viernes, 13 de abril de 2012

Mujeres que rompen mitos

Ayer leí una noticia de algo ocurrido en Múnich. Un hombre llama a la policía porque la mujer con la que estaba quería demasiado sexo. Se acababan de conocer en un bar. El hombre, de 43 años, subió al piso de ella, de 47. Tras varios "actos" el hombre, agotado quiso irse, pero la mujer no le dejó. Él acabó huyendo por el balcón y llamando al teléfono de emergemcias, pidiendo socorro. A la mujer le esperan ahora jucio por agresión sexual y por detención ilegal.

Por supuesto que ella sea juzgada o lo que haga falta, pero ya vine anunciando que las mujeres "maduritas" son de armas tomar, y que en temas de sexo, hay mucho mito. Clichés como que los hombres siempre quieren y están dispuestos, las mujeres no y alegan dolores de cabeza. Ellos solo piensan en el sexo, y ellas no, sino solo en el amor romántico. Ellos siempre pueden, y ellas fingen orgasmos. Ellos nunca están cansados para el sexo, y ellas sí. Son temas delicados, pero yo no le hago ascos a ningún temita; de hecho me encanta hablar de cosas de las que en teoría no se habla, y considero que no hay nada más sano que hablar de la sexualidad, si queremos que esta funcione bien.

Por suerte, sin embargo, el mundo ha cambiado mucho, sexualmente hablando. Ya no son ellos los que dominan, sino que ellas también. A ellas les gusta el sexo tanto como a ellos, y a muchas, lo aseguro, incluso más. Sé de hombres insatisfechos, y de mujeres ídem, y cada uno carga con la cruz que le ha tocado. Hay que luchar contra todos esos mitos, y con las ideas preconcebidas que nos meten en la cabeza. Mismamente las películas no nos hacen ningún bien, y aquí enlazo con un post que comencé hace tiempo y que no terminé bajo el título "lo que nos perjudica el cine", para temas sentimentales y sexuales. Concretamente contribuye a alimentar clichés de lo más absurdos, muchos irrealizables, y nos transporta a mundos ideales. Destaco principalmente todo el romanticismo de las películas, escenas de una pareja a la luz del fuego de una chimenea, besándose, en sus momentos más íntimos. Yo, como soy bastante aguafiestas, me planteo cuánta gente en el mundo tiene una chimenea así de romántica, y puede pasar un fin de semana así.

Y si paso a temas más escabrosos, como las escenas de sexo, ya ni cuento. Todo suele ser perfecto, o en plan aquí te pillo aquí te mato y todos felices, o escenita a la luz de la lumbre. Todo lo querremos emular y muchos quedarán frustrados cuando lo más romántico de la escena sea el mismo lugar de siempre y un crío llorando en otra habitación, una mujer a la que le duele la cabeza, un hombre agotado, y la rutina que se come más de una relación y sus sueños y erotismo. Y si entro en el cine porno, que me parece aburrido, seamos sinceros, aunque todos hemos visto imágenes, denuncio esa imagen tan actual de chicas perfectísimas, con piercings en los lugares más íntimos, que hacen quedar a cualquier mujer "normal" como una puritana de tomo y lomo, sin que lo sea, y que presentan mucho morbo, y los clichés que todos quieren ver.

Por suerte está habiendo cambios, y con esto me refiero a directoras porno como Erika Lust, o a blogs de temas de sexualidad sin tabús, escritos por mujeres, como el de Pandora en El Mundo o el de Eros en El País. Son mujeres las que escriben, en primera persona, y su labor me parece magnífica en cuanto a sacudir la mente de muchos y muchas, claro está. A ellos para que se relajen, porque no llevan la voz cantante y a ellas, para que se relajen también, pues es el sexo es, en mi opinión, pura fantasía, y las mujeres, si no estamos motivadas, seamos sinceras, somos capaces de estar pensando a la vez en que la lavadora terminó hace tres horas de lavar y se nos olvidó apagarla y que mañana hay que ir urgentemente a la farmacia. Somos multitarea, recuerden.

A ver ahora tras este post, cómo me mira la gente que me conoce. Pero algo que he aprendido a mis 42 y pico es que se puede hablar de todo, y que las mujeres debemos dejarle claro al mundo que ya no es lo que era antes, y que no hace falta que nos saquen fotos y titulares como los de ayer por todas partes de lo sexy y estupenda que sigue estando Julia Roberts a sus 44 años, tras haber tenido tres hijos, luciendo su palmito en biquini en Hawaii. El mundo se soprende. Yo no. Que se preparen más hombres para salir huyendo por el balcón.

1 comentario:

  1. Es cierto, el sexo es vida y hay que hablar de él con total normalidad, sin tapujos. Y ya va siendo hora de desterrar el mito de que a partir de los 40 la mujer pierde el interés sexual, el deseo y otras cosas por el estilo. Os habéis parado a pensar que podría darse el caso de que la mujer en cuestión esté harta de mantener relaciones sexuales aburridas con un marido inexperto que la satisfaga más bien poco o nada y ante eso, siempre da un “no” por respuesta. ¿Para qué ponerse en “tarea” si sabe que no va a disfrutar? Igual esa mujer podría disfrutar con otro hombre que no fuese su marido, quién sabe. Porque es sabido el dicho de que no hay mujeres frígidas, sino hombres inexpertos. Ahí dejo eso.
    En mi opinión, no existe una relación entre sexo y edad. El sexo no tiene fecha de caducidad ni edad de jubilación. Como bien dices, el sexo tiene que ver con la imaginación, con las sensaciones y no dejamos de sentir e imaginar hasta que morimos.
    Las encuestas sobre sexualidad demuestran que las mujeres a partir de los 40 tienen el mejor sexo de su vida. No se sabe si este hecho tiene que ver con los cambios hormonales, con la experiencia adquirida con los años (que hace que nos sintamos más seguras de nosotras mismas y dejemos de lado nuestros muchos complejos) o con que por una vez en la vida pongamos como prioritarias nuestras propias necesidades de disfrute personal ante las necesidades de los demás. No olvidemos que las mujeres nos pasamos la mayor parte de nuestra vida cuidando de los demás y no nos centramos para nada a nosotras mismas, siempre somos las últimas en una lista infinita de cosas que tenemos que hacer a lo largo del día y de la semana y no hay tiempo para nosotras mismas.
    Así que “cuarentonas del mundo” olvidar para otro momento la lavadora, el comprar el pan o la plancha y disfrutar del “momento”, que todo lo demás puede esperar. Pensemos por una vez en nosotras mismas. Y comparto contigo la idea de que más de uno va a tener que saltar por el balcón o por lo menos va a tener que llamar a la policía si quiere salir “intacto” de una situación como la que narras.

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