martes, 16 de agosto de 2011

El analfabetismo mental

Érase una vez un león, que se quiere ligar a la leona de la jungla. Él no sabe leer y escribir, y ella es muy cultivada, pues lee la mayor parte del día. Ella está tumbada, a la sombra de un árbol, leyendo, y él no sabe como acercarse y camelársela. Entonces le pide ayuda a otros animales para que le escriban la carta. Los monos le escriben que están deseando subirse con ella por los árboles y comer plátanos, los escabarabajos que la invitan a meterse en toda la tierra sucia y rebozarse, los hipopótamos que retocen en el agua, los buitres que la invitan a una cena de carroña, riquísima, y el león, cada vez que le lee la carta pertinente con la propuesta, ruge enfadado: "Nooooo, yo no lo hubiese dicho así jamás". Al final, la fina leona se le acerca preguntándole que qué le pasa, y cuando él confiesa que no sabe leer ni escribir, ella le dice que es muy fácil, que vaya con él a la escuela a aprender. Y se van juntos de la mano. Happy end. (si todo se queda en la lectura, no se sabe...).

Así se resume la actuación que habrá tenido lugar hoy en montones de colegios, y estas semanas en cada uno de los Estados Federales alemanes. Es la obra típica para dar la bienvenida a los alumnos de primero de primaria, lo que en Alemania significa el comienzo de la vida escolar, con seis años, pues anteriormente, de los tres a los seis años están en la guardería. Hoy se veía por la calle la imagen típica de todos los años: el padre, la madre, el futuro escolar, todo arregladito, y los hermanos de éste, y los abuelos, como mucho. Parece que van de comunión o de boda, esos grupitos. El crío lleva la Schultüte, ese cucurucho lleno de regalos que define, junto con la cartera sin estrenar, la situación, y que es lo más importante de la jornada. A partir de mañana, dejarán de ser analfabetos, como el león, en un proceso lento, lentísimo, pues aquí se tarda en llegar a escribir de manera rudimentaria, y casi dos años en escribir con caligrafía (y en Hamburgo la han quitado la semana pasada), y en muchos casos, hasta finales de curso no se les oye leer una frase seguida.

Yo he visto hoy esta obra de teatro, por tercera vez, y ya me la sé de memoria, y hoy de nuevo con una hija mía en el escenario que hacía de buitre carroñero, pensaba al ver a los monísimos "animalitos" que hasta al león, por muy rey de la jungla que sea, le pueden manipular los mensajes si no sabe transmitirlos él. Y traté de entender el sistema escolar alemán, algo que por más que trato de comprenderlo, no consigo: en realidad no se trata de lo que aprendes ni de cuándo lo aprendes, si no de que lo aprendas, y que adquieras tú con tu propio trabajo tu entidad como persona (o animal) en el mundo, ya seas el león o el buitre, y que cada uno, dentro de su vida, sepa comunicar lo correcto en el momento adecuado. Porque si no no te ligas a nadie de tu especie. ¿Será eso el mensaje? A lo mejor la tengo que ver una cuarta vez, y ahora caigo que será el martes que viene, en una segunda actuación a la que tengo que llevar a mi hija. O en los tiempos que corren, aplicaría a todos los que "dejan hacer" y no saben ni lo que ocurre a su alrededor. El león lo soluciona y va a la escuela y se liga a la leona. ¿Pero, y los demás?

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