domingo, 1 de enero de 2012

Un año de puentes

Como quien no quiere la cosa hoy llevo un año de puentes. Este blog cumple un año hoy, y debo decir que ni me he enterado. Los que me siguen desde mis comienzos saben que tuve otro blog del que salieron más palabras que de éste, lo cual no es grave. Son diferentes etapas de nuestras vidas, y si me encantó aquél, me encanta éste también. Aquél era más revolucionado, que no revolucionario (eso espero que lo sean a ratos ambos :-) ), pues la que iba a mil revoluciones era yo. Los puentes llegaron tras un momento de poner punto final al otro e iniciar una fase más sosegada, con declaración de intenciones, y a los puntos suspensivos con los que cerré el otro, le siguieron los puentes suspensivos, título que se me ocurrió al día siguiente de cerrar el otro para el blog que abrí dos meses y medio después como alusión al otro, pero sin pensar en un primer momento lo que los puentes significaban y significarían. Y la idea me sigue gustando, tanto que sin haberlo saturado de puentes, pues esto no es un blog de arquitectura, me he plantado en un año de ellos, pues los posts de este blog son todos y cada uno de ellos un puente, como conexión entre las mil y una cosas que se me ocurren, los mundos que me rodean, mi gente, y los desconocidos que me leen y que llegan a estas páginas a través de google o como sea.

El mundo está lleno de puentes, algunos milenarios, otros modernos, y otros que vendrán. También los hay imaginarios o de fantasía. ¿Sabían ustedes que los puentes que salen en los billetes del euro no existen, que fueron diseñados por alguien explícitamente para los billetes? Parecerá obvio, pero yo no me había parado a pensar en ello hasta que lo leí, como al igual que en La Haya alguien pretende edificarlos a imagen y semejanza de los diseños de los billetes. Segurísimo que nadie se paró a pensar la miseria en la que estaría el euro una década después de su introducción y que al igual que aquellos puentes de fantasía quizá la moneda lo fue también, unos puentes en el aire, suspensivos, y nada estables. La naturaleza de un puente suspensivo no es la inestabilidad, que no se confunda nadie, pues pueden ser fuertes como los que unen los lados de dos barrancos durante infinidad años.

Agradezco a todos aquellos que me han dado apoyo con comentarios sobre mi blog, ya sean en persona o por e-mail, o a algunos, aunque los menos, los que se atreven a comentar aquí, algo que agradezco siempre. También agradezco a los que me mandan artículos sobre puentes o fotos sobre ellos, porque eso significa que al verlos se acuerdan de mi blog. Me siento honrada por tal recuerdo y envío de información. Lamento no incluirlo a veces por no poder, o por no saber en ese momento cómo utilizarlos. Ahora recuerdo el que me mandó un amigo en verano: el puente de la peli de Rambo, que lo iban a destruir, curiosa noticia. Y hace poco un familiar me mandó un documento lleno de imágenes de puentes, todas preciosas, que me hicieron ver que probablemente no fue casualidad que fuesen los puentes el hilo conductor de este blog. Brindo por el año nuevo con todos mis lectores, y también por un año de puentes, que espero que sean muchos más. Sigan dándome ideas, y si me leen, mejor, pues el escribir es un acto puente y los que lo hacemos queremos llegar a los demás con nuestras ideas y sentimientos. Pero como siempre me quedo con los que me dicen que se rieron con este o aquel artículo. Si consigo arrancarles alguna sonrisa, los puentes serán reales, y habrán cumplido su función verdadera.

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