martes, 25 de marzo de 2014

Desinformación absoluta, que no ignorancia

Cada vez me informo menos. Supongo que es porque me creo menos que nunca lo que nos cuentan las noticias y más si son de España. País surrealista como ninguno, se pueden tirar días informando tanto antes de que fallezca Adolfo Suárez como después, antes de manera profiláctica todo tipo de programas de recuerdo y después sobre todos los homenajes, días seguidos. Por supuesto que se ha ido un hombre importante, no cabe duda, pero viendo la situación actual en España, yo y muchos dudamos de que la transición fuese tan exitosa como nos han contado siempre y nos hemos creído hasta ahora. 

En una legislatura en la que derechos esenciales adquiridos a base de "transiciones" de muchos proyectos de ley, de su aprobación, su aceptación en la sociedad, como ha sido el tema del aborto y otros, queden en nada; en la que de la trama Gürtel el único imputado es el juez, en la que Blesa anda suelto mientras Bárcenas está acorraladito y los demás libres de pecado. Con todo esto y más cosas yo y muchos nos preguntamos si la transición consiguió en tiempos muy revueltos que España se encaminase hacia la paz, que no es poco por la que se pudo liar, pero se integraron demasiado bien los mismos perros con otros collares. 

Cada vez me cabrea más que ningún gobierno socialista se haya atrevido con la iglesia. Cada vez me molesta más ver un obispo en televisión. Por qué cada acto público importante, ya sea un funeral de estado o el homenaje a las víctimas del 11-M ha de presidido por la iglesia. Y ya hemos visto que el expreso deseo de Suárez era ser enterrado en el claustro de la catedral, como en tiempos antiguos, en la que los huesos de hombres importantes terminaban en las catedrales, más cerca de Dios...

Y quien se crea que los actos vandálicos de unos cuantos o muchos fueron más importantes que la manifestación de cientos de miles de ciudadanos pacíficos, le hace juego a la manipulación que hace el gobierno de los hechos, dando más importancia a los palos entre la policía y los manifestantes que a toda la marcha pacífica anterior. Antes, como he estado días sin ver informativos, adrede, lo confieso, he visto unos cuantos videos de tve sobre los últimos días: de Suárez pueden ver los que quieran y más, del cambio del nombre del aeropuerto de Barajas (¿era necesario? - ¡menudo notición!), sobre la violencia en la manifestación por supuesto que hay varios también, pero no he encontrado ninguno sobre la marcha, o yo soy muy torpe.

Es como lo de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Como quien no quiere la cosa ha desaparecido el término mezquita del nombre oficial de siempre, formado antes por ambos términos juntos, pensando que nadie se daría cuenta. Total por una palabrita sin importancia..., cuando cualquiera que haya visitado el monumento sabe que la catedral es el crimen a la mezquita. Hoy contaba sobreerste asunto en clase y aseguro que cada vez siento más bochorno y espero que no me pregunte nadie nada sobre España y nos dediquemos solo a la gramática, al sol y las playas. Pero es que yo aunque quiera no puedo ignorar tanto hastío mediático que nos causan con los mismos temas, para ignorar y manipular ellos muchos de los que nos interesan al resto de los ciudadanos.

viernes, 21 de marzo de 2014

Espejismos

Ayer, día de comienzo de la primavera, batimos con 20°C y sol todos los récords de temperaturas registradas el mismo día desde 1938. Y hoy la máxima ha sido de 6° C, y lluvia. Así es Hamburgo. La primavera dura un día y se despide hasta otra. Hace años, cuando hacía un día tan bonito como ayer, yo dejaba todo lo que estuviese haciendo para salir a la calle. Ahora sé que un día en realidad da igual, que eso tampoco hace una primavera o un verano, así que no me creo nada hasta que el espejismo dure más de un día. 

Mientras, se alargan los días y yo ya con eso me emociono. Siempre que pasa el invierno me digo que no ha sido tan horrible, pero que me pregunten en noviembre... Me agobia solo la idea de tenerlo todo por delante. Pero aquí no hay más que ver cómo está el día para saber cómo será el humor de la gente. No falla. Hoy, tras el maravilloso día de ayer y ver lo que tocaba hoy, íbamos todos con cara de perros dando saltos por la calle de lo tiesos que íbamos. Y justo hoy ha empezado el Dom, la superverbena ambulante de Hamburgo, que dura siempre hasta Semana Santa. Pocos se habrán atrevido hoy con el frío a dar un paseíto y empaparse.

Justo hace una semana en Madrid a la una de la mañana estaban las terrazas de la Gran Vía llenas de gente. Las noches cálidas, y si acaso, las tenemos aquí en verano, pero sin garantía tampoco. Estuve en un teatro viendo a un cómico joven muy bueno, que descubrí una vez por casualidad en internet. Se llama Álvaro Carmona y era guionista del programa de Buenafuente cuando salió de estar detrás para hacerse notar con su propio nombre. Me gusta su humor filosófico, que viene dado por observar y cuestionar, su darle vuelta a las cosas, hasta las que parecen incuestionables. El teatro estaba lleno, y me alegré. Es una buena noticia que un espectáculo de tan buena calidad estuviese lleno. Sé que los tiempos que se viven en España son malos, pero no dejen de apoyar a la cultura, ya que el gobierno actual hace todo lo que quede por cargársela. 

miércoles, 19 de marzo de 2014

Trabajillos de nada...

Hasta que no he visto estos días las caras de mis alumnos no me había parado a reflexionar sobre las Fallas de Valencia. Como me gusta en todo momento hablarles de costumbres, anécdotas o lo que toque según el calendario, esta semana tocaban Las Fallas. Me imprimí fotos de las fallas de este año: las ganadoras, el ninot indultado, la falla infantil indultada; hasta me he informado sobre detalles de la fiesta que desconocía.

Pues les muestro las fotos estos días y nadie sabía lo que era. Tampoco tenían por qué. Yo tampoco sabía que Hamburgo tenía puerto cuando llegué, aunque aquí les parezca imposible que eso no se sepa. Se quedaron maravillados por las obras de arte que son las fallas y apreciaron también la crítica social de algunas. Pero cuando les dije que esta noche arden todas, les cambió el semblante. Salvo un "¡lástima!" o un "¡qué pena!", no he oido más comentario, sino más bien he visto caras que decían "están locos". Sinceramente, por mucho que "amemos" nuestro folclore, párense a pensar: todo un año trabajando en algo que luego arde una noche al final del proceso, para al poco tiempo empezar a trabajar en la falla del año que viene, que arderá igual. Un año tras año.

Un alemán medio eso no lo entiende. Por suerte nadie me ha preguntado por el presupuesto de las fallas de la categoría especial, porque es para asustarse. Por supuesto que de las fallas vive mucha gente en la Comunidad Valenciana, y todo tendrá su razón de ser según todos los involucrados, desde dentro y fuera de la fiesta, pero tan solo querían que se imaginen por unos instantes lo que debe pensar un extranjero al oír que todo se quema -yo me lo imagino también, pues no me lo han dicho, aunque lo he visto en las caras: de todo el trabajo, material y las obras finales no quedan más que cenizas. 

Curiosa fiesta. Pasé por allí cuando tenía 17 años, edad en la que se piensan en otras cosas, pero recuerdo el estruendo de la pólvora, el olor a chamusquina y la sensación de que esas son fiestas que para entenderlas cien por cien tienes que ser de allí. Entiendo que a los valencianos les parezca lo más y yo comparto ese mensaje en clase. Pero párense a pensar....

sábado, 15 de marzo de 2014

Aquí no hay crisis

Esas han sido las palabras de mi hija de 10 años cuando hemos ido a coger las maletas al llegar a Hamburgo. Apenas hemos aterrizado, nada más llegar a la cinta donde debían salir las maletas, ya estaban en ello. Al llegar a Madrid las últimas veces, nos ha tocado esperar mucho, y en verano fue demasiado tiempo, y todo por falta de personal. Llegas a Barajas y la sensación es que son cuatro gatos los que mueven el cotarro de las maletas y yo noto el desamparo de los trabajadores.

Por desgracia yo sé que aquí la crisis la tendremos muchos en unos años, pero eso ahora no se ve. Es lo que ocurre en Alemania: a primera vista no se ven muchas cosas, pero hay grandes brechas sociales y se descuidan temas muy importantes. Pero acabo de llegar y no voy a elucubrar sobre lo que ya me sé de memoria, sino sobre impresiones de dos semanas en Madrid. 

El cielo es de un azul tan increíble que al verlo cada día he pensado en que por eso el de Hamburgo, cuando está azul, me parece estar desteñido.
En Madrid, a pesar de la crisis, están surgiendo lugares deliciosos, o justo precisamente por la misma: la necesidad está haciendo que jóvenes emprendedores abran comercios con mucho encanto. Espero que todos triunfen y no se ahoguen en la precariedad a la que está llegando todo.
Proporcionalmente a los sitios que abren en zonas como Malasaña, Chueca o Conde Duque, los barrios con "menos encanto", digamos, ven cerrar establecimientos de toda la vida. Del cierre del tinte de mi barrio ya hablé, pero otros que se atrevieron con algo muy necesario, como un zapatero que se atrevió hace unos 2 años a abrir un puesto de arreglos de calzado en un local de la galería que estaba llena de puestos de alimentación durante mi infancia, y que han ido cerrado casi todos en la última década. Yo le llevo trabajo cada vez que estoy en Madrid, y ayer me decía que lo tendría listo en nada. Le dije que con tenerlos por la tarde me valía y me contestó que no tiene trabajo, que la gente no se gasta 10 ó 15 € en arreglar zapatos porque por ese dinero se compra un par nuevo y lo vuelve a tirar. 

Me dan alegría las ganas con las que gente tan joven abre negocios y siempre espero que con ellos se termine en España esa mentalidad que me parecía que existía mucho siempre de que si no me forro cierro el negocio, porque aquí en Alemania existen muchas tiendas pequeñas innovadoras que les permite vivir a sus dueños y realizar su sueño. Pero que la gente no lleve calzado a arreglar es otro síntoma de que algo va mal. Y los barrios se quedan sin muchos servicios para sus moradores e invade la mala calidad en michos productos. Pero a quién le importa todo esto, salvo a los que lo sufren.

viernes, 14 de marzo de 2014

Puentes útiles y puentes rotos

En el último día en la ciudad que me vio nacer, tan solo unas imágenes de un puente que se ha hecho en mi barrio no hace tanto con la obra faraónica de Gallardón, el soterramiento de la M-30, que dejó a Madrid endeudada del todo. Al menos es un puente bonito, y no es de Calatrava, y esperemos que dure. La no bonita es la ley del aborto que también quedará unida al nombre de Gallardón. Eso sí que es un puente roto. 




jueves, 13 de marzo de 2014

Unos anuncios cualquiera...

Considero muy importante hablar con los hijos desde que se les despierta la curiosidad sobre temas de sexo. Jamás he ignorado preguntas de mis hijas que me sacasen los colores y he contestado a todas. Mi lema es contestar lo que me preguntan, ni más ni menos, pues sus cuestiones van siempre de acuerdo con su edad e ir aclarando poco a poco todo.

Sin embargo miro anonadada estos días en España los anuncios que echan por televisión a la hora de comer, todo alrededor del sexo: que si algo para la disfunción eréctil, pomadas vaginales, algún "aditivo", y algunos de ellos con imágenes muy cargaditas. 

Mis hijas me miran y sonríen pero yo pienso en que esos anuncios los ven niños más pequeños aún. Los primeros días disculpé todo pensando que los niños españoles están a esa hora en el colegio pero el domingo los pusieron igualmente, a horas en las que millones de familias españolad están comiendo con la tele puesta, costumbre muy española. 

No me parece apropiada la franja de horario para esos anuncios, y me sorprende en España los contrastes que hay entre tanto renacer de la peor cara del catolicismo ultra y luego la poca importancia que se le da a asuntos más banales pero que también la tienen. En Alemania, país en el que la religión no tiene para nada la fuerza de aquí, jamás se verían esos anuncios a la mitad del día.

sábado, 1 de marzo de 2014

Vacaciones en Carabanchel

Llevo unos días de vacaciones con poca wifi y muchas ganas de descansar. Es un buen invento alemán el tener vacaciones a mitad de curso y hay veces que vienen muy bien. No somos las únicas que pasan las vacaciones en Carabanchel. En nuestro vuelo venía otra chica que conozco de Hamburgo con su familia a lo mismo.

Madrid se está portando de maravilla con el tiempo, aunque parece que hemos traido el sol nosotras, dicen. Hace un cielo azul tan espectacular que cuando lo miro sé por qué siempre pienso que el azul del cielo en Alemania está desteñido. Aquel es azul, pero tenue, flojito, y no tan cargado de color como el de aquí. 

He tenido que renovarme el carné de identidad y pienso que por mucho que digan muchas cosas funcionan muy bien aquí. Fui con hora, no me costó nada y me lo llevé en el acto. Ser alemana es más caro, ahora lo sé, y el carné tardaron días en dármelo. 

Sigue triste Madrid. El caso es que la gente gasta, come y va al cine, pero se ven muchos negocios de toda la vida cerrados. Me costó horrores encontrar un lugar para hacerme las fotos para el carné. Y el tinte de toda la vida del barrio ha desaparecido. Curiosamente el puticlub ahí sigue, año tras año,  campeando el temporal como si no fuera con él la cosa.  

En el metro pide cada vez más gente, y de todas las edades. Se ven más mendigos que nunca, y más necesidad. He visto a muchas personas rebuscar en la basura. Es deprimente la situación. Pasarán años hasta volver a muchos de los logros del pasado. Y sigo diciendo que los que han vivido por encima de sus posibildades han sido todos los que han robado y no el resto. Los demás trabajan más que nunca por menos que antes.