domingo, 17 de junio de 2012

Que vuelen lejos, con sus alfombras

Que todavía Carlos Dívar no haya dimitido de su función como presidente del Consejo General del Poder Judicial, me parece, y más con la que sigue cayendo, una vergüenza de las más vergonzosas que existen para España. Que hasta ayer el tipo todavía se creyese impune porque todavía parecía que varios vocales le iban a apoyar, demuestra la falta de respeto hacia las instituciones por la gente que desempeña cargos importantes en ellas. Por suerte no ha sido el caso, pero que todavía el circo se traslade al jueves, y que ese mamarracho se siga aferrando a su silla, es más que una más, tras Urdangarines, Camps, y Correas, que vienen vapuleando al país y produciendo estupor porque enciman se vanaglorian, pagan fianzas, claman inocencias que están más que refutadas, y siguen disfrutando del dinero y privilegios de los que se beneficiaron o apropiaron ilegalmente. Mientras en España no se terminen esas chulerías, ese estilo irreverente de que da igual lo que se haya hecho, que uno tiene derecho divino y de por vida a seguir robando con hidalguía, no se va a respetar el dinero público ni la función que desempeñan.

En Alemania se intenta, por supuesto, y se pilla también a unos cuantos listos que se quieren aprovechar de su puesto y privilegios, pero si comparo los "pecados", son menores, aunque no por ello menos reprobables y vergonzosos. Pongo el ejemplo de esta semana. Al ministro de Ayuda al Desarrollo de la coalición de gobierno actual, Dirk Niebel, una alfombra podría costarle el puesto, y estoy segura de que acabará por dimitir. El político de los Liberales, del FDP, se compró una alfombra en Afganistán en un viaje de trabajo en el més de marzo, por 1.120 euros: 9 metros cuadrados de alfombra de 30 kilos de peso. El problema es que si la hubiese transportado en el vuelo regular que cogió de vuelta a Berlín, por muy enrolladita que fuese, le hubiese costado un buen pellizco. ¿Qué hizo el listillo entonces? La dejó en la Embajada Alemana y aprovechó un vuelo oficial del jefe del Servicio Federal de Inteligencia para que se la trajeran. Eso significa que a pie de pista un vehículo oficial del gobierno, la recogió y la llevó al piso de Niebel, sin pasar por la aduana... El paso por la misma hubiera supuesto un gasto de algo más de 200 €, y ésos se los ahorró el pobre Ministro, que los debe necesitar, y es mejor perder toda su credibilidad por una alfombra.

Tras publicar el semanario Der Spiegel esta semana el escándalo, el ministro se ha justificado diciendo que el trasporte fue un "favor personal", pero que el pago en la aduana falló "por un malentendido", y que por supuesto que ya ha iniciado los trámites necesarios. Los del Servicio de Inteligencia, que no son otros que el servicio secreto, están muy enfadados, pues ellos dicen que Niebel mintió al decir que no negoció nada sobre los pasos pertinentes con ellos por tratarse de un "regalo", y que por eso ellos pensaban que él aclararía todo. Que se la cuelen así al servicio secreto tampoco es prueba de la seriedad del mismo.

De la manera que sea, Merkel, que tiene otras preocupaciones que le deberían quitar más el sueño, y espero que lo hagan, dijo que espera que su ministro pague lo que debe y punto. Pero Alemania es un país en el que no se hacen concesiones de ningún tipo con estas cosas. Si ya la ha liado así, no basta con pagar, sino que ha de irse, y la prensa no dejará de sacar datos hasta que se vaya. No habrá ni que esperar al jueves, como con Dívar, de eso estoy segura. El expresidente alemán Wulff, tardó meses en irse, pero al final se fue. Y como piden muchos, Merkel acabará poniendo a Niebel con su alfombra voladora de patitas en la calle. A Dívar todavía habrá que "convencerle" para que se vaya, y me pregunto que, como este caso ha salido porque un vocal del Consejo Judicial le ha denunciado, cuántos montones de casos más habrá en España encubiertos, por el consentimiento de otros y la chulería del listo de turno. Eso ha de cambiar, y cuanto antes, la forma de ver las instituciones como usufructo propio: viajo gratis porque yo me lo merezco por mi jeta absoluta. En Alemania, el que pillan in fraganti mete de momento el rabo entre las piernas, clama un "lo siento", que no pretendió que fuese así, pero como ni eso se lo cree nadie, se terminan por ir. Y al menos no se jactan y se ríen de todos los demás, en público. Que disfrute de su alfombra. Dívar ya lo ha hecho de su viajes, y lo hubiese seguido haciendo.

2 comentarios:

  1. Faltan palabras para definir lo asqueroso que está todo. Como dicen por ahi, una imagen vale más que mil palabras. en este caso, mejor un mapa...

    http://goo.gl/maps/JKNC

    que triste...

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