martes, 6 de septiembre de 2011

Ayer sí

Ayer, a las 10 de la mañana no sabía que iba a estar en un concierto por la noche. El concierto de Wir sind Helden que fue interrumpido tras media hora por la lluvia fue repetido ayer. Habían anunciado que mirásemos en la página web, que pondrían algo anunciando algún tipo de compensación. Yo miré varias veces mientras no ponía nada, y los últimos días ya ni me acordé. Por suerte ayer miré, y estupefacta me quedé al ver que el concierto era ayer mismo, y que si miro un día más tarde, me lo hubiese perdido. Además, me había levantado "de lunes", pero por qué no. Les anuncié al mediodía a mis hijas que ayer tocaba recuperar la experiencia del primer concierto para ellas y llevarla a cabo, "¿hoy?", me dijeron, "¿pero si mañana hay que madrugar?". Y qué más da. Tocaba y punto.

Había menos gente que hace 10 días, pero un ambientazo impresionante. La cantante, Judith Holofernes, preguntó si éramos los mismos del otro día, y la gente gritó que sí. El concierto tuvo lugar bajo un cielo azul, buena temperatura, y sin embargo, a las nueve de la noche nos pareció surrealista cuando cayeron unas gotas, unos 5 minutillos, y eso que hacía buen tiempo en realidad. Pero estamos en Hamburgo, y no había que emocionarse, pues peor fue por la tarde, unas horas antes del concierto, y hoy tenemos otra vez lluvia y aires huracanados, así que lo de ayer fue como la lotería, o un espejismo. Curioso fue ver llegar a cantidad de gente con botas de goma, y todos íbamos provistos de chubasqueros, que todos sacaron cuando cayó ese chaparroncillo, que fue poca cosa, ya que aquí estamos curados de espanto. Hasta la cantante dijo: "Pero si está lloviendo", toda incrédula; al comenzar el concierto había dicho también que se resarcirían por el trauma (eso lo dramatizo yo) tocando cinco horas seguidas... lo cual no fue el caso, por supuesto.

El concierto fue magnífico, con mejor sonido que el interrumpido, pues no hacía tanto viento, y la banda hizo repaso a sus 10 años de quehacer en la música. Canciones desde sus irrupción en el panorama de la música alemana hasta el último álbum: Bring mich nach Hause. Es un grupo que retransmite buen humor; incluso en sus canciones más pesimistas se ve un rayo de luz. Encantadora me resulta la canción Aurélie, que me divierte mucho, un estudio cultural donde los haya: va de una chica francesa que se pregunta que por qué en Alemania no liga, que en Francia los hombres comen de su mano y pierden el sentido a su paso, y aquí nada, nadie se enamora de ella. La canción le explica que "en Alemania el amor necesita tiempo", que "los alemanes ligan sutilmente...", que primero se habla y se tantea uno antes de quedar a solas, y que ella no se da cuenta de que en realidad les gusta a los hombres igual porque no le silban por la calle, y si ella silbase, ellos saldrían corriendo. Aquí menos es más, sentencia la canción, puesto que incluso los que le hablan de fútbol están interesados en ella.

Hay otras muchas canciones que me gustan, pero, por estar en mi blog, me quedo con ésta que rebosa simpatía y buen humor y que es todo un estudio sociológico de algo que quería comentar alguna vez y que hasta ahora no he atacado, y eso que es un tema muy divertido, pero peliagudo ;-). Aquí se liga de otra manera, más sutilmente, que es de la misma forma en la que se vive, deslizándonos de una tormenta a un huracán y disfrutando de conciertos al aire libre cuando nos dejan y si nos dejan.

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