miércoles, 4 de abril de 2012

Un río "natural"

Hamburgo tiene actualmente el segundo puerto más importante de Europa, y quiere que así siga siendo. Observando los barcos gigantes cargados de contenedores que pasan por él, uno no se imagina que los haya más grandes aún , pero los hay, y esa es una preocupación de Hamburgo desde hace años. El río Elba, por muy gigante que sea, no ofrece la profundidad necesaria para que vengan los gigantísimos del mundo, pues no olvidemos que el puerto de Hamburgo es fluvial, y que su desembocadura en el Mar del Norte se encuentra a 110 kilometros. Se viene hablando durante años de la Elbvertiefung, el hacer más profundo el río Elba, un término para una obra faraónica que venimos oyendo desde hace años. Ayer se aprobó, para alegría de la ciudad y su economía, y para que no peligre ese segundo puesto, dicen los entendidos. Faltaba la aprobación de Baja Sajonia, que ayer cedió, pues el otro Estado al que atañe, Schleswig-Holstein, está de acuerdo. Se excavaría el fondo del río, para que puedan pasar los barcos de contenedores que tengan 14,5 metros de profundidad dentro el agua. Hasta ahora solo pueden pasar los de 13,5 metros. El hacerlo más profundo se viene haciendo desde nada menos que 1818, ya que a comienzos del siglo XIV el río tenía a su paso por Hamburgo entre tres y cuatro metros de profundidad. La última vez fue entre 1991 y 1999, y desde 2002 se viene hablando de seguir excavando. Así que como vemos, dura poco la alegría.

El proyecto ha sido muy controvertido durante años, al oponerse grupos de ecologistas, que ven un peligro para el ecosistema del Elba, y los agricultores de Baja Sajonia, que tienen árboles frutales a orillas del Elba. Éstos estaban en contra también por temer que el volumen de agua salada que inevitablemente entrará perjudique a sus cosechas, y de ahí la negativa del Estado Federal de Baja Sajonia. Al garantizarse ahora ayudas para crear otro sistema de regadío, han accedido, porque se crearán depósitos de almacenaje de agua para el consumo de los animales y el regadío de las zonas frutales.

Las obras comenzarían el próximo invierno y durarían 2 años. Y no digo "comienzan" porque los ecologistas han anunciado que irán hasta el Tribunal Administrativo Federal, para pararlo, y están bastante convencidos de ganar, pues en el Weser, el río que pasa por Bremen, ocurrió algo parecido, y tras la aprobación de las obras, el mismo Tribunal paró en octubre las mismas, ya inminentes, para ahora examinar detenidamente el caso.

Resulta curioso todo. Entiendo las dos posturas, el miedo al futuro, pero también que se teman los daños que pueda causar tanto escarbar. Además, nunca me ha parecido que estos barquitos sean pequeños,

pero está claro que para la economía, nunca serán suficientes. Si podemos traer unos cuantos contenedores más, habrá que seguir excavando sin límite, ¿no?

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