En la India, un partido radical esta repartiendo miles de cuchillos para que las mujeres se defiendan ante una agresión sexual. A mí me produce pavor la noticia. Por otra parte me pongo en la piel de las mujeres que se sienten constantemente ultrajadas, y entiendo que quieran defenderse. Pero ya sabemos lo que pasa con la autojusticia. Muchos de estas violaciones se cometen en grupo, y no creo que un cuchillo sirva de nada, o incluso por la policía cuando las mujeres acuden a denunciar los hechos.
Cómo puede ser que en India se violen a mujeres en un autobús público, seis hombres, y nadie diga nada. A raíz de esto, las mujeres están gritando su dolor contenido. El caso que conmocionó al mundo en diciembre, ha despertado a la sociedad india. Ahora otras se atreven a contar su suplicio: violaciones por soldados; o que tras denunciar a sus violadores a la policía, allí fueron violadas de nuevo; o que se tienen que casar con sus agresores para salvar el honor de su familia. Muchos policías, en vez de investigar los casos ponen todo su empeño en que la víctima llegue a un acuerdo con el violador que en investigar el caso, pues además aceptan sobornos de los violadores.
El problema no se soluciona con darles cuchillos a las mujeres sino con cambiar las estructuras denigrantes para las mujeres, que son víctimas todas sus vidas. Ya antes de nacer lo son, por el hecho de ser hembras. Debido a las dotes que tienen que darles cuando se casan, y las desventajas que tienen las familias con ellas, se aborta el nacimiento de niñas por lo que la proporción entre hombres y mujeres está siempre desproporcionada. Las niñas reciben en muchos casos menos alimentos que los chicos. Hay muchas más analfabetas mujeres que hombres que no sepan leer y escribir. También esto es porque en cuanto las chicas tienen la regla, dejan de ir al colegio, pues no hay baños en muchos de ellos. Muchos hombre se creen que están para su capricho, y con la complicidad de la policía, la mayoría de las violaciones quedan impunes, por lo que muchas ni denuncian, y encima el acoso y los tocamientos en lugares públicos son norma. Y si los maridos se mueren antes que ellas, a las viudas se las aparta de la sociedad pues se les considera culpables de la muerte del marido.
Con los cuchillos las mujeres vuelven a ser víctimas. Ahora las podrán acusar de agredir a los hombres o en muchos casos seguirán sin poder probar nada, menos aún si hacen uso de la violencia. Triste el populismo de darles cuchillos en vez de lograr que la justicia consiga de una vez que se les respete y que los violadores paguen sus delitos en la cárcel.
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