martes, 3 de abril de 2012

Bromitas de abril

Antes he vuelto a casa con 4°C de temperatura, que será la máxima de hoy. Lleva todo el día cayendo agua nieve, y eso que en las pasadas dos semanas nos creímos que ya era primavera. Pero a mí no me engañan: llevo demasiado tiempo aquí y demasiados abriles para saber que esto es de lo más normal del mundo. Recuerdo haberme congelado muchos meses de abril, así que como para escandalizarme de nada. El mes de abril hace lo que le da la gana. Así lo dice el refranero alemán, April, der tut was er will. Y así es: en un mismo día saldrá el sol y caerá granizo unas cuantas veces al día, un fenómeno meteorológico tras otro. Se denomina también Aprilwetter, o 'clima de abril', a cualquier clima así de cambiante en cualquier época del año. Y el tiempo en abril es a veces como la peor de las bromas que se gastan el primer día de este mes. "April, April", "abril, abril" es lo que se le dice al que se le ha tomado el pelo para desenmascarar la broma. El 1 de abril es como el Día de los Santos Inocentes. Este año ha quedado algo encubierto al ser domingo, pero los medios de comunicación recogen o anuncian esos días noticias que luego desmienten. Este año la más ocurrente quizá ha sido que Gauck, el recién nombrado Presidente de Alemania y que vive en pareja sin estar casado y sin haberse divorciado de su mujer, se casaría. O la Asociación de Vegetarianos anunció que en cooperación con una marca de preservativos aparecerían condones con un lubricante hecho de vitamina B12, que suple el déficit de esta vitamina en los vegetarianos. Un periódico berlinés informó sobre una aplicación para el iphone que serviría para avisar cada vez que uno se encuentre con excrementos de perro en la calle, y que vendrían los servicios de limpieza y que este servicio le costaría a los dueños de los perros 7,99 € al mes. O la televisión estatal anunciaba la creación del canal "Wow, Wow TV", 'televisión guau guau', para que los perros tengan su propio canal con el que distraerse. Algo muy creíble en este país. Eso para que digan que los alemanes no tienen humor.

Pero ese día también hay noticias de las que dudas de si son el engaño del día. El domingo supimos que el expresidente alemán Wulff está en un retiro del que saldrán sus memorias políticas. Y su mujer anda trabajando en su libro en el que hablará de sus experiencias como First Lady. Hablamos de 598 días: la que menos ha estado en el Palacio Presidencial de Bellevue de todas las esposas hasta ahora. Pero el futuro libro ya tiene contrato de publicación y por una cuantiosa suma y una edición ya asegurada. Cuánto escritor nóvel quisiera tener esa oportunidad y no la tendrá jamás, pues además la señora no lo está escribiendo sola sino con ayuda de "negros", como feamente se llama a los escritores fantasma. Wulff probablemente haga lo mismo, pero quizá como es hombre, nadie duda de su capacidad (de mentira, en cualquier caso). Pensarán que estoy obsesionada con el expresidente alemán, pero es que yo, como millones de alemanes más, quiero que nos dejen en paz. Como un columnista simpático escribió ayer en el periódico local sobre el libro que la mujer prepara, a continuación vendrá un musical, luego una película, luego una colección de cromos, una muñeca Barbie, y la plantilla del tatuaje que lleva la mujer para que las niñas con aires de grandeza se los hagan. La broma es ya muy pesada, pues se sigue haciendo posible que ciertas personas vivan por la cara. Y eso no es ya ninguna broma.

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