jueves, 24 de mayo de 2012

Jabalíes cultivados

En alemán a los jabalíes, se les llama "cerdos salvajes", "wild = salvaje, Schwein = cerdo. Esta semana han demostrado en Hamburgo que son de lo más civilizado yéndose a pasear ayer por la ciudad, y además con muy buena elección y criterio a la hora de descubrir el centro. Eligieron la tempranísima mañana, pues además aquí en mayo a las 4 de la mañana es de día. A las 4.50 tuvo lugar la primera llamada de alguien que dijo ver a tres jabalíes de paseo. A las 6 los vieron por la pinacoteca, a las 6.20 por Jungfernstieg, el centro de Hamburgo con el embarcadero del Alster, el lago, a las 7.10 fueron a la futura Filarmónica. Allí uno se lanzó al agua y desapareció nadando por el Elba, pues cuando llegaron las fuerzas de salvamento, no había jabalí por ningún lado. Se dice que son buenos nadadores. Entre las 7.25 y las 7.40 los dos que quedaron fueron vistos por el barrio de la universidad. A las ocho de la tarde apresaron a uno, que tras darse con un ciclista, saltó al agua, y le dispararon una anestesia, tras perseguirle con una lancha a motor, y así pudo ser apresado y sacado del agua, y hoy anda pastando por un bosque de Hamburgo. De sus dos compañeros de aventuras no se sabe nada.

La imagen de los jabalíes paseando por el Lombardsbrücke, el puente que divide el Alster grande del pequeño, es desternillante. En vivo debió ser un número. No me extraña que todos los que los avistaron llamasen a la policía. Pero el recorrido no tiene desperdicio. De salvajes nada. Lástima que a esa hora la pinacoteca no estuviese abierta, pues si no seguro que hubiesen entrado, pues pasaron por lo mejorcito de Hamburgo, y en una mañana soleada de este precioso verano hamburgués que nos ha venido de repente esta semana.

Lo primero que pensé yo ayer al oír la noticia de la persecución en la radio, fue imaginarme abriendo la puerta de mi casa, y teniendo a los animalitos delante. En Hamburgo vivimos con ciervos, jabalíes y ardillas, pero nunca se habían adentrado tanto los jabalíes a la ciudad. Qué frikis estos tres. Pero tienen más gracia que los cuervos que atacaron ayer en un parque a los que paseaban por allí. Lo hacían para defender a sus crías, dicen los expertos. Pero hace dos semanas se dieron a la fuga dos canguros de un parque de esos tipo safari en Baja Sajonia. El otro día los vieron por ahí, pero no han conseguido coger a Wickie y Urmel, como se llaman los canguritos. Cualquier día los ven haciendo una visita guiada por el puerto, o visitando a sus parientes en el zoo de Hamburgo.

Cómo están todos. Debe ser la primavera, que llegó por fin desatando los ánimos de darse a la fuga a descubrir el mundo. En realidad no hacen otra cosa que no haría yo en su lugar. Pero aquí los animalitos son parte de nuestra vida diaria, y los pájaros de Hitchcock no son nada. Aquí ya nos dicen que las monísimas ardillitas, ante las que cualquiera pronuncia un "ooooohhh" y se queda parado mirándolas, que son una plaga como las palomas, y que la gente les da de comer porque son monísimas, pero que no se debería. Al final los que sobramos entre tanta naturaleza somos nosotros. Así veo yo al perro monísimo de mi vecina campando por mi jardín a sus anchas, y me da cosa ponerme a tomar el sol y tener de repente al perrito dándome un lametón. Pero mientras no sean los jabalíes o los canguros ... El ratito que me he sentado hoy fuera me he acordado mucho de ellos.

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