miércoles, 29 de febrero de 2012

Jugada sustanciosa

No quiero ser una pesada, que lo soy, volviendo a hablar del expresidente alemán Christian Wulff, pero la noticia de hoy me hace teclear esto, porque estoy indignada. La oficina federal de la Presidencia ha decidido hoy que Wulff recibirá el sueldo vitalicio que les corresponde a los presidentes cuando dejan el cargo. Hablamos nada menos que de 200.000 euros anuales de por vida... Teniendo en cuenta que el presidente gorrón ha dimitido porque nadie le quería en el cargo, tras hacer alarde de "buenos amigos" que le daban favores que el no quería reconocer como tales, y que por todo eso ha estado 20 meses en el cargo, es para clamar al cielo. La comisión que ha estudiado el caso ha llegado a la conclusión de que ha dimitido por causas políticas. El pago de esa pensión está reservada a todo presidente que cumpla todo el mandato, o a los que dimitan por enfermedad o "causas políticas". Ahora todos se preguntan si cuando en sus palabras cuando dimitió dijo que se retiraba por causas políticas, sabía muy bien lo que se hacía. Merkel reiteró lo mismo ante la dimisión, y el resultado "casual" es ahora éste. Pero el debate ha estallado y supongo que seguirá en los próximos días. Si a Wulff le queda algo de vergüenza y respeto debería renunciar a los 200.000 euros anuales, pero ni la tiene ni lo va a hacer, pues quién renuncia a tal jugosa suma, si además estás convencido de que te la mereces. Pero dejémonos sorprender y que renuncie a ella, que actúe en consecuecia y siente un precedente. Creo que sería lo mínimo, tras haberse ido, no por razones políticas, sino por haberse dejado agasajar con jugosas ventajas en su época de presidente de Baja Sajonia, y haber pensado que era lo normal. Proporcionalmente además a los 20 meses que ha estado en el cargo, le sale salen los 200.000 mucho mejor que a los que han estado los 5 años completos. La jugada le ha salido redonda. Pero no olvidemos que todavía la fiscalía de Hannover le va a investigar, pues por eso pidieron que le levantaran la inmunidad, y que por eso acabó dimitiendo, porque no se ha ido voluntariamente. Que haga un gesto voluntario ahora y renuncie, o que done esos 200.000 € anualmente a colegios con falta de medios, o a instituciones como la que mencioné el otro día que atiende a niños con enfermedades terminales, o a muchos de los centros que no reciben ninguna ayuda estatal y luchan cada día por gente que lo necesita de verdad. Wulff no.

martes, 28 de febrero de 2012

Opinando

A veces no doy crédito a mis ojos, cuando leo correos como el que he recibido antes: una de las profesoras de mi hija pequeña nos ha escrito a los padres de toda la clase para pedirnos, dada la situación de tantas profesoras enfermas esta semana, si podríamos recoger a nuestros hijos el jueves y el viernes a las 11.30 de la mañana en vez de a la una. A la mayor en el instituto (a esa edad ya no preguntan), la han mandado también hoy dos horas antes a casa. Tal cual. El sistema escolar alemán es un pitorreo, y las que pagamos el pato somos las madres, que debemos compensar que no tienen plan B en la mayoría de los casos para estas situaciones. Así que como el e-mail trataba de hacer cosquillas a nuestra "obligación moral" frente al colegio, tras consultar conmigo misma, acabo de responder que el viernes sí, pero que el jueves de ninguna de las maneras, que no puedo (lo cual no es cierto: no quiero poder). Como la semana que viene y la otra tenemos vacaciones otra vez, todavía el viernes lo veo, como un precomienzo vacacional. Pero sigo sin entender que no tengan más alternativas o que no quieran tenerlas. Lo malo es que ya estoy oyendo a muchas madres que dirán que qué bien, que los niños están muy cansados (¿de qué?) y que les viene bien quitarse esas horas (salen a la una, recuerdo).

En realidad iba a escribir de los Oscars, recien otorgados, así que tomen el párrafo anterior como un excurso, como mi vida en Alemania lo es desde que me dejaron claro que no puedo hacer lo que yo quiera ni lo que quiera poder, sino las migajas que me dejen, mismamente en mi hilo de pensamientos, siempre interrumpidos por correítos como el anterior o similares. A los Oscars iba, y allá voy. The Artist ha sido la ganadora, al llevarse los premios importantes. La vi hace poco y me gustó mucho. La idea es simple como genial y la película no lleva nada nuevo. Me tuve que motivar ante la idea de que sería una película muda, con lo que me gustan a mí los diálogos, pero entre Juan del Jardín (con ese nombre en francés, como para no ser galán de Hollywood, Jean Dujardin), y la actriz tan picarona y simpática, como para no caer bien, y el perrito se merecería un Oscar por su actuación. Como mis hijas vean la película, no se conformarán ya más con el encantador perrito de los vecinos, y exigiran uno hollywoodiense. La película encandila desde el primer momento, con la expresividad de los personajes, también un John Goodman que hace de productor de películas. No inventa nada nuevo sino que celebra el cine en la esencia de sus orígenes, saltándose todo lo que ha venido después, efectos especiales y lo que sea. Sin embargo, y aunque no puedo opinar por no haber visto las otras, me da la sensación que podrían merecer igual o más la pena la de Brad Pitt concretamente, aunque parece dura, y la de George Clooney, que parece muy humana. Pero no ha habido sorpresas, como es lo habitual, al repartir los premios.

Mi hija, mientras hace deberes a mi lado, me acaba de preguntar si me gusta Obama. Y ahora me pregunta que quién es el presidente de Alemania (Wulff no ha dejado mella). Por suerte se le ha pasado el cabreo, pues al decirle yo antes que el jueves no la recojo a las once y media pero el viernes sí, en vez de agradecérmelo me ha dicho que soy "malísima" y que la mayoría se irá antes ambos días y que como puedo ser tan cruel. Pues porque yo, a diferencia de muchas otras, tengo cosas que hacer, aunque sea escribir mi blog (que no solo escribo eso, por cierto), y poner la lavadora, amén de prepararme mis clases y darlas. Pero desde que por las tragedias cercanas o menos cercanas sé que la vida es breve, he decidido no cabrearme innecesariamente por cosas que ni tienen importancia ni puedo cambiar, solo opinar, como de los Oscars, o sobre los vestidos en la alfombra roja (me quedo con el de Gwyneth Paltrow), sobre la actual novia de Clooney, que nadie recordará en la próxima edición de los Oscars, sobre la pierna de la Jolie, o sobre la cara de funeral de la mujer de Alberto de Mónaco (chica, que estabas en los Oscars).

Por cierto, mi hija me acaba de preguntar si los 7 enanitos de Blancanieves son hermanos o amigos. A mis risas a carcajadas me ha dicho que le parece raro que duerman todos en la misma habitación. Razón no le falta. Se admiten opiniones, como de todo.

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Se puede soportar tanto dolor? Me temo que no. Quién soporta que se muera tu hijo de 18 años, tal cual, que se vaya de fiesta un sábado de noche, y te lo encuentres en la UCI, con el cráneo destrozado, y perdiendo su vida por instantes. La tragedia, que se inició el sábado por la noche, ha terminado esta tarde, cuando ha fallecido. Atrás quedan unos padres y una hermana, destrozados, y nada volverá a ser como era antes. Y la pena será eterna, como ponían en el correo en el que anunciaban que todo ha terminado. Para él, y para ellos.

Si ayer escribí el post con lágrimas al relatar sobre el centro de cuidados paliativos para niños, y el dolor para sus padres, y la emoción de que haya vida en el mismo sitio, hoy escribo desde el desgarro que sentirá esa familia que conozco bien, y que por más que trate de imaginármelo, no sabré lo que es. He visto a ese chaval, si no a menudo, sí que una vez al año, desde que era un niño. Trabajé con el padre un tiempo, una bellísima persona, muy querido entre los compañeros. Él se ha encargado durante años de hacer lo que se llama aquí zusammentrommeln, tocar los tambores para convocarnos a todos, excompañeros, para que no nos perdamos la pista, y en esa casa se han celebrado estupendas barbacoas de verano. La última fue el año pasado y relaté de ella porque estuvo pasada por agua. No lo estuvieron los ánimos y el buen humor que teníamos todos cuando íbamos por allí. También recuerdo hace dos años, cuando celebraron una fiesta justo el día antes de mi cumpleaños y cuando dieron las 12, sacaron un cava para brindar.

Y hoy llegó el e-mail con la noticia, primero de que el chico estaba entre la vida y la muerte, y que se esperaban lo peor, incluyendo un enlace con el Bild-Zeitung, con una foto del chico en la camilla. Y la noticia era la siguiente: unos chavales alquilan una limusina (de esas largas de fiesta) para celebrar el 18 cumpleaños (¿de todos, alguno? no me queda claro), le piden al chófer que pare en medio de una calle porque quieren orinar, se bajan del coche, pero al cruzar la calle saliendo por la parte delantera del coche, el chico no ve a un Mercedes que se lo lleva por delante. Se da contra el parabrisas, sale disparado por los aires, y cae sobre el asfalto, donde queda con el cráneo destrozado. La conductora del Mercedes, de 23 años, no pudo hacer nada para evitarlo.

Desde el mediodía no se me va de la cabeza la tragedia, y me vienen miles de pensamientos y de por qués, siento ganas de enfadarme con una juventud que vive tan ensimismada que no se dan cuenta de lo que les rodea, por no hablar del estado en el que se encontrasen. Pero no quiero ni juzgar ni analizar. No es justo. El dolor de esos padres no se merece ni moralinas, ni juicios de valor, ni condicionales, porque era su hijo, único e irreplazable. Y a sus 18 años, se les ha ido para siempre.

[este post se queda sin título e etiquetas, porque no puede ser de otra manera]

domingo, 26 de febrero de 2012

Puente de estrellas

Antes, leía en el periódico sobre dos nacimientos muy distintos: por una parte el de la hija de la heredera al trono de Suecia, y los cuatro nombres que le han caído, y la alegría que ha dado a todo sus súbditos; pero cuando he leído de otro nacimiento que ha habido estos días de atrás en Hamburgo, me he imaginado que la alegría habrá sido mucho mayor. En Hamburgo existe un lugar del dolor en el que ya no cabe la esperanza: el centro de cuidados paliativos para niños, en el que éstos pasan sus últimas semanas de vida acompañados de sus familias. En este lugar de muerte y de despedida nació el otro día un niño. La madre de una niña que se está muriendo dio a luz en ese centro, en el que se encuentran estos días para despedirse de su hija de año y medio. Jamás había nacido nadie en este lugar, y al anunciar la noticia, la directora del centro dijo que habían notado de una manera muy distinta lo cerca que pueden estar la vida y la muerte. Este centro abrió en 2003, para acompañar en su último viaje a niños y jóvenes. Han apoyado a 400 familias, y más de 100 niños han muerto en esta casa; pueden acoger a 8 a la vez. Siempre tienen una habitación libre para algún niño cuya muerte sea inminente. Se mantienen a base de donativos y necesitan al año 1,7 millones de euros.

El nacimiento fue una experiencia única para los trabajadores del centro, y me lo puedo imaginar. Acostumbrados a ver cómo vidas tan jóvenes se apagan y lo que supone para sus familias, el ver nacer a un crío allí, debe haber sido mágico. Y la misma madre que da a luz a un bebé, está a punto de perder a otro. Qué irónica es la vida a veces, y cómo juega con uno.

Hace poco supe de un caso que me llegó a lo más hondo. La profesora de violín de mi hija, de la que hablé en el último post, me contó que acababa de fallecer una de sus alumnas. Era la niña que iba a clase antes de la mía, y yo la veía cada lunes. En el concierto de verano, en casa de la profesora, tocó junto a su hermana. La niña empezó a sentirse mal la Semana Santa pasada. Tenía un tumor en el cerebro. Parecía haberlo superado, cuando en verano recayó. Ya no volvió al colegio, y en diciembre falleció, con 8 años. La profesora me contó que los padres le pidieron tocar en el funeral, y dice que fue el concierto más doloroso de toda su vida. Todavía veo a esa niña saliendo con su violín cada lunes. Por mucho que lo intente, ni me imagino el dolor que estarán pasando esos padres, que tienen que seguir viviendo por esa otra hija que tienen, y hacer de tripas corazón.

Por cierto, el centro de paliativos al que acuden las familias con sus hijos con enfermedades terminales se llama Sternenbrücke, y ahora pienso en la traducción y estoy convencida de que es el mejor puente al que podré rendir homenaje en este blog: se llama "puente de estrellas". Menudo puente, y esta vez no ha sido hacia la muerte, sino también a la vida, y esta estrella que ha nacido será el mejor puente para sus padres y para todos los que han presenciado ese milagro de la vida entre tanto sufrimiento.

viernes, 24 de febrero de 2012

Una maleta llena de violines

Si tuvieran que comprar un violín, ¿cuál comprarían? Parecen todos iguales, ¿no? Y un violín es un violín, y produce la misma música. Pues no es nada fácil, como he podido comprobar yo estas semanas. El tema violín ha sido un asunto dominante en mi casa durante tres semanas, y tras unos cuantos paseos, ayer di por concluida la "operación violín!, y ésta es la definitiva.

Como mi hija ha crecido ya lo suficiente como para necesitar el violín definitivo, el de tamaño normal, es el momento de dejar de alquilarlos y comprar uno. Como aprovecho los viajes y los kilómetros que le echo al coche, también cambié el violonchelo de alquiler de la pequeña, que también ha crecido, y el violonchelo ha pasado de un cuarto a medio. No es que te den medio violonchelo, ni que vayan al peso, pero los instrumentos crecen en tamaño como tus hijos, a los que se les quedan pequeños, como cortos los pantalones, como escribí aquí en otra ocasión. A la hora de alquilar, no miras los instrumentos con lupa, pero para comprar uno sí. Y yo, que no tengo ni idea, ni tampoco oído para distinguir finezas entre unos y otros, me he visto con el papelón de tener una maleta llena de violines en casa y tener que ayudar a elegir uno.

La  preselección no fue fácil: el lutier y mi hija probaron unos 12 violines, de los que quedó esta selección de cinco. Normalmente, me dijo el buen hombre, no deja llevarse a la gente a su casa más de tres. Me dijo que si podía confiar en mí, y le dije que si tengo yo pinta de querer robar una maleta llena de violines. Pero aquí había un valor mayor de 5.000 €, así que es para confiar o no... ¿Y qué hace uno con una maleta llena de violines? Dejarla reposar, y esperar a que mi hija, probando uno a uno, le cogiese cariño a alguno.
Pero como necesitábamos asesoramiento profesional, le cayó el marrón a la profe de violín. Esta mujer y pedazo de profesora de mi hija se merece un monumento: es otro ejemplo de la idiosincrasia de este país en temas de conciliación. Es sueca y conoció a su marido estudiando violín en el Conservatorio de Hamburgo. Ambos, violinistas profesionales, han seguido carreras muy distintas: él es violinista en la Ópera de Hamburgo, y ella se ha ocupado de críar a tres hijas, y ha dado siempre clases privadas en su casa, pues más no podía hacer, pero con tal profesionalidad y ahínco, que ya quisiesen muchas escuelas tener a alguien así, si no alguna de las mejores orquestas del mundo. Tiene tres hijas musicales, ya mayores: la mayor acaba de sacarse la plaza en la Filarmónica de Düsseldorf, con su contrabajo; la segunda toca la tuba, pero estudia biología, y la tercera toca también el contrabajo, pero en la variante de jazz. Mi hija va feliz todas las semanas a la clase de esta mujer, y llevan cuatro años y medio juntas. Y cuando la recojo de clase, mi hija sale siempre contenta, y me dice que le encanta la clase de esta mujer.

Pues dicho todo esto, que cada cual se merece sus flores de vez en cuando, vuelvo a nuestro violín. La profesora se quedó con la maleta varios días en su casa, y me la devolvió con notas sobre cada violín, como si fuese una cata de vinos, que si éste tiene toques afrutados, éste tiene más cuerpo, etc., pero con otros matices, por supuesto, pero a mí me sonaban a algo parecido a eso. Y luego los probó uno a uno con niña incluida, probando el sonido y el porte juntos, y vio cuál es el que le va mejor a mi hija. Y es que, me explicó, ha de ser como enamorarse a primera vista, y que hay violines que los coges y no te imaginas hacerlos tuyos, y otros los tocas, y caes rendido a sus pies. Pero incluso el que ella y mi hija eligieron juntas, ha habido que ajustarlo un poco, para que esté perfecto, como una relación, más o menos. Eso supuso otro viaje más el otro día al lutier, y la profesora se empeñó en venir conmigo. Ella le expuso lo que tenía que apretar, ajustar, bajar o subir, y reconozco que en esa conversación me sentí fuera de lugar, y cuando trataban de que yo les entendiese, les dije que daba igual, que hicieran con el violín lo que considerasen absolutamente necesario, que yo solo tenía que pagar. Y allí lo dejamos, y ayer volví a por él, y me lo dieron ya en su estuche individual, que está forrado por dentro con terciopelo rojo, para cuidar tal beldad musical. Que sea para bien, me queda decir, y que lo toque muchos años. Ahora solo queda asegurarlo, pues como lo lleva en el metro y al instituto hay que prevenir que cualquier ceporro se siente encima o lo dé un balonazo, pero como es una clase musical en la que todos tienen un instrumento, confío en las musas, pues por lo demás, a mí no me queda más que hacer en este asunto.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Mi especialista favorito

Lo bueno de tener un blog es que uno puede escribir tanto del presidente alemán como de hemorroides y quedarse tan ancho. Hoy tocan las hemorroides. Admito que me encantan los temas tabú y si en este blog no me salgo a materias espinosas, es por pudor de cara hacia los que me conocen, pues hace tiempo que me vengo diciendo que yo me lo quiero montar tan bien como la gente que escribe por ejemplo de su vida sexual y encima gana dinero con ese blog. Yo no espero ganar dinero escribiendo de hemorroides, pero hablar de ese tema del que nadie habla me tienta tanto que hasta a punto de dormir ya, me apetece contar mis aventuras de hoy en el proctólogo. De los especialistas, creo que son los que más simpáticos me caen. He llegado a la conclusión de que los traumatólogos y los dermatólogos son los que más antipáticos me parecen: que te averigüen qué hueso exacto o qué problema es por el que te duele un hombro o una rodilla es tan jorobado como que te acierten con la pomada para la dermatitis u otras alergias de las que tampoco te encuentran la causa. Pero un proctólogo tiene siempre éxito.

No sé cómo aterricé en esta consulta en pleno centro de Hamburgo. Creo que fue porque me mandó una médica de cabecera, tras quedar yo hecha un cromo en temas de venas y varices tras mi segundo parto. Y desde entonces vuelvo al proctólogo cada dos años o así. Supongo que será la mejor manera de evitar operaciones y el uso indefinido de pomadas y más pomadas. A mí, mi visita en esta consulta me parece mágica: con unos toquecitos, y no es broma, salgo nueva. Cuando comencé a tratarme allí, había otro médico, muy amable y ya mayor, y el mobiliario de la consulta era de época antediluviana. Lo mejor era la silla, que parecía de Frankenstein, y eso tampoco es broma. Me decía que me bajase un poco lo necesario para dejar el "lugar" de tratamiento al aire, y volcaba la silla hacia atrás dejándome patas arriba. Unos toquecitos, y hasta otra. Un tiempo, por no ir hasta allí, tan lejos, cambié de médico, pero cuando me mandaron una pomada que no me hizo nada volví a la silla de Frankenstein como un corderito. Hace dos años este médico se había jubilado y apareció un médico joven. La silla era la misma. Yo casi le compadecí, pues pensé que qué mal estudiar tantos años medicina, para acabar viendo culos todo el día, y curando anos y rectos. Pero hoy, al ver a entrar de nuevo al juvenil médico, con flequillo a lo beach boy, todo moreno, y que me saludó tan amablemente, me di cuenta de que probablemente esté tan contento porque su trabajo es necesario y hace feliz a la gente. La consulta se ha modernizado: ya no está la silla de película de terror, sino una moderna camilla; hay biombos de cristal diáfano y una vitrina mostraba fósiles y herramientas que parecías prehistóricas: no olvidemos que las hemorroides lo son también. Y tras mis toques mágicos, esta vez tumbada sobre el lateral, y que esta vez se hicieron notar más que otras veces aunque duraron como siempre, como mucho unos 15 segundos, me dijo, "ya está, vuelva en un año". Y me fui toda contenta, tras coger el abrigo de la sala de espera, y ver que todos esos que estaban allí esperando, saldrían como yo, con la sensación de haber logrado algo grande de nuevo.

Lo sorprendente es que cuando cuento de esto a españoles la mayoría no sabe que las hemorroides se pueden cauterizar, y que en muchos casos no hay ni que operar, y pues si se tratasen debidamente, no se llegaría a esos extremos. Y pensando después en toda la gente que pasará día a día por esa consulta a una o dos veces al año cada una, he llegado a la conclusión de que debe padecer toda la población de Hamburgo estas molestias. Por supuesto que un proctólogo trata más cosas que hemorroides (acabo de mirar y aparecen cosas tan feas como fisuras anales, estreñimiento crónico y cosas así), pero solo con eso se tienen ganado el cielo. Y sin embargo nadie habla de esto. En mi casa, cuando era niña, yo siempre oí hablar de almorranas, y si bien la palabra hemorroides suena más "fina", sigue costando pronunciarla. ¡Quién admite tenerlas!, no es como contar que te duele la cabeza. Pero si por hablar de estos temas sabemos que existen estos especialistas en traseros, a lo mejor nos ahorramos más de algún susto. Yo me lo he dado ya al escribir de todo esto con toda naturalidad, y sin pestañear, eso sí, eligiendo muy cuidadosamente el tono y el vocabulario, pues estoy hablando de "mi más querido", como se dice en alemán para referirse también al trasero, mein Allerwerteste. Así que por qué no iba a poder escribir de esto.

martes, 21 de febrero de 2012

Hasta Wulff dimite

Si Christian Wulff ha tardado más de dos meses en convertirse en expresidente alemán, pese al goteo de informaciones que le debieron hacer irse hace ya semanas, yo puedo tardar cuatro días en escribir este post. Al final no sabemos si fue el crédito, o las vacaciones en Sylt, el coche, o todo lo demás, o todo junto, pero hasta que la Fiscalía de Hannover no solicitó que se levantase la inmunidad de Wulff, éste no dimitió. Cuando nos levantamos el viernes con esa solicitud, sabíamos que eso era el fin ya, aleluya. Y Alemania ha vivido la dimisión como una liberación. Más de tres cuartas partes de los alemanes están de acuerdo con su dimisión. Al goteo continuo de informaciones de actividades dudosas de su época como presidente del Estado Federal de Baja Sajonia se le sumó una actitud de "a mí no me echa nadie", algo que no suele tener éxito en Alemania, donde los escándalos no llegan a los extremos de España, por poner un ejemplo. Pero sorprendentemente, lo que parecía terminar de manera diferente a lo habitual, ha concluido con lo que ocurre y se espera en Alemania en estos casos: dimisión. Estos días se ha hablado de la higiene política que hay en Alemania, y puedo confirmar que es cierto. Se producen con frecuencia dimisiones de cargos altos por cosas que se les escaparon de las manos no solo a ellos sino a instancias inferiores, pero los de arriba asumen las consecuencias. Un caso así ha ocurrido hace apenas dos semanas en Hamburgo, cuando el Jefe del Distrito Norte de dimitió por un caso que conmocionó a la ciudad: una niña de 11 años que vivía con sus padres de acogida murió por una sobredosis de metadona. Los padres de la niña eran drogadictos, y por eso la niña vivia con esta familia de acogida y estaba "a salvo". Resultó que éstos últimos eran drogodependientes, y seguían un tratamiento de metadona. Por supuesto que el jefe del distrito no fue el que comprobó los formularios y se ocupó del caso personalmente, pero con la dimisión se asumen los fallos de la oficina de protección de menores de la que él estaba a cargo. Y si muchos dimiten por cosas más o menos serias en los últimos años, no cabía en la cabeza de este país que Wulff no lo hiciera, ya que el cargo del Presidente Federal es un mero adorno: no toma decisiones políticas, sino que representa al país, y representar solo puede hacerlo alguien de integridad moral suficiente como para hacerse respetar y dar una buena imagen.

A Merkel le salió muy mal la jugada cuando impuso a la fuerza a este candidato en 2010 y fue nombrado presidente tras una agónica sesión, en la que fue elegido en la tercera ronda. El candidato "moral" o "de los corazones" era Joachim Gauck. Y el domingo ardió no Troya sino la coalición de Gobierno de la CDU de Merkel, y los liberales, el FDP. Rösler, el niño travieso del FDP dejó a Merkel sola en su oposición frente a Gauck y apoyó a Los Verdes, y a los socialdemócratas, el SPD. Así que Merkel acabó por ceder y dar paso libre a la elección de Gauck, que será en el Parlamento Alemán cuando se cumpla el plazo de 28 días entre presidencias. Se dice que de Gauck se espera demasiado, tras lo vivido con los últimos dos presidentes. Recordemos que el anterior, Horst Kohler, dimitió también por unas declaraciones que hizo sobre la intervención alemana en Afganistán, por decir que ésta tenía intereses económicos...

De los presidentes alemanes no se esperan opiniones, pero que sí dejen una estela de algo grande o concreto, que no se entrometan donde no les manden, pero que den buena imagen. En ese sentido Wulff perdió desde el momento de ser elegido: demasiado glamour para el puesto, esposa tatuada y moderna incluida, donde se esperan más bien esposas tipo Barbara Bush, y no Michelle Obama. Y hablando de esposas, hoy ha salido una información curiosa a los medios: el futuro presidente, Gauck,  no está casado (ya lo estuvo), y vive con una mujer. Los conservadores de la CSU ya están diciendo que se case, pero a alguien como Gauck debe importarle un bledo. Como datos de su vida cabe destacar que nadó contra corriente en la Alemania Democrática: jamás se afilió al partido, e hizo oposición frente a un estado totalitario. A su padre se lo llevaron a un campo de trabajo en Siberia cuando Gauck era niño. Estudió teología y fue pastor protestante, hasta la caída del muro. Apoyó el movimiento que llevó a la caída del mismo, y terminó al frente del lo más doloroso de la antigua Alemania Democrática: las actas de la Stasi, lo más ignominioso del régimen. La película "La vida de los otros" muestra muy bien cómo funcionaba ese entramado de escuchas, denuncias y tragedias humanas. Fue el encargado de estas actas durante diez años, de 1990 a 2000, y a estas oficinas, donde cualquiera podía ir a mirar sus actas de la Stasi, se las acabó denominando la "administración Gauck". Desde entonces sigue involucrado en la política sin tener afiliación a ningún partido.

Tras la euforia de su nominación, hoy salen críticas sobre declaraciones que ha hecho en los últimos años, en el programa de televisión que tuvo, en conferencias, y apariciones públicas, pero los mismos tres cuartos de la población que respiraron aliviados con la dimisión de Wulff, aprueba la nominación de Gauck. Y absurda resulta la discusión sobre si está casado o no. Gracioso me pareció a mí hoy un comentario en la radio que decía que la "esposa del presidente" está en su casa, mientras que la First Lady vivirá con él en Bellevue, el palacete de Berlín domicilio de los presidentes alemanes. Pero lo que nadie puede negar, y aprovechando la analogía al martes de carnaval, es que Gauck no se ha disfrazado nunca de nada ni de nadie que no sea, mientras que Wulff se disfrazó durante casi 20 meses de presidente. Aliviados estamos de que termine el carnaval.

viernes, 17 de febrero de 2012

Marejada ciclónica: la tragedia de 1962

Si bien no conocía el término en español, la palabra Sturmflut fue una de las primeras que aprendí de la historia reciente de Hamburgo, pues esa marejada dejó a la ciudad tan marcada, que se recuerda a menudo cuando sube la marea del Elba e inunda los alrededores. Nunca se ha vuelto a llegar a esas proporciones, y la pregunta es si podría volver a pasar, pero indudablemente marcó a la ciudad para siempre, ya que demostró que no es invulnerable a las catástrofes naturales.

La inundación ocurrió en la noche del 17 de febrero de 1962. Una tormenta desató la tragedia a las diez de la noche del día anterior, con vientos huracanados que provocaron que el Elba, que normalmente a esta hora debería estar en marea baja, inundase todo, por la cantidad de agua que se fue acumulando por la tormenta a lo largo del día. Caos, gente sobre los tejados y una noche como en la peor de las pesadillas, con escenas que marcaron para el resto de sus vidas a todos aquéllos que las vivieron. Se inundó todo el centro de la ciudad, hasta la Plaza del Ayuntamiento, se rompieron los diques en las regiones del sur del Elba, el túnel del Elba se llenó de agua, se fue el alumbrado; de la ciudad se apoderó el caos y la confusión total.  A las diez y media de la noche el agua alcanzaba ya los 2.60 metros sobre el nivel normal. Pero siguió creciendo, hasta las 3.45 de la madrugada. Y entonces fue cuando empezó a bajar, muy lentamente.

Murieron 315 personas, decenas de milas se quedaron sin techo, cinco niños se ahogaron ante los ojos de su padre, que vio como se los llevó el agua. Los diques se rompieron en 61 puntos dejando paso al agua en 2,5 km de haber sido todo seguidos. Una sexta parte de la ciudad de Hamburgo quedó inundada. Los 61 puntos se rompieron a la vez practicamente, por lo que las fuerzas de rescate no sabían dónde actuar. El agua creció hasta los 5,71 m sobre Normalnull, la cota cero, o cero normal. En aquel momento, Helmut Schmidt era senador de la policía de Hamburgo, y tomó el mando sobre la operación, haciendo del caos una acción organizada que pudo salvar muchas vidas. En un principio se calcularon 20.000 muertos. Su actuación esa noche le valió como aval para salir elegido canciller alemán unos años más tarde.

La pregunta hoy día sigue siendo si pudo haberse evitado la tragedia. Por lo visto los metereólogos lo anunciaron y se sabía que sería fuerte, y sin embargo ese tipo de tormentas no son nada raro en estas latitudes, yo he vivido mil. Cuando dieron el aviso oficial, fue a la hora casi en la que comenzó la tragedia, y mucha gente no tenía televisión todavía. Lo que sí que está claro es que nadie se tomó en serio ese aviso formal con tono oficial y solemne, ni nadie pensó que los diques de 5,70 m de altura no aguantarían. Así que mientras la gente de los pueblos de la costa se preparaba para la tormenta, nadie quiso creer que el Mar del Norte, que está a 100 km de aquí, jugaría esta mala pasada a una ciudad tan grande como Hamburgo. Pero la marejada ciclónica, provocada por la tormenta que ocurrió en un lugar lejano, hizo estragos en la ciudad.

Estos días, y hoy sobre todo, Hamburgo recuerda el 50 aniversario de esa noche trágica, y hay varias exposiciones con fotos y material de la época en el Ayuntamiento y en el Museo de la Historia de Hamburgo. Junto con los bombardeos de la II Guerra Mundial, durante la Operación Gomorra, son las dos catástrofes que han marcado a la ciudad para siempre. Si bien una fue provocada por el hombre, y la segunda fue una catástrofe natural, y en la primera murió infinitamente más gente, se podría decir que su recuerdo ha quedado unido a ella como las grandes tragedias de la ciudad, como prueba de que nuestra vida pende de un hilo, o incluso del agua que necesitamos para vivir.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Justicia o decir Ley

Como lo de la escritura debe venir de familia, publico aquí una carta que ha escrito mi hermano a un periódico en el que le han publicado ya alguna otra. Me la ha remitido hoy, y al leerla, no he podido más que ofrecerle que aparezca hoy mismo en mi blog, a la espera de que se la publiquen, y aquí va:

"Justicia o decir Ley"
Después de la condena al juez Garzón, díganme cómo los jueces, la policía van a investigar a las mafias, redes de delincuencia organizada, si ni siquiera se les puede pinchar el teléfono. Entiendo la alegría de sus abogados, cómplices necesarios para su actividad mafiosa, pero no comprendo la alegría por ejemplo, de Esperanza Aguirre en la Asamblea de Madrid al conocer la sentencia condenatoria del juez Garzón diciendo que era un día grande para la democracia, esgrimiendo el discurso oficial que dice que la justicia, la ley es igual para todos. En la calle somos mayoría los que no pensamos así, sentimos indefensión ante la actuación de la delincuencia de traje y corbata. Ahí están los innumerables casos de corrupción, evasión, fraude fiscal, que quedan impunes. Impunidad que deteriora la democracia, caldo de cultivo de populismos y totalitarismos.
En este país, justicia no quiere decir ley. Los jueces del Supremo han aplicado alguna o varias leyes, pero no han hecho Justicia.
Y siguen enviando señales. Parece ser que el sustituto de Garzón en la Audiencia Nacional va a ser un juez que ha sido 8 años alto cargo en el gobierno del PP en Valencia. Cómo quieren que no pensemos mal...

José Luis

martes, 14 de febrero de 2012

San Valentín, jornada de reflexión

Jennifer Lopez, Madonna, Shakira y la Duquesa de Alba, cómo no, tienen todas en común tener una relación con hombres más jóvenes. A Demi Moore no le salió bien la cosa, pero ahí estuvo. No sé si es porque yo entro en edades serias la causa por la que este fenómeno me llama más la atención. Siempre las ha habido, pero ahora me parecen más, por qué será. En cualquier caso creo que es una buenísima tendencia, y un modelo a seguir. Que se preparen los jovenzuelos. Ahora mismo he querido ser Halle Berry, que se ha ligado a uno de los actores que más me gusta, Olivier Martínez, y por eso, he querido creer que él es más joven que ella, pero son de la misma edad, vaya. Y me encantaría que alguna mayorzuela se ligase a George Clooney, que me encanta. Pero estos son los que están con mujeres más jóvenes, pues pueden. Pero lo mismo ocurre con todas las mujeres mencionadas arriba: tales leonas se podrán ligar a quien quieran, y en el caso de la Duquesa, habrá influido lo ancha que es Andalucía y todos sus feudos. Y que JLo se ligue al tan joven bailarín, no sé no sé, pero a ellos tampoco les viene mal como lanzadera a la fama. Esto promete, sobre todo si hace cambiar la imagen de que un hombre puede ligarse a quién quiera, con 70 a una de 30 o menos, mientras que las mujeres parecen tener que justificarse por lo mismo, pues sigue pareciendo raro. Pero por qué iba a serlo. Como motivos se dan que las mujeres maduras en la cuarentena están en su plenitud sexual, y que por eso están muy bien servidas con sus amantes más jóvenes. O que ellos buscan en las maduras la experiencia de la edad; o que éstas tengan menos tonterías. Lo que sí que me imagino es cómo se sienten ellas. Debe ser un viento de juventud el que te entra por las venas, o si no que se lo pregunten a la Duquesa de Alba, su "joven" marido es mejor que el botox y todo lo que se haya puesto para parecer una mona tan joven. Ahora pensaba que a lo mejor es lo que debería hacer la reina de España para resarcirse de la familia que tiene. Si es cierto que el rey ha tenido todos esos líos que le atribuyen, y encima con la prole que tiene y lo que le toca aguantar, haría muy bien la mujer en largarse con un novio más joven.

Ah, hoy es San Valentín y no va de todo esto el día. Pero como pienso que ninguna pareja necesita ningún día de San Valentín para llevarse bien, ni rosas ni perfumes de regalo sino un día a día sólido, me hago eco del libro que acaba de publicar la Preysler sobre cómo divorciarse elegantemente, en los casos en los que el San Valentín diario se da a la fuga. Ella tiene experiencia, y ningún divorcio la ha hecho más pobre, así que entiende de elegancia al elegir de quién se divorcia. Ni que decir cabe que no me interesa el libro lo más mínimo, pero sí que a veces, con frases tan absurdas cuando se separan los famosos como "seguiremos siendo amigos para siempre" o "ella será siempre la mujer de mi vida", y cosas así, me pregunto si los divorcios poco elegantes quedan para la gente de a pie con poco que repartir, tan poco que hay que luchar hasta por una silla. El ex de Heidi Klum ha estado dando entrevistas y diciendo estupideces así o como que no se quitará el anillo de casado, hasta que ella le ha debido de dar un toque (money money) y le ha prohibido hablar, pues es la que corta el bacalao, financieramente hablando. Así que ésas deben ser las separaciones elegantes.

Que sí, que ya sé que es San Valentin, pero por eso y más dedico estas líneas a los San Valentines de verdad, a los que salvan el amor y hacen que creamos en él. Yo he tenido esta mañana una sorpresa muy grata. Sobre la mesa del comedor mi hija pequeña me había dejado una tarjeta hecha por ella, deseándome un feliz día de San Valentín, mucha suerte y alegría. Y dos corazones se van de paseíto de la mano, como ella y yo hemos hecho montones de veces mientras su hermana tiene clase de violín. Era muy pequeña y ese rato íbamos las dos a pasear, y la costumbre se quedó con ese nombre, el paseíto, y ella me decía a veces, cuando no tenía ganas: "No, paseíto no". No hace tanto me dijo que este año se cumplirán 5 años de nuestros paseítos, y que habrá que celebrarlo; "¿qué tal un viaje juntas, París o Londres?", propuso. Yo, que las cojo al vuelo, ya he ideado algo, porque nuestros ángeles están ahí para nosotros, alentándonos día a día. Eso es amor.

lunes, 13 de febrero de 2012

La ciudadanía monta en cólera

La sentencia dictada en el caso Garzón la semana pasada, inhabilitándole 11 años como juez, que es lo que le quedaría de carrera, me parece un ensañamiento injusto contra alguien que se ha atrevido con lo que nadie hasta ahora. No entiendo de leyes, pero como todo ciudadado en los tiempos que corren, vivo en el malestar que me producen sentencias así: otros que deberían estar en la cárcel, quedan libres, y encima defienden su tesis doctoral, la monarquía pierde sus simpatías por un yerno ladrón y una hija que quiere no saber pero que sabía y que tendrá que decidir entre el hasta que la muerte nos separe o su pertenencia familiar y el deber que esto conlleva. Pero lo de Garzón me indigna. No cabe duda de que si las escuchas que mandó hacer eran ilegales, no han de quedar como legales por ser quién es, pero me pregunto cuántas veces no se habrán hecho cosas así para aclarar la verdad, y nadie ha dicho nada. Garzón es un símbolo, e iban a por él, pues otros casos de prevaricación de jueces no han sido ni tan sonados, o éstos no han tenido que pagar por nada. Con su inhabilitación queda demasiada gente contenta, pero el malestar está en la calle, además del desprestigio internacional que la condena supone, y más si le añadimos la otra sentencia que le está al caer por investigar los crímenes del franquismo, otra osadía. Qué tristeza, y qué gran dolor para los que perdieron a sus familiares en esos años por obra y gracia del sistema, por lo que no ha pagado nadie. Que en la acusación figuren grupos de ultraderecha, y todo el clima que se está creando con todo esto, asusta de verdad.

Atenas arde, y aún así se han aprobado los recortes. De economía tampoco entiendo y por tanto no sé lo que será mejor, si que se saliesen directamente de la zona euro o seguir con esto ahogando a los que no pueden recortar más. Entiendo el enfado de la gente, pues hay sueldos de los que no se pueden recortar más. Ahora los griegos odian a los alemanes, y hasta el turismo lo está notando. Los hoteleros de las zonas turísticas acusan una baja de un 30% en las reservas de alemanes para este año y están muy enfadados, pues los alemanes empiezan a no venir. Pero en Atenas están ardiendo banderas alemanas y el ambiente está demasiado caldeado. Que la central de Europa parece estar en Berlín y no en Bruselas es más que cierto, y alemanizar Europa tampoco es una gran idea. Aquí hay minijobs, que son sueldos basura, y si Alemania se ha salvado de caer en picado como otros estados fue porque el canciller socialdemócrata Schröder empezó ya en 2003 con su Agenda 2010, con recortes que dolieron mucho, y por los que fue criticado y castigado. Aquí se ha abaratado mucho la mano de obra, y las condiciones con las que empiezan hoy los jóvenes no tienen nada que ver con la que empezaron sus padres. Éste es un país de trabajadores muy especializados, y todo funciona mientras forman parte del sistema, porque si no no son nada reciclables para otras ramas. Hay mucha gente que vive con muy poco en un país rico, y hay muchas diferencias sociales y zonas muy pobres, sobre todo en el este de Alemania.

Y sin embargo a veces me sorprende la practicabilidad de la democracia aquí. La palabra del año 2010 ya lo puso de manifiesto: Wutbürger, los 'ciudadanos con rabia'. Fue el neologismo elegido por la Sociedad de la Lengua Alemana como palabra del año, en la lista que se publica todos los años en diciembre. Y lo ocurrido ayer en Duisburg pone claramente de manifiesto lo que significa. El alcalde de Duisburg fue obligado ayer a dimitir por voto ciudadano. En esta ciuidad ocurrió aquella catástrofe en la que murieron 21 personas en el tunel de acceso a la Love Parade, la fiesta tecno que concentraba a gente de toda Europa. Hubo además muchos heridos, y la ciudad quedó conmocionada. El alcalde, en opinión de la mayoría, no supo afrontar la situación, ni aclarándola, ni disculpándose, ni ofreciendo apoyo moral a los damnificados. Y los "ciudadanos rabiosos" empezaron a recoger firmas, obteniendo las suficientes como para convocar un referéndum que tuvo lugar ayer, en el que salió mayoría para los que dicen que se vaya. Anoche, un indignadísimo Adolf Sauerland, tuvo que anunciar su dimisión, y sus últimas palabras fueron "Que Dios proteja a Duisburg". Resulta grato ver que los iluminados que se aferran a sus sillas han de retirarse si la rabia y la cólera de los ciudadanos llega hasta tal punto. En otro post de este blog hablé de que estar frustrado no es nada malo si lo utilizamos como fuerza para cambiar las cosas. Y lo mismo ocurre con la rabia. De ella surgio el movimiento de los indignados del 15-M, y lo que está cada vez más claro es que la ciudadanía europea está enfadada con sus gobernantes tan ineptos, que anteponen todo beneficio personal si no material, en cuanto a prestigio y renombre, antes que realizar su labor como deberían. Que hagan un referéndum en Alemania y pregunten si ha de dimitir el presidente, Wulff, sí o no. Que se vote a favor o en contra de la monarquía en España. O sobre mantener o no el matrimonio gai, aprobado ya, y que el nuevo gobierno español quiere dar marcha atrás, como si no hubiese ahora otras cosas más importantes que hacer: ah, y abaratar y facilitar aún más el despido como lo han hecho no era una de ellas. Yo monto en cólera y no hay que buscar enemigos globales como Garzón o Merkel para solucionar problemas de engranaje, pues las piezas individuales dejaron de funcionar una a una hace mucho tiempo.

sábado, 11 de febrero de 2012

Fiesta en el hielo

La última vez fue en 1997 cuando se celebró que se helase el lago del centro de Hamburgo, el Alster. Hace dos años las autoridades dieron permiso a subirse al hielo, pero no se celebró oficialmente. Y ha habido que esperar 15 años hasta celebrarlo de nuevo con bombo y platillo. Se esperan un millón de visitantes entre ayer viernes, y mañana domingo. Se han puesto chiringuitos en la orilla, pero sobre tierra esta vez. Admito que me hizo más gracia las dos ocasiones en las que lo viví con los puestos en el hielo. Resultaba cómico ver las parrillas de las salchichas puestas sobre el hielo, y se comía allí mismo. Hoy estaba todo más organizadito y separado, y se comía y bebía fuera y dentro quedaba el espacio entero para pasear y patinar. Tiene su gracia el caminar sobre lo que habitualmente es agua, y por eso nadie parecía querer perdérselo, a juzgar por las multitudes, cientos de miles de personas. Yo puedo decir que he estado, aunque al cabo del rato dejé de verle la gracia por el frío insoportable, y las colas para comerte cualquier cosa. Luego vas con dos críos, y la una quiere un crêpe y la otra no, las salchichas, tras esperar la cola, son de ciervo, y yo no como ciervo salvo si no me queda más remedio, y al final te vas, helado y harto, hasta otra, quizá en 15 años, aunque con el "calentamiento" del planeta, me temo que en dos años se congelará otra vez. Las fotos son casi tan espectaculares como la realidad, o mejores aún, porque no para verlas no hay que helarse, aunque eso no parecía importarnos a nadie hoy. ¿Que si da miedo entrar al "agua"? Ninguno. Piensen que estamos en Alemania, y que si dicen que se puede pisar, yo me lo creo, menudos son. Dan algunas advertencias: no caminar bajo puentes (lástima, pero por eso no me acerqué mucho), y no meterse en canales, y acordonan las zonas peligrosas. Aún así siempre hay algún temerario, como ayer, uno que con su bici, para atajar, decidió atravesar un canal... El muy listo acabó en el agua y siendo rescatado por los bomberos. La tontuna se premia, está claro. Pero pasén y vean, y no se congelen, aunque eso ya lo hago yo, y un millón más.
los chiringuitos en la orilla, y la gente dentro del lago

un puente al fondo

esto todo normalmente es agua

idílico, visto desde la orilla

viernes, 10 de febrero de 2012

Mi cocidito hamburgués

Ay lo que me estoy riendo ahora mismo, y no me viene mal. Yo misma me curo en salud, tras mis más bajos momentos, y ayer, antes de meterme en la cama mucho más antes de lo normal, saqué todo lo necesario del congelador para hacerme hoy un buen cocido, puse en remojo los garbanzos, los del alijo, y a descansar la víspera de hacérmelo. Y ya está en marcha, y mientras empieza a cocer la olla, empiezo el post, que es como otro plato de (casi) cada día.

Llevo toda la semana riéndome también con lo que me dijo mi hermana el otro día por teléfono, referente a facebook o blogs. Me dijo muy divertida que ella no tiene experiencias interesantes, ni nada tan curioso que contar como otra gente, y yo me reí, y le dije que eso no es cierto, que a diario vivimos muchas cosas dignas de ser contadas, y que si las ponemos bajo el prisma y la perspectiva adecuada, se convierten en algo especial y gracioso. Lo que unas veces nos hará llorar, otras nos lo tomaremos con guasa y nos reiremos de nosotros mismos. Y a mí hoy, al pensar en mi cocido, se me ha venido a la cabeza la cancion de Manolo Escobar, la del "Cocidito madrileño". Como salvo algo del estribillo, no me sabía la letra, la he buscado, pues todo se puede analizar desde el punto de vista científico, y aquí va tal joya de la cultura española, para los que no se han parado como yo a pensar que nuestro arraigo cultural lo mamamos con las cancioncillas de la radio de nuestra infancia:

No me hable usté
de los banquetes que hubo en Roma.
Ni del menú
del hotel Plaza en Nueva York.
Ni del faisán
ni los foagrases de paloma,
ni me hable usté
de la langosta Thermidor.
Porque es que a mí,
sin discusión, me quita el sueño
y es mi alimento y mi placer
la gracia y sal
que al cocidito madrileño
le echa el amor de una mujer.

Estribillo:
Cocidito madrileño,
repicando en la buhardilla,
que me huele a yerbabuena
y a verbena en las Vistillas.
Cocidito madrileño
del ayer y del mañana.
Pesadumbre y alegría
de la madre y de la hermana.
A mirarte con ternura
yo aprendí desde pequeño.
Porque tú eres gloria pura,
porque tú eres gloria pura,
cocidito madrileño.

Digame usté
dónde hay un cuadro con más gracia
con el color
que da la luz del mes de abril,
cuando son dos
y están debajo de una acacia,
y entre los dos
un cocidito de albañil.
Cuando el querer
de la mujer le dice al dueño
de su hermosura y su pasión:
Toma, mi bien,
tu cocidito madrileño,
que dentro va mi corazón.

Estribillo.
Olé, me cabe decir. Solo conocía lo del "porque tu eres gloria pura" pero el resto nada. Yo no sé lo que es la langosta Thermidor, pero la primera estrofa es antológica. Y el machismo de la canción genial. Ni Arzak ni ná, el cocido lo hace una mujer, y punto, y con amor hacia su hombre, nada de estrés, ni de malas conciliaciones, pues es su labor. Lo de imaginarte la verbena en las Vistillas, con mi mente fantasiosa, todavía se lo acepto, pero lo de la "pesadumbre" me escama. ¿Se refiere a después, por el efecto que todos conocemos de la legumbre? Pero es que encima, en una segunda lectura me doy cuenta de que la "pesadumbre y alegría" son solo las de la madre y la hermana, y él, hombre, mira con ternura al cocido, no a ellas que se lo preparan. Y el final es sublime, la mujer le hace al "dueño" de su hermosura y pasión (no es ella, claro) el cocido con su corazón. Creo que sería motivo de un estudio literario, el analizar las letras de las canciones de Manolo Escobar, y seguro que existen tales, y animo a todos a pararse a pensar en las letras, qué despiporre, como el "Dónde estará mi carro".

A mí me toca ahora echarle los garbanzos, que ya ha cocido la carne, y solo sé que mis hijas, en cuanto entren por la puerta, dirán "huele a casa de la abuela". El único problema de que no hago casi nunca cocido es que cuando me pongo, echo todo el alijo, y me sale cocido para un regimento, y mis hijas acaban protestando cuando se lo saco, tras congelarlo, una vez por semana hasta que se acaba. Pero tienen que mamarlo, como lo hice yo, que por eso me gusta tanto, aunque reconozco que si le ponen a un alemán tal plato, lo mirará con recelo, como yo he hecho a veces con los de más arraigo de aquí, hasta que los he probado y me he acostumbrado a la mezcla. ¡Jo, qué bien huele mi cocido! Benditas las puntas de jamón, imposibles de comprar aquí, que me metió mi madre en algún otro alijo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Quiero ser un niño alemán

En mi próxima vida quiero ser un niño alemán. Eso les digo a mis hijas a menudo. Hoy por ejemplo, que la mayor no tiene colegio, y la semana que viene un día la otra, lo vuelvo a repetir. Jornadas pedagógicas, o conferencias, las llaman. Si a eso le sumamos en el instituto las horas de clase que se cancelan cuando no viene el profesor (aquí no se pone sustituto o plan alternativo sino que los mandan directamente a casa, o les dicen el día de antes que vengan más tarde), o las horas que en primaria hacen galletitas o actividades absurdas en horas de clase, estoy ya que me ataco otra vez. Seré un niño alemán, sobreprotegido y además "tocagüevos", de esos tan listillos como sus madres. Ayer llamó una niña de 8 años aquí, para prevenirle a mi hija de entrar en una página de internet en la que entra habitualmente. Son unas muñecas a las que colorean y ponen vestidos muy fashion, la versión moderna de los recortables de antes, digamos. Mi hija chatea con sus amigas y se dan puntos por los atuendos que hacen. Se ve que esta niña llegó a casa y dijo que quería chatear con Natalia, y la madre, entró en la página, como hice yo en su día, pero le prohibió terminantemente su uso. Pero una familia perfecta no se conforma con eso, sino que previene al mundo. La niña llamó para contarle a mi hija que su madre había visto que un hombre había amenazado de muerte a una niña y a su madre. Mi hija, al colgar el teléfono, me dijo toda consternada: "Y yo que pensaba que llamaba para quedar conmigo". Yo me reí, y le expliqué que sí que es cierto que hay que tener mucho cuidado en internet, y que por eso yo les digo que solo se hagan amigas de sus amigos, y de nadie más, y que por favor, me enseñen siempre cualquier cosa rara que vean. Y no pude evitar reírme y las tres lo hicimos, y les expliqué que los niños tan marisabidillos me atacan y que la actitud de esos padres que dan lecciones de pedagogía a los otros me molesta mucho. A todo esto cuenta la otra que una de sus amigas, vegetariana convencida, en la cafetería del instituto, en la que comen un día a la semana de manera barata y por cortesía del trabajo gratis que realizan madres que organizan este comedor (aquí no hay comedores en colegios o institutos), que encima pregunta a menudo cuando ve la carne: "¿Y es bio?". Mi hija me explica que con lo poco que cuesta la comida, como mucho será carne del Aldi, y que si ella, vegetariana, ni siquiera la va a comer, por qué se mete. Alguna vez ha recibido como respuesta de las madres, que con un mínimo presupuesto que luego sacan a precio de coste tratan de hacer milagros, que eso es imposible. O alguna vez he tenido yo en mi casa a alguna niña que me ha preguntado si las zanahorias eran bio, a lo que le he dicho que sí, que se las comiese tranquila... (no lo eran). Y luego esa misma otro día me dijo que la tapa del yogur no se chupa, que eso es cancerígeno.

Menos peligroso es lo de hoy, por supuesto, y en realidad ése es el motivo de mi diatriba mañanera. Al llegar al cole a las ocho menos diez, mi hija pequeña grita "Scheiße!!!" (mierda), y me dice que se ha olvidado el casco de la bici. Me comentó ayer que hoy va el señor policía del barrio a enseñarles educación vial, y yo me pregunto, con la que está cayendo, ahora mismo nevando, y en la radio en la información del tráfico no había más que noticias de accidentes y accidentes por hielos, ¿si no es mejor dejar esto para cuando estemos a temperaturas sobre cero...? Así que tengo dos opciones: o acercarle el casco a la hora del recreo (algo que he hecho alguna otra vez con otros olvidos "importantes", o aguantarme la fuerza de la "obligación" moral y que le deje alguno otro niño cuya madre no tenga nunca ningún olvido. Y mientras pasan muchas horas de colegio haciendo galletitas, y educándoles para ir por la calle debidamente, con casco o sin él, luego te dicen que por favor que le revises tú las tareas a tu hijo, que escriba contigo en casa, y cosas por el estilo, porque es evidente que con clase de ocho a una, restándole tanta hora de felicidad plena, que el trabajo real, y el apoyo a los niños soñadores, como la mía, ha de hacerse en casa, pues la diversión y fantasía se hace en primaria en clase.

Una prima mía, cuando lee estos posts míos, me dice que soy una autentica talibana en temas de educación. Y aseguro que sí, que me he vuelto, a base de luchar día a día contra lo incambiable, y por sentirme tan rarita en un mundo más raro que yo. Así que tomo la actitud española en el asunto, y me digo que ya le dejaran algún casco, o si no que la castiguen, que no pasa nada. A todo esto acabo de oír antes en la radio que a partir de ya, por 8 puntos quitarán el carné de conducir en Alemania, así que todo perfecto, que quiten o resten. Y justo ahora me estaba empezando a sentir mejor, tras soltar todo esto, cuando caigo en la cuenta que mi obligación de ciudadana es quitar ahora mismo la nieve que ha caído antes, no sea que se caiga alguna abuela y encima me denuncien. En la radio decían antes también que cada ciudadano con su casa lindante a la acera tiene que quitar la nieve, y una vez pasado todo el temporal, quitar toda la arena que se echa para evitar resbalos. Ahora pienso en mi amiga española que echó sal casera una vez del cabreo que tenía... Y mi hija mayor, que está por aquí en casa, un jueves de diario, sin clase, empieza a organizarme el día... Mal plan llevamos hoy, pues ya ha sonado el teléfono dos veces de otras niñas aburridas como ella en casa que tratan de organizarse(nos) el día.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Emoción

¿Nos quitaremos de encima de una vez la pesadilla de presidente que tenemos en Alemania? He vivido ya con unos cuantos, y para un puesto en el que no han de más que figurar y de vez en cuando opinar seriamente sobre algo serio, pero sin pasarse, pues se les critica entonces, puedo asegurar que la mayoría de habitantes de este país estamos hartos de llevar dos meses mínimo oyendo constantemente del gorroneo con el que Wulff gobernó el estado federal del que fue presidente, Baja Sajonia, y ahora por extensión el resto del país, siendo la misma persona. Hoy nos han contado que en 2007 le pagaron unas vacaciones en Sylt, y si le sumamos las de Italia y no sé dónde más, el coche último modelo que le "dejaron" antes incluso de que se pusiera en venta, el crédito por el que se ahorró unos 120.000 € quiero desear que se vaya de una vez. No entiendo cómo algunos pueden vivir con el escarnio público, y pretender seguir estando limpio. Lo mismo Alberto Contador, y lo siento por él. Lo del filete no se lo cree nadie, salvo él y los de su pueblo, y siento que un chico tan dotado y que parece buena gente, se haya dejado asesorar mal y se haya inyectado lo prohibido. Pero ahora, condenado, dice que "queda claro" que no se ha dopado. Yo no lo veo claro. Está bien querer creerle, pero hay que ser realistas, y si la hemos liado con todo el equipo, hay que asumir las consecuencias. Luego los millones de Arancha Sánchez Vicario, que ella no sabe dónde están. Hasta a la prensa alemana ha llegado la noticia, y a mí me horroriza cuando la gente saca los trapos sucios de su familia a la opinión pública. Y ahora he visto un titular sobre una americana que ha publicado un libro en el que cuenta que perdió la virginidad con Kennedy, otra más. Y lo bueno es que lo venderá, porque esas son las noticias que estamos esperando todos, aunque estén pasadas de moda. Pero es que hasta las de "moda" acaban cansándonos: hasta mi hija me dijo ayer que no puede ver ni una noticia más de la separación de Heidi Klum y Seal, y que las ve, como yo, cuando abre el correo, sin poder escaparse. Pobres niños.

Así que publico las noticias que me parecen a mí más interesantes que todo esto y mucho más que quiero ahorrarles a mis lectores. Ayer un camión cargado de chucrut volcó en plena autopista ocasionando un atasco de más de 10 km. La carga se quedó esparcida en la autopista, que con las bajas temperaturas, se congeló. Chucrut congelada, y lo que costó quitarla con sal, y que todo volviese a su normalidad; la que se lió fue buena. Interesante me parece también la aparición de un libro que va sobre lo que yo vengo diciendo los últimos tres inviernos: que lo del calentamiento climático es un camelo y que no me lo creo, que nos toman el pelo a todos. Y bueno es que nos adaptamos a lo que nos echen: hoy, a -3°C me parece que tenemos temparaturas suaves, tras haber estado a -14°C, así que lo celebro y respiro hasta los próximos -11°C que anuncian para ya mismo, así que calentamiento global, ¡ja! Y otra noticia curiosa: un estudio demuestra que Facebook crea adicción, pero que solo el sexo y el sueño sigue siendo más importante. Las personas con las que hicieron el experimiento podían pasarse antes sin alcohol o tabaco, que sin Facebook, pero a la red social le gana el sexo y el dormir. ¿Así que de qué nos preocupamos? Y un titular personal: yo estoy a punto de poner un cartel cada vez que me meto desnuda en un jacuzzi: "prohibido hombres". Hoy tempranito, tras hacer deporte, me metí en el jacuzzi, y como hay que entrar desnudo, lo pone el cartel, yo lo hago casi dando saltos (me he llegado a hacer daño en la rodilla, de lo incómoda que entro así, como me trajeron al mundo). Pues estás tan a gustito en el jacuzzi y si viene alguien de tu mismo sexo es aceptable, pero hoy, cuando se metió primero un hombre, y luego otro... con tal naturalidad, que yo pensaba que qué mala suerte que a las horas que voy yo al gimnasio solo hay gente mayor, y ni cachas, ni nada, y que a ver cómo salía yo del jacuzzi con naturalidad ante esos cuatro ojos mirándome. Lo hice, y sin hacerme un esguince de camino a la toalla, que no es poco. Conclusión: ni 10 meses yendo desnuda por la zona wellness del gimnasio han conseguido volver alemana y comportarme de manera natural.

Y ahora la mayor emoción del día. Hoy la autoridad compentente de Hamburgo en temas de "hielos" se ha subido al Alster, el lago del centro, rodeadas de cámaras. Han serrado un trozo, lo han medido y ... emoción ... 20 cm. Eso quiere decir que nada debería impedir que este fin de semana se celebre el fiestón sobre el hielo y cientos de miles de personas suban sobre el lago helado. Pero como estamos en Alemania, y somos unos agonías, han dicho que sí, que tiene el grosor suficiente, pero que la decisión final se dará a conocer esta tarde, pues tienen que evaluarlo bien. Así que estoy que no me tengo de la emoción pues aviso que este año me subiré, y no como hace dos, cuando se congeló, que no lo hice en señal de protesta. Tras el invierno tras asqueroso en el que estuvimos meses congelados y con las calles en un estado que no permitían ni circular ni nada, dije que yo no tenía que celebrar nada. Este año hemos conseguido este hielo en cuestión de una semana y media, y como he sufrido poco, no hay nada que impida que vaya. Así que toca esperar hasta conocer el notición, y ustedes también, que no van a ser menos. Wulff no me interesa nada, pero la fiesta...

martes, 7 de febrero de 2012

A toda máquina

Vengo del chequeo que la seguridad social alemana realiza cada dos años a los mayores de 38 años. Empiezan los achaques a esa edad, y a mí, en los tres que ya llevo siempre me han encontrado algo, así que está científicamente comprobado que el que busca encuentra y más a partir de esa edad. Por eso en otros países no buscan tanto, por si acaso. Medicina preventiva, aunque yo la llamaría medicina desencubridora, pues hasta ese momento estabas "más o menos" feliz, con 38, 40 o 42... Así me sacaron a mí hace dos años que Hashimoto se había instalado en mi vida para no largarse más, y que la tiroxina me acompañará para siempre. Espero que en el análisis de sangre, cuyo resultado me darán hoy o mañana, no salgan otros intrusos de nombre exótico, pues Hashimoto ya me es familiar, y las otras neuras están todas por las mañana cuando paso lista. De momento me conformo con que me han atestado que el peso es el correcto y que hasta el michelín que le mostré a la médica para llevarle la contraria está dentro de lo aceptado por la medicina, me ha dicho ella con una sonrisa. La piel muestra signos de envejecimiento (joer), pero mi tensión está como nunca, y no por los suelos como suele estar, y sigo coordinando y teniendo la movilidad debida, y el electro perfecto. Así que salvo unos problemillas, que algo hay que encontrar, me ha dicho que p'alante. Y lo mejor de todo es que he crecido: hace dos años anotó 1,58 m, a lo que recuerdo que increpé diciéndole que medía 1,59 ó 1,60, pero hace dos años era yo muy poquita cosa, y ese centímetro de ahora se nota. Es evidente.

Y así me noté yo en clase ayer. Retomé mis cursos, tras dos semanas libres. Me da cada vez más gusto ver a mis alumnos cuando llevamos un tiempo trabajando juntos, y por eso noto que los cursos que menos me gustan son los de principiantes, en los que no conozco a nadie y ellos a mí tampoco. En el nivel de principiantes de idiomas el profesor es como un show man, y estás expuesto plenamente cada segundo. Has de venderles el producto y convencerles de que cualquiera puede aprender un idioma (aunque tú a veces dudes de ello y te entren ganas de decirle a alguno que se apunte a macramé). Siempre hay alguna cara nueva en los cursos pero cuando son la minoría es muy fácil integrarles, si ellos se dejan, claro. Es muy curioso cómo una clase es un microcosmos de la vida. Están representados todos los personajes: tienes a gente echada p'alante, tímidos, entretendores, y por supuesto al gilipollitas que no dejará pasar ningún momento sin soltar la parida de turno. Pero lo bueno es que hasta el profesor tan principiante que yo era hace dos años y que se puso a dar clase de repente un día a 20 extraños de golpe, le han salido las tablas por algún lado, y salvo por algún cabreo que me llevo alguna vez por algo, puedo decir que hasta a los resabidillos los tengo controlados e integrados. El peor momento para mí es a final de cada curso, cuando veo que la gente flaquea,  porque siempre pierdo a muchos a los que he cogido cariño. Agradezco cuando vienen a mí y me dicen abiertamente que lo dejan, que no tiene nada que ver conmigo, pero que están muy estresados con todas sus tareas, y que necesitan una pausa. En algunos casos he tratado de convencerles de que ésa es su apreciación y no la mía, que yo los veo bien de nivel, pero he aprendido a respetar esas decisiones también. Más me duele cuando desaparecen sin decir nada, y no sé ni por qué, y si hago recuento, habrán pasado ya por mis clases, difícil calcular, unas 120 personas mínimo. Muchos desaparecen y se incorporan otros nuevos que se mantienen, y lo mejor es cuando, como ayer, veo que gente que no sabía nada cuando llegó a mí, son capaces de decir bastantes cosas. Ayer me lo pasé muy bien en mis dos clases; ya no necesito ponerme nerviosa y puedo ser yo. Cuando me conocen, para que hablen ellos lo más posible y no yo, les digo que me presenten a los nuevos. Primero me miran como diciendo "qué papelón", pero como a lo largo de 6 meses o un año fluye mucho de mí en cada clase, espero con curiosidad cuando arrancan: "Se llama María Elena, es española, de Madrid, tiene dos hijas, habla varios idiomas, le gusta mucho la gramática, el cine, el arte, viajar", pero lo mejor es cuando se ponen irónicos y dicen "no sabe montar en bicicleta, le 'encanta' la nieve, y cuida 'mucho' su jardín". En ese momento aplaudo yo. Ayer, una señora, al terminar la clase, vino a mí y me dijo que se iba muy contenta por lo mucho que nos reímos siempre. Y eran las nueve y cuarto de la noche.

Así que, con todos los certificados posibles, incluido el de un amigo mío que me ha certificado antes que ya me iba la cabecita a toda máquina, concluyo el post, y ahora mismo no sé si irme a hacer deporte o ponerme con mis otros proyectos de escritura, que ahí están también. Improvisar es mi lema en los últimos años. He llegado a estar hasta con el abrigo puesto para irme al gimnasio, cuando al ir a salir por la puerta he cambiado de idea, o igual decido que necesito urgentemente ir al mercado, como decido que no, y las telarañas de la nevera no me afectan, como tampoco cuando me dicen que no quedan calcetines limpios. Ésos son los momentos en los que los tuyos se dan cuenta de tu labor, que parece invisible si no. Por eso hay que seguir metiendo ruido, para que se den cuenta de que si tú no estás bien, física y anímicamente, el encaje de bolillos de la vida diaria se deshará, tan solo con tirar de un hilo.

lunes, 6 de febrero de 2012

Puentes invernales II

Los que mejor mantienen el tipo estos días de frío tan horroroso son los puentes. Esta mañana, a 14 grados bajo cero, he oído en la radio que, a pesar de las temperaturas, la noche pasada bastantes personas sin hogar han pasado la noche bajo algunos puentes de la ciudad. Que en un país tan rico como Alemania, y una ciudad tan rica como Hamburgo, haya gente que con estas temperaturas duerma en la calle es demencial, pero así de cruda y fría es la realidad. Ayer fotografiaba yo los puentes que muestran las fotos a continuación y me dolían los dedos, incluso con guantes. Con mis botas para la nieve que aguantan por lo visto hasta -30°C (no necesito comprobarlo) estoy bien servida este invierno, pero mis guantes habrá que mejorarlos, aunque sean entonces tan mullidos que no me dejen hacer fotos. Es un mal menor. Los que no dormimos bajo puentes somos muy afortunados, por muy bonitos y prácticos que estos sean.
Ésta es la zona de Hamburgo donde más confluyen lo viejo y lo nuevo;
lo nuevo es donde no quedó nada, tras los bombardeos. Pero el puente ahí sigue.

Pasarela para bajar de la Deichstraße al Nikolaifleet,
un canal que se utilizaba para el transporte de mercancias
directamente a las casas, "calles de agua" muy típicas de Hamburgo.

El mismo canal de camino al puerto y a la Speicherstadt.

La iglesia St.Nikolai al fondo, que da nombre al canal,
y de la que solo quedó la torre, hoy día un memorial contra la guerra.

La Speicherstadt, o ciudad almacén, un conjunto histórico artístico único,
que demuestra que la laboriosidad no está reñida con la estética.
Era zona franca, y los puentes le dan acceso, hoy día sin controles.

A la derecha el puente del metro,
junto a los múltiples que hay, por todas partes.

domingo, 5 de febrero de 2012

Lo hicieron de nuevo

Más de 400 meditadores "profesionales" han vuelto de nuevo ayer a mi barrio, centro universal de la meditación y limpieza interna. Mi amiga de Berlín entre ellos, y por eso estoy al tanto de la que se ha montado otra vez. El año pasado ya vino, y ya comenté aquí el evento, y me encanta que vuelvan a meditar todos juntitos otra vez, pues así he visto de nuevo a mi amiga, y vuelvo a relatar de sus/mis progresos en este año como meditadoras profesionales y no profesionales.

Primero vamos a ver si lo he entendido bien: lo que hicieron no es meditar como yo lo entiendo, reconcomiéndose la cabeza y sopesando todas las posibilidades y asimilando la situación dada. El Diccionario de la Real Academia Española define meditar como "aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo." Pero según me ha explicado mi amiga, meditar en el sentido del yoga es sacarte todo lo que llevas en tu mente y tu cuerpo y que no necesitas, para de esa manera, con la mente limpia, encontrarte mejor y seguir avanzando, quizá. Y eso es lo que hicieron ayer: ejercicios de meditación de ocho de la mañana a seis de la tarde, todos vestidos de blanco, cantando mantras para coordinar la energía con los ejercicios de concentración, mirándose a veces hasta una hora seguida a los ojos de un desconocido, y cosas así. La idea es que en los próximos días, hasta dos semanas dura el proceso, me explica, te das cuenta de lo que has logrado. Afloran cosas que tenías tapadas en tu interior, y cuando las has sacado, es cuando te das cuenta de lo conseguido, y justo en esas dos semanas, es el momento de aprovechar esa fuerza y realizar algo "grande" en tu vida, pues estás limpio y con la energía de hacerlo. Me encanta escucharle contándome todas estas cosas, pues es una mujer fascinante, que tuvo un cáncer de pecho siendo bastante joven, y que sabe lo que es reinventarse de nuevo una y otra vez. Dice que de estos encuentros hay 32 en todo el mundo cada año y que en Alemania solo hay dos, uno en Frankfurt en otoño y otro el primer fin de semana de febrero en mi barrio, nada más y nada menos.

Yo, que medito de manera no profesional y sin couching, me creo todo lo que me dice y más. Ella en este año, entre meditaciones, se ha hecho vegetariana, pues se lo ha pedido el cuerpo. Sus hijos, adolescentes, pensaron que se les venía el mundo abajo el día que su madre les anunció que sería vegetariana desde ya, pero como les sigue haciendo sus filetes, la vida sigue con normalidad. Y yo me río de que precisamente mi barrio tan a las afueras de Hamburgo sea un centro de meditación reconocido mundialmente, pues viene gente de todos los confines de la tierra para este fin de semana, y yo le digo a mi amiga que no es casualidad, que yo ya sabía que aquí se medita muy bien, pues yo llevo cuatro años y medio haciéndolo, pero en mi sentido de la palabra, aunque al otro, también he llegado yo solita, por mi cuenta, y gratis, sin pagar los 120 € que ella pagó ayer. Ella se reía cuando se lo dije, pues además, mientras ella meditaba por ese precio, esos mismos euros yo me los gasté de compras con mi hija ayer, pues cada uno medita como le pide el cuerpo, y por la noche intercambiamos experiencias, ella las suyas, y yo las mías, y tan contentas ambas.

Hoy, tras el desayuno, hemos vuelto a meditar, de lo que supuso para nuestras vidas los años que vivimos en Bélgica y es divertido intercambiar impresiones. El viernes cuando llegó, nos fuimos a cenar por ahí, y me pidió que la llevase a las mismas tiendas del año pasado (qué fama tan "meditadora" tengo), y luego me dijo que le gusta más Hamburgo que Berlín, toma ya, yo que siempre he pensado que Berlín es más "mundial" que Hamburgo. Pilla muy lejos de todo, me dice, como una isla lejana del resto de Europa. Curiosa apreciación, pero entiendo lo que me dice. Hamburgo no es tan céntrico como Bruselas, pero no está tan lejos como lo que hay hacia el este o al norte de Hamburgo. Si al final es cuestión de cómo se medite, una vez te hayas sacado todo lo feo de dentro, y yo he avanzado mucho en ello, aunque falte un trecho.

Desde luego que siempre que me sea posible me reservaré este fin de semana libre para que mi amiga medite en mi barrio, y nos pongamos al día de nuestro estado meditativo. Esta vez además no pasará un año hasta que nos volvamos a ver, pues yo me iré a Berlín a "meditar", a su casa. Porque las amistades hay que cuidarlas, meditando juntos/-as de vez en cuando.

jueves, 2 de febrero de 2012

Momentos culminantes

Me encanta cuando el año se me llena de highlights y eso a 2 de febrero. Ya es oficial y para anunciarlo interrumpo mi trabajo: mi hermano se casa en octubre, así que lo puedo decir aquí, pues me alegro mucho por él, ... y por lo que me toca, claro. Eso me "obliga" a tener que ir en octubre a Madrid, algo que no supone ningún sacrificio, salvo por el estrés que me supone buscar vuelo. Jamás ha sido más fácil reservar un vuelo, desde tu casa, con un par de clics, pero cada vez me estoy volviendo más enrevesada a la hora de hacerlo. He desarrollado ciertas costumbres de búsquedas y he llegado a la conclusión de que el asunto es plenamente psicológico: ¿por qué miro y miro días hasta que me decido, y otras veces, sin ser ningún chollazo me decido de inmediato? No hace tanto leí que la posibilidad de encontrar un viaje a precio de ganga en internet es como que te toque la lotería, por la de montones de parámetros y algoritmos o qué sé yo. Todos vemos anuncios que dicen: Londres 29 €, Madrid desde 69€. Pero es justo eso "desde". Luego suben que si las tasas de emisión, de aeropuertos, y el vuelto te cuesta 180 € ida y vuelta, o más. Las gangas que he pillado han sido cuando he reservado con un año con antelación, pero cuándo se puede hacer eso. Normalmente y dado que además estoy sujeta a las vacaciones escolares, que es cuando aquí es más caro viajar (las familias tenemos un impuesto revolucionario por existir), no consigo ningún chollo.

Pero miro y miro hasta que un día digo que ése es mi vuelo. He llegado a mirar hasta tres semanas antes de reservar algo, y de repente un día decido cogerlo. En mi caso influyen muchos factores. Cuando voy a Madrid prefiero el vuelo directo, indudablemente, pero es el más caro, por lo que al reservar tres vuelos, pues mis hijas van siempre adonde yo vaya, hay mucha diferencia entre si el vuelo cuesta 150 € por persona o 200 €. Cuando voy sola me da (algo) más igual. Si voy con escala, el aeropuerto influye: por París, como la última vez, lo odio, ya que el cambio fue absurdo: nos hicieron salir de la terminal, por donde salen las maletas, salir como si nos quedásemos en París, y volver a entrar (mi hija pequeña me preguntó mirándome de soslayo que por qué no habíamos reservado el Sofortflug, en una de sus típicas creaciones de palabras, que significaría 'el vuelo inmediato'; viajar por Amsterdam, como el otro día, lo odio: no he visto aeropuerto más descolocado y desconcertante, eso sí, parece Holanda en miniatura, y de hecho merece un buen post; por Bruselas me encanta, para añorar tiempos, y comprar chocolates, prensa belga, y respirar aire belga enrarecido en la sala de espera; Frankfurt, es ... no sé qué decir, ha mejorado bastante, pero es otra ciudad, y siempre habrá obras en algún lado con la (in)eficiacia alemana para estas cosas; el año pasado descubrí el de Múnich, que cayó hace años en la categoría de "a evitar", pero que me sorprendió muy positivamente: parecía Múnich, con sus Brezeln, los panes salados que se toman con cerveza, puestos para beberse unas cuantas, y marcas de lujo bávaras; por Zúrich vuelo a menudo y no me desagrada: no es un aeropuerto incómodo y oír Schwyzerdütsch, el alemán suizo, es un placer.

Y de las líneas aéreas podría hacer otra sinopsis pero se la ahorro a mis lectores diciendo que Lufthansa es mi favorita. Te siguen dando de comer (y bien), dan periódicos, bastantes bebidas, y me gusta el trato tan alemán que es mi vida diaria: simpatías las justas, correctos en todo momento, no pierden los nervios, y simplemente funciona. Aunque desde que me comentó mi amiga el otro día que el azafato de Easy Jet en el vuelo a Edimburgo "rapeó" el contenido del carrito del duty free, pienso que a Lufthansa le falta algo de chispa. Es algo a mejorar...

Los vuelos del verano ya los tengo, y ahora me pondré a buscar los de octubre, que una boda es una boda. Por cierto, los otros momentos culminantes del año: la comunión de mi hija pequeña en abril, para la que sí que encontré gangas de vuelos para toda mi familia. Les obligué a todos en masa a reservar en septiembre, y la verdad que aunque, a ver cómo lo expreso sin dañar sensibilidades, la comunión me la trae al pairo, sí que me encanta tener un motivo por el que tienen que venir todos. Es genial. Pongan cumpleaños, bodas o bautizos, que para fiestas yo. Que la vida es como una búsqueda de un vuelo barato. Miras y miras, y eliges cuando tú crees que no lo vas a encontrar más barato. Lo importante es que no vuelvas a mirar más desde el momento que haces clic, y no te agües ninguna fiesta. Y sigas tu periplo, con los tuyos.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Los desabrigados

Desde que he vuelto de Edimburgo pienso en los desabrigados, que son especie. Se trata de esos seres británicos que van por la calle en invierno vestidos de verano, prácticamente. Mi amiga y yo no podíamos dar crédito a lo que veíamos. En la isla no estábamos a bajo cero, pero casi, y nosotras íbamos equipadas de ropa de abrigo, botas calentitas, calcetines térmicos, y aún así se nos quedaba la cara acartonada y calor ninguno. Era viernes noche y grupos de jóvenes salían por ahí, y a mí me daba frío de ver a las chicas, pues ellos son más inteligentes y deben ligar si van abrigados también, pues si no no me lo explico. Las chicas llevaban vestidos finos, de gasa, cortos, sin mangas, y las piernas sin medias!, zapatos de taconazos imposibles o sandalias, todo a pelo, y muchas daban la impresión de pasar frío, pero daba igual, ya que debe ser el uniforme de salir. Entiendo, tras media vida abrigada, que la ropa de abrigo no es la más sexy que hay, y que con unas botas gore tex no te comes un colín en la discoteca, ni con un jersey de cuello vuelto, pero no sé no sé...

Yo me dejé nieve aquí cuando salí el viernes, y las temperaturas al volver eran más gélidas aún. Se nos ha instalado un frente siberiano que nos durará, y en Edimburgo hará también un frío que pela, y por eso ando hoy y ayer muy preocupada por todos esos desabrigados yendo de fiesta en fiesta, por la que se van a coger. Los 10 grados bajo cero que tenemos los siento como -20°C ó -30°C y estos días a mí en la calle me van a ver poco el pelo, salvo lo justo y necesario entre los desplazamientos.

Recuerdo otras visitas invernales al Reino Unido que hice hace mucho tiempo, en las que me sorprendió lo mismo. No han evolucionado los ingleses/escoceses, y mientras yo voy en plan cebolla estos días, con capitas y más capitas de ropa, y lana, mucha lana, me acuerdo de todos ellos. Qué harán. Es curioso el tema del frío y la ropa. Los alemanes no tienen ningún inconveniente en ponerse la ropa que haga falta, y aunque en las noches de marcha se ven a chavalas con tacones y medias finas, al menos las llevan. Pero en general la gente lleva siempre la ropa adecuada. Será por el dicho hamburgués que a mí me da mucho por saco que dice que no existe el tiempo inadecuado sino la ropa inadecuada. Y ahora leo que mañana en un colegio de Hamburgo no habrá clase, pues se ha estropeado la calefacción. Lo bueno del sistema inglés es que eso no sería ningún problema...

Pero si yo fuese madre en Inglaterra o Escocia, sufriría mucho de ver a mis hijas así por la calle, con lo friolera que yo soy. No me pongo refajo de lana porque aún queda mi sentido de la estética, que el frío no ha terminado de aniquilar, pero con lo abrigadita que voy yo siempre, y lo exagerada que dicen mis hijas que soy, me dan ganas de en mi próxima visita ponerme a repartirles ropas calentitas a todos esos desabrigados. Sé que hay mundos peores, como el lugar más frío del mundo del que trató un programa de TVE que vi en Navidad en Madrid y que me hizo mucha gracia, que mostraba la vida a -50°C y -60°C en Siberia, pero a esos solo se les veía los ojos, y la ropa, por ejemplo, se quedaba tiesa en el tendedero, como una tabla. A mí me consoló mucho, pues lo de aquí no es nada, pero lo del Reino Unido es peor.