sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

Hay lo menos 1001 formas de pasar las Navidades, pero cada uno tendrá la suya: su menú, sus costumbres y sus ritos. Mi hija pequeña no hace más que decirme que hagamos todo "como todos los años", la misma hora de cenar, todo, no sea que no sea lo mismo, y se nos fastidien las fiestas. Porque la Navidad es eso. Por eso nos gusta volver a nuestros orígenes esos días, por eso celebramos con nuestros padres, como antaño, por eso repetimos los mismos ritos un año y otro.

En Alemania empiezan a silenciar las calles, pues se comienza a celebrar a las dos o tres de la tarde. Como los horarios de comida aquí son flexibles, unos cenarán a las cinco, otros a las ocho, y los regalos serán lo más importante del día, junto con el árbol, que hasta hoy no lo ponen y decoran. A sus pies la familia, reparte los regalos. Hay varias películas clásicas de la Navidad que la televisión repite año tras año y que yo veré ahora con mis hijas, para sentir que hoy es Nochebuena. La obligatoria es una versión algo diferente de Cenicienta, llamada "Tres avellanas para Cenicienta", Drei Haselnüsse für Aschenbrödel, una versión checa de 1973 que es todo un clásico en Navidad. La veremos ahora, y en cuanto termine, abriremos los regalos. Hoy se terminó el calendario de Adviento, algo que apena a los niños pues se acaba la fiesta al llegar el día, algo extraño en la Navidad alemana, pero hoy darán grandes saltos de emoción, más aún.

La Navidad es esa fiesta de paz y amor y consumo. Hasta ayer me siguieron llegando correos de publicidad de que todavía estaba a tiempo de pedir un vale en Amazon, o sitios así. Anteriormente me llegaron a diario montones de correos diciéndome que hasta hoy puede usted hacer un pedido y llegará todo a tiempo para Nochebuena. El niño alemán medio recibe hasta 250 € en regalos, he visto en varios sitios, y estoy escandalizada. Eso significa que muchos reciben más y muchos ni llegarán . Vivimos en una época en la que sabemos el precio de todo pero no del valor de las cosas. Yo empiezo a pensar que el mejor regalo es el tiempo: hacer cosas con tus hijos. Lo material se les olvidará más adelante, pero las vivencias juntos no. Ayer yo, con todo lo que tenía que hacer, en uno de esos días en los que cuando te levantas dices: "por dónde empiezo" y sin embargo cuando salieron mis hijas del colegio, hicimos unos cuantos recados, para luego ir a patinar sobre hielo, como les prometí el otro día en uno de esos momentos en los que dices cosas sin pensar en todo lo que tendrás que hacer. Pero ayer me dio igual, y pensé que en unos años no me acordaré de si estaba la casa sucia o no y la ropa sin planchar, pero que recordaré siempre que el día antes de Nochebuena las llevé patinar. La rutina no nos llena la vida, ni el estrés, ni las carreras, ni el no llegar. Sino los momentos importantes, ya sean jugar al parchís, o ver una película. Por cierto, ya ha empezado y tengo que dejarles. Que pasen una buena noche, desde donde quiera que me lean, y que se reserven unos minutos de tranquilidad para sí mismos y los suyos. Feliz Navidad a todos y un abrazo.

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