jueves, 9 de junio de 2011

El día social

Me dispongo a hacer una transferencia bancaria que no es que me duela, pero que me fastidia por las formas. Recapitulo: la semana pasada viene mi hija mayor del instituto con un papel (me encantan los papeles que traen, toditos), que no era nada explicativo en sí. Un papel para rellenar sobre un "día social" y un recibo para una transferencia bancaria con el lema "Los alumnos ayudan a vivir". Pues bien, como los papeles llegan y llegan y yo pierdo los míos ante tanta demanda e información, ahí se quedó la cosa hasta que mi hija me dijo que lo tenía que llevar ya al día siguiente rellenado, que era para un día de una prestación social en la que tendría que trabajar, y ese dinero de sus horas de trabajo irían a un proyecto de jovenes con problemas en el este de Europa. Tras preguntar en una tienda cercana, que ofreció tres horas por la tarde, como tenía que ser algo por la mañana en horarios de clase y ya teníamos que entregarlo al día siguiente, le rellené el papel, como han hecho muchísimos padres, diciendo que ayer trabajaría para mí en casa. Y aquí la tuve.

La experiencia resultó más exitosa de lo que yo me pensaba, pues con su talante organizador, me dejó reluciente un rincón en mi dormitorio que pedía a gritos que lo ordenasen y limpiasen. Me recogió la cocina, me acompañó a la compra y me la recogió entera al volver, y después me ayudó con los montones de fotocopias para mi trabajo, organizando y grapando. Mano de obra barata por 5 € la hora. Pero lo que me irrita a la hora de hacer ahora la transferencia de los 15 € es lo mismo de siempre, pero que no por ello quiero tragarme, porque aunque las cosas son como son y yo no las puedo cambiar, no las entiendo. Esta iniciativa venía de la consejería de educación de Hamburgo, y me parece muy bien que inculquen a los chavales, muy ocupados hoy día con miles de actividades, ipods, redes sociales, todo tipo de aparatos, modas y viajes, que no todo el mundo vive como ellos, que existen problemas sociales, gente sola o enferma, y me parece muy bien que, organizado por el colegio si además es en horas de clase, dediquen un día suyo a algo social. Pero, pero, pero ... les dan el papel, la transferencia bancaria, y ahí organicen los padres algo en cuestión de cuatro días. Si idean cosas tan estupendas, que las lleven a cabo hasta el final: qué tal una visita a una residencia de ancianos, donde aquí muchos están más solos que la una, a que les lean algo, o una visita a un hospital, a una planta infantil, a que jueguen con los niños enfermos; y se me ocurrirían más cosas. Pero que lo organizasen en colectivo, la clase, en algo que les concienciase más de los problemas de verdad. Porque al final, además de que la tuve en casa todo el día sin clase, a la que le toca donar es a mí.

Pero ya me lo decía ayer mi vecina, que es rusa, y que se indigna como yo de las cosas que no nos entran en la cabeza, por más que queramos. Ahora llega el final de curso y con ello las fiestas de la clase a las que hay que llevar que si un pastel o una ensalada. Se lamentaba de que ella done ese pastel para que luego lo vendan a trocitos, y que ella misma tenga que pagar por comerse uno. Yo misma lo he vivido varias veces, al tener que darles a mis hijas dinero para comprarse un trozo de la tortilla de patata que yo llevé e hice. Por supuesto que el dinero no llueve del cielo, y los colegios, por mucha Alemania que esto sea, andan escasos de medios en muchos casos, pero actitudes así me parecen ruines y una falta de respeto. Y yo le contaba del día social, y ella le añadía otra de sus anécdotas, y cuando me ofreció un café para que siguiésemos intercambiándonos más información recordé que la "trabajadora social" estaba sentada viendo la televisión y que tenía que ganarse el jornal.

Otra alternativa ayer era limpiar en el instituto, algo a lo que mi hija se negó de pleno, en vista al estado de los aseos (ya ha habido quejas por e-mail de algunos padres, que tiempos de 'E.coli' se quejan por lo que les cuentan sus hijos y que mi hija me ha corroborado) y me dijo: "Mamá, te limpio u organizo lo que sea, pero yo no me voy a poner a barrer o limpiar el instituto". En fin, como en todo, el ser social es una percepción social también, y yo soy todo lo social que quiero ser y cuando lo quiero ser por mucho que me impongan ayudar. Las ideas son buenas, pero no la implementación, por desgracia.

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