miércoles, 21 de marzo de 2012

Ponga su culete a tono

Hoy estoy molida. Como si me hubiesen dado una buena somanta de palos en todo el cuerpo. La culpa la tiene el trío tripa-piernas-culo, traducción literal del curso en el que he participado hoy en el gimnasio, Bauch-Beine-Po. Así se llama el cursito de marras, y no solo el mío, sino montones de ellos en toda Alemania, ya que una búsqueda en google de esas tres palabras juntas en alemán da unos 1.820.000 resultados, nada menos. Si busco en español "nalgas piernas tripa" me salen solo 154.000, por lo que entonces no está en el mundo hispano categorizado como disciplina olímpica.

¿Que cómo me dio por ir a tal curso? 1. Porque llevaba un mes sin ir al gimnasio, y tras mil y una excusas, hoy he vuelto. 2. Porque el comienzo de la primavera ayer me recordó que hay que empezar con la "operación biquini", y cuanto antes. 3. Porque el nombre del curso es tan sugerente, que quería ver de una vez si con hacer eso se pone una cañón.

Con una vez no va a surtir efecto, eso está claro, pero tras mi primera sesión de "ponga su culete a tono" me siento en otra órbita. Salí del curso casi dando tumbos pues llegué con poco fondo y poco aguante, y creo que jamás había hecho tantas abdominales como hoy. Mientras no podía con todas y me quedaba asfixiada en la colchoneta, me he acordado de Claudia Schiffer o Cindy Crawford y lo que tendrán que hacer todas las maduritas, aparte de pasar hambre, para estar así, sobre todo tras partos y el paso del tiempo. Y pensando en todas las modelos, seguí dándole que te pego, tres cuartos de hora, observando a mi alrededor. Siguiente cuestión: ¿Por qué a los cursos de esta disciplina deportiva solo acuden mujeres? No había ni un solo hombre en el curso. ¿Es que solo las mujeres nos tenemos que currar un buen culo, unos buenos muslos y quitarnos el michelín? A juzgar por lo que observo luego siempre en la zona de spa del gimnasio, con sus cuerpos desnudos como van aquí no solo todas sino todos, luciendo el palmito, opino que la mayoría de los hombres deberían pasar por el curso ése. Además opino lo mismo que una amiga mía cuando se queja al decir que por qué nosotras nos tenemos que cuidar y maltratarnos y luego muchos hombres se dejan ir y lucen tripa o flacidez con orgullo, como si el michelín fuese bello, como la arruga en los trajes de Adolfo Domínguez.

Qué machaque siento. No sé si me saldrán agujetas, pero los glúteos, y todos los músculos que desconocía de las abdominales, se han hecho sentir hoy. Volveré al curso más veces, pero para eso tendré que lidiar con el innere Schweinehund, el "perro-cerdo" interior que todos llevamos dentro. La pereza, que es muy mala. En alemán, ese perro con nariz de cerdo, o un híbrido de esos dos animales, representa la vagancia que todos llevamos dentro a veces a la hora de hacer ciertas cosas, y si lo vences, como dice la expresión alemana, entonces podrás arreglarte el culete, aprenderte todos los verbos irregulares en español, o lo que sea. Pero eso será la semana que viene. Ahora debo dormir la resaca de tanta paliza tonificante y soñar, no con un cuerpo de modelo, pues soy realista, sino con mi objetivo real: en realidad yo me quiero poner a tono no solo por el biquini, gran motivo, sino para volver a correr, tras haberlo dejado hace un año y medio por una lesión gorda. Sigo soñando con volver a mi bosque y, si bien no me volveré a pasar, como hice hasta "lograr" la lesión, necesito volver a quemar energías corriendo, como hoy he quemado algún musculillo de por ahí mismo.

3 comentarios:

  1. Creo que a todas nos preocupa "la operación biquini". Yo, al igual que tú, he empezado esta misma semana a pasar hambre para poder quitarme esos cinco o seis quilitos ganados durante el invierno. Las mujeres somos mucho más exigentes con nosotras mismas y mucho más perfeccionistas que los hombres y también tenemos muchos más complejos, de ahí nuestra capacidad de sacrificio y nuestra constancia.
    Me ha parecido una forma muy divertida de reflejar la realidad. Ánimo y a ver si consigues el reto de volver a correr pronto.

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  2. Muchísimas gracias, quien quiera que seas. Me he levantado con tales agujetas en tripa, piernas y culo, que el curso cumplió su misión, y hoy, no sé si será la autosugestión, me he visto la tripa algo mejor. Seguiremos luchando, y no solo en este bando, ¿verdad?

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  3. Sí, a mi también me pasa. Cuando llevo un día comiendo poco, me miro en el espejo para motivarme y creer (aunque no sea cierto) que estoy algo más delgada. Lo malo es que la balanza no engaña, me subo a ella y veo que sigo anclada en el mismo peso. Pero como tú dices, seguiremos luchando y no sólo en ese bando, sino en todos los ámbitos de la vida porque somos luchadoras por naturaleza.

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