sábado, 4 de agosto de 2012

La clave es no planear

De acuerdo, renuncio, capitulo, abandono. En Hamburgo en verano es imposible hacer planes con semanas de antelación para hacer algo al aire libre. Hace semanas que mi hija repartió invitaciones a sus amigos para celebrar ayer su cumpleaños montando en barcas a pedales y luego con una barbacoa en casa. Hizo buen tiempo los días antes, a pesar de las tormentas, y ayer amaneció un día bonito, pero al llegar la hora, al mediodía a la salida del insti, empezó a nublarse. Pudieron montarse casi dos horas sin lluvia, pero de camino a casa cayó lo indecible, y ya se fastidió la barbacoa. Comimos dentro, y tuve que tener a 14 adolescentes en el comedor. Por suerte se portaron bien, pero yo maldije todo. Es verdaderamente imposible, o.k., lo acepto, hacer nada en el exterior salvo si miras por la ventana y exclamas: "Ahora hace bueno y salgo". Los chavales aquí lo toman como lo más normal del mundo, y se adaptan a lo que les echen, pues no conocen otra cosa, claro. Así yo alucino estos días con que de los que han estado por las islas o costa alemana, la mayoría dice, "sí, ha hecho horrible, pero da igual". Que no da igual, jolines.

Y hoy se me han ido ambas (hijas) a sendos cumpleaños. La mayor estaba horrorizada porque iban a dormir en un Schrebergarten, que es algo digno de blog. Son unos terrenos de la ciudad en lugares poco atrayentes, como al lado de vías de metro o de tren, en los que la gente se compra una parcelita y se hacen una casita, se ponen un huertecito, y tienen lugar de "veraneo". La idea caló hace mucho en familias que viven en pisos con hijos, para tener un lugar donde dormir en el "campo". Pues en uno de esos jardines urbanos dormirá mi hija hoy y ya se temía lo peor. Y la otra se fue a otro cumple de un amigo que celebraba en un espectáculo al aire libre, los Karl-May-Spiele, famosos en Alemania, basados en las novelas de vaqueros e indios que escribió Karl May, un alemán que nunca salió de su ciudad pero cuya temática fue ésa. Así que como hoy ha amanecido muy mal día, la he mandado cual cebolla, a capas, desde con manga corta a sudadera y chubasquero. Cuando se fueron diluviaba, y cuando me la trajeron de vuelta me han dicho que tuvieron "más o menos suerte" pues solo llovió a mares durante 10 minutos de la función. Yo bromeé y le dije al padre del cumpleañero que probablemente eso iba incluido en el precio por "al aire libre". No he visto nunca ese espectáculo, entre unas cosas y otras porque no me gustan los espectáculos tan románticos/edulcorados de tiros y final feliz, y me da mucho miedo todo lo que sea al aire libre en verano y haya que pagar por adelantado. Al volver, le pregunté a mi hija por ese detalle del final y sobre si fue uno feliz y me dijo: "bueno...". Sí que me comentó toda divertida que un personaje era griego, y que el otro le dijo en una escena: "ah, entonces estás en bancarrota". Qué graciosillos, encima cachondeo. Pues que se j.... con la lluvia, que todo no se puede tener. Lo malo es que me afecta a mí también. Yo, que soy más precabida, terminé en el cine, y el coche estaba chorreandito cuando salí, justo cuando brillaba el sol. Y como aquí cuando sale, si puedes, dejas todo lo que tengas que hacer, al final terminé tomando el sol para mantener el moreno de las vacaciones. Quién me lo iba a decir dos horas antes.

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