domingo, 20 de mayo de 2012

Lo superarán

O no. Hay cosas que aunque se superen, quedan como un trauma para siempre. Eso les va a pasar a los jugadores y a la afición del Bayern tras haber perdido la final de la Champions anoche, además en su casa. Lo malo de ser segundo es que también pierdes, y esto no aplica al fútbol sino a cualquier cosa de la vida en lo que tú, como segundo, te quedas fuera y pierdes y gana otro. El Bayern no tiene consuelo, y las noticias sobre el encuentro llevan palabras como "trauma", "tragedia", "valle de lágrimas", "canciller decepcionada", "Schweini inconsolable". El presidente del Bayern Uli Honeß no encuentra palabras de apoyo sino de enfado, sí Beckenbauer y otros. Y el día sigue produciendo noticias y declaraciones. El Bild-Zeitung cita a Beckenbauer, que dice que ahora el seleccionador nacional, Löw, será el que pagará el pato, pues recibe de cara a la Eurocopa a jugadores traumatizados y en desventaja frente a los felices ganadores del Borussia Dortmund, pues los del Bayern han perdido tres títulos quedando segundos esta temporada. Y ahora leo que Sergio Ramos se ha vengado en su cuenta de twitter del comentario de Neuer sobre el penalti que el primero tiró al cielo de Madrid.

Así es el fútbol, hoy soy yo el héroe de una tragedia griega, y mañana tú. Lo que de todas formas se puede reformular es aquel comentario de que el fútbol es ese deporte en el que juegan 11 contra 11 y siempre ganan los alemanes. Lo que sí que se ha demostrado es que en Alemania se llora por el fútbol, aunque no se haga por otra cosa, pues no hay que banalizar a la hora de derramar lágrimas. Un amigo mío me comentaba que cuando los del Madrid perdieron contra el Bayern hace poco en la tanda de penaltis, no lloraron, y que los del Bayern anoche parecían nenas llorando. Es madridista acérrimo, se entiende, y a éstos les ha dado cierta alegría que ganase ayer el Chelsea. A mí ayer los del Bayern casi me dieron pena. Casi, he dicho. Es porque siempre me dan bastante rabia los comentarios de los comentaristas alemanes, que celebran la victoria antes de tiempo, y sí, jugaron mejor, pero hablaban ya todo convencidos de un triunfo histórico antes de tiempo. Así es el fútbol. Como la vida misma. En cuestión de segundos tu euforia se convierte en la mayor desilusión y desperación. Sí que me dan pena los del Bayern. Esta vez sí.

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