lunes, 9 de abril de 2012

Los excedentes festivos

104 millones de liebres de chocolate han sido producidas para la Pascua de este año. Yo no me he comido ni una sola, pero alguien se las habrá tenido que comer, las que me tocan según la media de consumo de las estadísticas. Siempre sobran en los supermercados, y mañana se verán las que hayan quedado a precio reducido. Las malas lenguas dicen que se reciclan, es decir, que las vuelven a fundir, y aparecen en septiembre "puntualmente" para la temporada navideña convertidas en papás noeles de chocolate. Los productores de chocolate niegan tanta maldad y aseguran que eso costaría demasiado y que no merece la pena, que antes los donan a instituciones de caridad. Que así sea.

Hoy concluimos los cuatro días de descanso que hemos temido, y con el lunes de Pacua, se acabó lo que se daba. Para el ama de casa no son días de gran descanso, pues aquí estos días se celebran como la Navidad. Si pienso en las horas de colada, con la correspondiente plancha, más de limpieza para tener la casa a punto, más las horas en la cocina, para que el corderito y todo lo necesario estuviese en la mesa como cada año, pienso que tampoco han dado para tanto los cuatro días, y los concluyo con la sensación de no haber descansado verdaderamente salvo por no haber tenido que salir varias veces al día en estampida y con horarios. Hoy el tiempecito se las ha traido otra vez: no ha parado de diluviar en todo el santo día. Así que poco habrá podido pasear la gente. Los pocos que pasaban pon mi puerta lo hacían con su perro, pero nadie más. Asi que no me extraña que haya que comerse esos 104 millones de liebres de chocolate. Si a éstas les sumamos los millones de huevos de chocolate que se consumen, sigo preguntándome que cómo puede la gente comer tanto chocolate. Yo lo como, pero soy bastante sibarita en el consumo del mismo, y digamos que los huevos y las liebres de chocolate me parecen demasiado profanos, pues si me pongo a comer chocolate, entonces del belga, del que soy experta. Y estos días le he dado a mis trufas favoritas, hasta que se me han terminado, y sin ningún cargo de conciencia, pues el miércoles quemaré el michelín en el gimnasio :-).

Pero de Pascua me quedo con dos imágenes que he visto en facebook: una, la foto que colgó un amigo de Dinamarca que muestra a una gallina siendo asaltada (sexualmente hablando) por un conejo, y con la frase debajo: "así se hacen los huevos de Pascua", y que me pareció estupenda para explicar la incongruencia de que la liebre traiga los huevos. Y otra,  la que colgó un familiar mío de España, un estupendo dibujo de Quino en el que Mafalda le pregunta a su madre mientras ésta hace la colada: "Mamá, ¿qué te gustaría ser si vivieras?" y que me arrancó una gran sonrisa. Qué serían de todas estas fiestas familiares sin las verdaderas cabezas de familia, que se ocupan de que todos estén satisfechos, corderito, lasaña, y lo que toque. Ahora estoy pensando que cuál es lo siguiente a celebrar. Creo que será cuando llegue la primavera de verdad. Temblando estoy ya de cara a la celebración familiar que se me viene encima en la que tengo pensado ir con ropa de primavera y calzado abierto, cuando todavía no me he quitado la ropa de lana ni las botas, - ni el refajo, casi diría si lo llevase. En fin, conjuremos a los dioses y pasemos a las siguientes celebraciones, y esperemos que las liebres de Pascua que no se hayan consumido o quien sea obre el milagro, pues yo ya más no puedo hacer.

2 comentarios:

  1. El chiste de Mafalda es todo un puntazo. Buenísimo.
    Por lo demás, cada vez estoy más harto de las celebraciones tradicionales.

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    1. Sí, a mí me parece genial, y no se me ha ido de la mente estos días. Cuando me pongo de mal humor por esas cosas, como por no parar para que todo esté perfecto y todos puedan disfrutar de las celebraciones tradicionales, me acuerdo de mi madre, y del mal humor que tenía a menudo en domingos y días así. Y es que todos descansábamos, pero ella no. Yo pienso como tú respecto a las celebraciones, aunque disfruto de ver a hijas contentas y por eso lo hago, pero por el resto, son puro agobio.

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