de ser picudas son como un corte en diagonal entre las dos fachadas de una manzana, antes de que confluyan en la esquina. Es lo que en arquitectura se llama chaflán, he visto también (tampoco sabía lo que es chaflán). Pero es que entonces en Argentina además la ochava sería una esquina normal y corriente. De esta mujer argentina estoy aprendiendo cantidad de vocabulario nuevo para mí, y yo, que encima enseño nuestra lengua común, me siento como una paleta del castellano. Toda la vida ese bar en mi barrio y hasta ahora no he sabido lo que significaba. Y ahora me pregunto si no sería alguien que estuvo en Argentina y puso ese bar al volver.

Pero no es solo la lengua. Últimamente me están entrando unas ganas locas de viajar a América Latina, y ver todos esos sitios que aparecen en mis libros, y oír montones de palabras que desconozco de mi lengua. Es lo que ocurre si hablas una lengua que hablan más de 500 millones de personas en el mundo. Si eres consciente de ello, al final te das cuenta de que somos una pequeña parte entre tanta diversidad, pero lo fascinante es que es la misma lengua, incluso cuando los hablantes aprendemos los unos de los otros. 

martes, 5 de noviembre de 2013

Por si acaso

Una encuesta hecha por no sé quién ha dado como resultado que los alemanes más felices viven en Schleswig-Holstein. Los no alemanes no sabrán dónde está eso, pero es el estado federal alemán justo al norte de Hamburgo y que hace frontera com Dinamarca. Precisamente la noticia anterior a esa en la radio fue que en ese mismo estado, las ramas y troncos caídos en los bosques tras el paso del temporal Christian, tardarán lo menos 6 meses en ser retirados, por la cantidad de desperfectos causados. Yo me preguntaba si las dos noticias tendrían relación o si es como comparar el tocino con la velocidad. 

Los más felices, dice la encuesta, viven en el "Land de horizontes" como dicen en la frase que tienen como lema. Es una manera recatada de decir que no tienen una sola montaña, ni la necesitan. Para eso tienen dos mares e islas, como la de Sylt, en la que estuve yo a finales de junio con un clima que parecía de noviembre. ¿Será eso la felicidad? ¿Tener el mismo tiempo todo el año? ¿Tener playa y no poder apenas pisarla? ¿Tener la casa "ventilada" todo el día?

El caso es que hoy he salido algo mosca de un curso que he empezado hoy. En la ronda de presentaciones, cuando les pregunto a mis alumnos que por qué quieren aprender español, varios han respondido que porque tienen una casa en Mallorca y una que porque tiene una en Ibiza. A mí estas cosas me hacen pensar. De 14 personas, 4 tienen casa en las Baleares. Eso es un porcentaje muy alto y tendrá algún significado, porque todo lo tiene, así que a eso voy? Podría ser a) utilizando mi frase lema: ¡qué bien vive la gente que vive bien!; o b) ahora que soy alemana, me pido para mi próxima vida, si es que es alemana y no caribeña, estar en ese tanto por ciento de alemanes con casa en España o en Mallorca o cualquier sitio coqueto de la costa; con una finca de nada me conformo, para hacer senderismo por la Tramontana, como me explicaba una señora (ah, yo no hago senderismo, cierto, pero da igual); o c) si es tan fácil ser tan feliz en Schleswig-Holstein, ¿por qué no se compran muchos hamburgueses una casa allí, en la costa, que hay mucha, y la tienen a una hora de su casa y pueden ir casi todos los fines de semana? ...ah amigo, que a mí no me la dan.

Así que la felicidad tampoco será eso sino tener las necesidades cubiertas y una buena infraestructura, y buenos colegios, trabajo... qué sé yo... Aunque claro, la finca en Mallorca tampoco está mal...

domingo, 3 de noviembre de 2013

Un viaje lleno de aventuras

El otro día comentaba yo en clase que utilizar el metro en Hamburgo es para turistas aventureros. Manejarse en el sistema de transporte es lanzarse a la aventura y a las grandes sensaciones. Una máquina para comprarse un billete de metro es todo un sistema complejo de tarifas según horarios, zonas, billetes para grupos... Y ni en inglés, si es que lo sabes, te enteras. 

Hoy lo he vivido. Decidí aprovechar uno de los pocos domingos al año en los que abre el comercio, y de 13 a 18 h (que tomen nota en España, con los abusos que hacen al personal que trabaja los domingos) para irnos al centro en metro, algo que hago últimamente, por tenerlo (por fin) cerca. Al ir a sacar los billetes de la máquina (aquí taquilleros nunca ha habido, o al menos en los últimos 24 años) había una pareja delante de una y un grupo grande delante de otra. La pareja elucubraba y elucubraba qué billete tomar y eso que eran alemanes. Y en la otra el grupo tardaba y tardaba para sacar los billetes para todos. Así pierdes varios metros sin darte cuenta...

Pero luego llevábamos un par de estaciones cuando anunciaron por megafonía que nos teníamos que bajar todos en la estación siguiente y que autobuses preparados para ello nos llevarían las dos estaciones que no podíamos alcanzar en metro. Salimos todos y al llegar el autobús estaba lleno y el conductor nos dijo que esperásemos al siguiente. A todo esto hubo una situación que he presenciado aquí montones de veces durante los años que viajaba en transporte público a diario: una abuela (asesina) le pegó un empujón a otra mujer nada joven tampoco y le espetó "oiga, que yo también existo", como "autodefensa" porque quizá la otra la rozó o invadió su esfera, pues más no pudo ser, lo aseguro como "testiga". Pero un simple acercamiento, incluso si es por el tropel en el que estás metido, como era el caso en la parada, es aquí suficiente motivo para que una abuela matona se ponga ídem.

Luego íbamos todos en el autobús "pacíficamente", cuando por poco estalla otro conflicto. Yo iba hablando (en español) con mis hijas, que iban en los dos asientos de detrás, y hablábamos y hablábamos. Como aquí eso es una amenaza para la masa silenciosa, la abuela de mi lado, que parecía inofensiva, empezó a mirarme "inquieta". Hasta mis hijas dijeron "vamos a callarnos, que si no se lía otra vez". Y así fuimos riéndonos del personal y de lo mal que está la gente. Llegamos a nuestro destino con la sensación de que viajar en coche es mucho más relajante, aunque se pierda uno todas estas aventuras.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Hasta los muertos celebran

En el norte de Alemania pasa sin pena ni gloria el día de Todos los Santos. La gente del norte es demasiado racional con el tema de la muerte, y con todo, y jamás he oido a nadie decir que iría al cementerio un día como hoy. Así que hoy hemos trabajado y funcionado como en un día normal.

Pero puestos a celebrar algún rito para el día de hoy, me quedo con el estilo mexicano. Los mexicanos celebran los días 1 y 2 de noviembre el Día de Muertos, y la palabra "celebrar" tiene todo su sentido de fiesta. No es nada triste sino todo lo contrario. Se adornan las tumbas con flores de colores, en las casas se ponen altares con cosas del muerto, se preparan banquetes y se les pone un sitio a los muertos, y se les sirve comida. La gente cree que ese día se vuelven a reunir con sus muertos, y celebran el reencuentro. En los cementerios festejan, comen, bailan.

Hasta hace poco yo desconocía esta tradición, pero aparece en los métodos de español como lengua extranjera, y el folclore y la idea detrás de esta celebración me sorprende a mí igual que a los alemanes en mis clases. Yo les explico lo que se hace en España el día de Todos los Santos, para luego leer todos juntos lo que se hace en México. Las imágenes no podrían ser más coloridas, y los esqueletos que utilizan como adorno, en vez de dar miedo, parecen divertirse igual que los demás. Los visten de colores. Las calaveras parecen también pasárselo en grande, y también las hay de chocolate para los niños. A mí particularmente me encanta la idea del "reencuentro" y de pasar unas horas "juntos". Qué manera más agradable de cargar las pilas con los seres queridos que fallecieron.

Sin embargo, leo ahora, Halloween es una amenaza para la fiesta y proliferan cada vez más los que se disfrazan y celebran la fiesta importada americana, en vez de el Día de los Muertos. A mí me sigue pareciendo de lo más absurdo celebrar Halloween fuera de EE.UU. Pero vivimos en un mundo simplón en el que tenemos que vivir todo, no sea que nos perdamos algo. Por eso, observo también con desagrado que la Fiesta de la Cerveza de Múnich empieza a celebrarse en cualquier parte. En España proliferan ya bastantes, y en cualquier otro país europeo también. Lo siguiente a exportar y explotar serán los mercadillos de Navidad alemanes, o si no al tiempo. Ya vi el año pasado en Londres mercadillos al estilo alemán en los que vendían "Bratwurst", las salchichas, y "muld wine", el vino caliente con especias.

Por eso espero que Halloween no les fastidie a los mexicanos su fiesta, con lo original que es, pues cada vez es más difícil conservar la exclusividad de los festejos, pues de lo que se trata es de ganar dinero como sea, así que como se enteren los chinos, empezarán a producir esqueletos de plástico para todo el mundo, si es que no lo hacen ya. Con los adornos de Halloween ya lo han conseguido. De momento el reconocimiento de la Unesco del rito como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad es un logro. Y hacer de algo tan negativo algo tan alegre es otro.