Al mundo no le ha sorprendido la condena ayer a las tres cantantes rusas condenadas por "blasfemar" a la iglesia ortodoxa. No sé dónde leí esta semana que un imán de una mezquita en Rusia dijo que si hubiese sido en un templo árabe nadie se hubiese ni inmutado sobre las blasfemias. La sentencia no dice nada de la letra de la canción contra Putin, en una burda manupulación de meter a la religión donde en realidad hay una crítica política. La pregunta es qué hubiese pasado si en lugar de en una iglesia hubiesen cantado lo mismo en una plaza pública o en un edificio laico. ¿Hubiesen blasfemado a quién? Cabe destacar la valentía de estas mujeres jóvenes, dos de ellas madres de niños pequeños a los que no podrán ver ahora por ir a la cárcel dos años. Han arriesgado demasiado y terminan en la cárcel. Pero han vuelto ha poner en evidencia la falta de libertad de expresión en su país en un acto muy valiente.
Con todo esto estos días he recordado al grupo de mujeres activistas ucranianas que durante la Eurocopa de este año se movilizaron contra la prostitución y lo que supondría el campeonato para muchas mujeres explotadas, y protestaron con sus pechos al aire, haciendo campaña con sus cuerpos y logrando así en sus actos públicos llamar la atención con sus pechos como pancartas. Argumentaban que de otra manera nadie les haría caso, y razón tenían. Cuántas voces se alzan contra las mafias que engañan a las mujeres ofreciéndoles trabajos que luego resultan ser de esclavitud sexual, y se ignoran. Yo no me había parado a pensar que esos también son efectos de un campeonato de fútbol del que los medios solo nos muestran lo bonito.
A muchos se la trae al pairo que las mujeres alcen sus voces contra los
abusos que les rodean, pero su voz se oye en el mundo, como hemos visto. Cuántas mujeres hay que no tienen miedo a represalias, y a mí me parecen muy valientes.
Si hay un tema que me indigna, entre tantos otros, es la reforma de la ley del aborto que quiere realizar el gobierno actual español, que haría retroceder a España a comienzos de los años 80 en este tema. Cuánta hipocresía de gente que lucha por los derechos de los no nacidos y se carga día a día los de los seres vivientes y además quieren obligar a las mujeres a tener a hijos enfermos. Los criterios eclesiásticos utilizados como argumentación política resultan en una mezcla explosiva. Esto le va a estallar de alguna manera al gobierno de Rajoy pues las mujeres de hoy día ya no se callan. Nos darán palos, pero cuando se trata de nuestra dignidad no silenciamos, aunque nos amputen física y moralmente.
Putin, tan amigo de las ambigüedades, bien podría decir "Con la iglesia hemos topado..." y para bien, porque le ha venido como terreno abonado, pese a manifestarse públicamente a favor de una sentencia benévola (pues menos mal, que diría otro...). Sea por unas causas u otras, entre periodistas extrañamente asesinados, oponentes encarcelados, o espias muertos de forma trágica, con 30 millones de euros (sic) de plutonio en el cuerpo, todos estos casos marcan la Rusia de Putin, Putin deja un aviso bien claro de cuales pueden ser las consecuencias de enfrentarse al sistema (él). Yo también me quito el sombrero ante las Pussy Riot (no traduciremos el nombre....) y su valor. Confío en que la presión internacional haga algo por ellas y termine por sacarlas de la cárcel.
ResponderEliminarY sí, en este país a punto de ser intervenido, con una deuda de casi el 100% del PIB, con 5,5 millones de parados, y con delincuentes (tanto los de guante blanco, como los de 47 antecedentes), que entran y salen de la cárcel más rápido de lo que encuentro sitio en el carrefour un sábado, nuestro gobierno, y en boca de su ministro de justicia, también conocido como El Faraón por su megalomanía, no tiene nada mejor que hacer que modificar la ley del aborto justo en un punto que no hacia falta alguna.
Que una niña de 16 años (porque quizá antes, muchas fueran mujeres, mentalmente hablando, pero la mayoría hoy no) pueda decidir abortar sin que sus padres se enteren, pero sobre todo, sin que ni siquiera sea asesorada por unos servicios sociales, me parece inaudito. Ahí si hubiera entendido modificaciones, mejoras, alegaciones, lo que fuera. Pero en el caso que nos ocupa, en donde no solamente sufrirá el futuro bebé, sino toda su familia, y posiblemente "sola", viendo como están las ayudas de dependencia, me parece mucha cara. Señores del gobierno, ustedes están para gobernar, no para meterse en la vida de la gente. Y si tan caritativos pretenden ser, den una solución de continuidad de vida y asistencia a aquellos, que voluntariamente (que pena que no lo pueda subrayar), decidan ir adelante cuando se les presente la terrible situación. Pero para aquellas madres y parejas que no puedan o no se vean con fuerzas de vivir una vida así, dejen de entrometerse. El aborto no es un medio anticonceptivo, por supuesto, pero está claro que este supuesto que se pretende reformar no es ni de lejos ese caso. Nadie que tome una decisión así lo hará alegremente, y bastante presión y preocupaciones tendrán como para encima tener que pensar que algo que podrían haber resulto en su país, con su médico, ahora quizá tengan que hacerlo montando en un avión, hablando con un médico al que quizá no entiendan, con un interprete de por medio, y lejos de casa y de los apoyos y ayudas de su familia o amigos. Eso, si se lo pueden permitir, claro esta...