lunes, 17 de septiembre de 2012

Epitafio de interrogaciones

La presidenta de la Comunidad de Madrid, esa señora tan "querida" llamada Esperanza Aguirre, ha dimitido hoy de manera inesperada de todos sus cargos. Sin haber leído apenas nada de la decisión, me recuerda a cuando Oskar Lafontaine dejó plantado al canciller Gerhard Schröder cuando éste andaba con las reformas de la Agenda 2010, tras estar apenas medio año en su puesto de Ministro de Hacienda. Schröder estaba haciendo reformas nada aceptables para un político bastante de izquierdas, y Lafontaine se fue, de un día para otro, dejando a todos patidifusos. Fue muy criticado por haber sido votado y tirar la toalla tan rápidamente, pero fue claramente por las diferencias con su jefe.

A mí me suena a que Esperanza Aguirre dimite por lo mismo. Rajoy sigue sin pronunciarse en muchas cosas, y ella no es dada a callarse por nada. Prueba de ello son su montón de meteduras de pata en muchos momentos muy delicados. Pero pienso que con su dimisión deja tambaleante a un gobierno que sigue dando palos de ciego, y que en poquísimo tiempo se ha cargado la confianza hasta de sus votantes.

Hoy tenía otro post preparado, pero se me ha colado la dimisión de Aguirre, que a mí me ha sorprendido como al primero, es decir, a Rajoy, o probablemente más... Y enseguida me he acordado de Oskar Lafontaine. Como la "Espe", él no es un político de términos medios: o se le odia o se le venera; y como ahora con ella, unos lloraron su ida, y otros celebraron con champán. Pero a nadie le deja indiferente su dimisión. Que sea para bien, pero me temo que no.

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