sábado, 30 de junio de 2012

El arte de amar el arte

Hoy he sentido pena de la baronesa Tita Cervera. Hay que tener mala suerte y tener todo ese capital en cuadros y no tener calderilla para tomarse un café. O tener mansiones aquí y allá y luego no pegar ojo por las noches en esas casas lujosas por no tener liquidez. Ya quisieran muchos tener los problemas de esa señora. Todo esto pensaba hoy yo en la hora y pico que me he perdido en el Museo Thyssen de Madrid, viendo la colección permanente, de ella y de él. He estado en muchos museos de pintura en diversas ciudades, pero en pocos me viene la sensación que tengo en éste, de emoción porque es tan completo de todas las épocas. Solo con el expresionismo alemán que tienen, una de mis épocas favoritas de la pintura, podrían montar un museo, o la pintura holandesa del Siglo de Oro, por no hablar de cuadros que a mí me quitan el hipo, como el de Ghirlandaio de Giovanna Tornabuoni.

Normalmente acudo a las exposiciones temporales pero no al museo en sí, que he visto bastantes veces. Pero es un verdadero placer "obligarme" a ver sus salas cada par de años. Las exposiciones temporales son normalmente un imán al público, y como lo fue el verano pasado la de Antonio López, lo es éste la de Edward Hopper. Tras el baño de las colecciones permanentes del museo, me ha encantado el juego de luces y sombras de los cuadros de este pintor norteamericano del siglo XX, esas imágenes tan de la costa este de EE.UU., que no conozco. No se la pierdan. De ésta exposición me acordaré siempre como de una que vi hace unos cuantos años que era sobre el retrato en el siglo XX y que recuerdo porque fue una que me hizo entender la pasión de muchos por la pintura, desde los artistas a los que coleccionan arte, o a los que como yo son capaces de estar en la cola, como he hecho más de una vez, para ver pintura.

Hoy he vuelto a sentir ese placer de nuevo, ya que gracias a esos museos, podemos ver obras que jamás veríamos. Por eso he sentido muchísima pena por la baronesa. Debe ser terrible ser tan altruista que no te quede ni calderilla para el tinte o para llevar a tus hijas al McDonalds.

No hay comentarios:

Publicar un comentario