lunes, 30 de mayo de 2011

Menuda fiestuqui

Supongo que el reloj o el alfiler para la corbata estarán más que manidos como premios a los empleados más fieles de una empresa, o que los viajes de incentivos con actividades como montar en canoa, tiro al arco, o descenso de barrancos se habrán quedado obsoletos. ¿Qué tal algo más sugerente y excepcional, de más agasajo, y deleite? Algo así debió pensar la empresa de seguros Hamburg-Mannheimer cuando organizó para sus empleados más destacados de la red de ventas en 2007 un viaje-orgía como premio, en una de las espectaculares termas que ofrece Budapest. El escenario debió ser dantesco, a juzgar por los detalles que están saliendo a la luz estos días.

Se empezó a tirar del hilo a raíz de un litigio por unas indemnizaciones que exigen antiguos representantes del grupo de seguros. Ahora están todos escandalizados, la propia empresa aseguradora, cuyo representante actual dice estar completamente avergonzado, otras empresas que organizan viajes de incentivos "serios", y la opinión pública. Nadie se escandaliza hoy día y menos en Hamburgo, donde la prostitución es legal, de lo que haga la gente en su tiempo libre, pero los detalles son tan desagradables que cabe dudar de la salud mental de los que organizaron tal sarao. Y si encima, como se ha sabido este fin de semana, la empresa dedujo en su totalidad los gastos de tal fiesta ante el fisco alemán, nada menos que 83.000 €, al final resulta que lo hemos pagado todos, y eso es lo que más indigna a la opinión pública pagadora de impuestos que no puede deducir muchos gastos. Mejor hacerlo a lo grande.

La fiesta del placer se organizó para los 100 mejores representantes de seguros de la empresa el 5 de junio de 2007 en Budapest, y contó con la presencia de 20 prostitutas. Según las declaraciones juradas de algunos participantes, todo estaba muy bien organizado. Las señoritas llevaban cintas rojas o amarillas, para distinguir a las que estaban en condición de azafatas de las que podían cumplir todos los deseos de los clientes. Otras, las más atractivas, llevaban cintas blancas, en señal de que estaban reservadas para los directivos y los comerciales que más hubiesen vendido. Como se ve, hasta en esto hay clases, y a mí me recuerda más a una feria de ganado que a una empresa seria de seguros. Pensemos además en el empleado prototipo y que estamos en un país serio.

Pero pasemos también a la dimensión "humana" del asunto. Yo me imagino a mucha esposa indignada estos últimos días al enterarse de que el viajecito de relax a Budapest no era solo a darse unos bañitos en el balneario, ¿o es que eran todos solteros...?; y luego cabe preguntarse si todos los premiados eran hombres, y me temo que sí; nadie habla de ningún gigoló para premiar a ninguna ejecutiva, pues en este país seguimos creyendo en los cuentos, y eso que llevo demasiados años oyendo que aquí no son machistas, que eso son los del sur de Europa. En cualquier caso vemos que con sexo no se paga una buena labor, y que si la indemnización falla, hasta la mejor de las fiestas pone en escarnio público a mucho organizador talentoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario