viernes, 12 de agosto de 2011

El menú de cumpleaños o meriendas

No es que me haya roto la cabeza, pues tampoco hace falta. Qué le da una a 10 niñas de comer para celebrar un cumpleaños. Se trata de una celebración posterior, como se llaman aquí, Nachfeier, pero comer han de comer igual. Una de las invitadas es vegetariana, y ésa no comerá carne ni ningún animal, como dice siempre. Otras no comerán las ensaladas, por verdes, otras dirán que aunque les gusten, hoy no las comen. Otras dirán que les gustan más otro tipo de salchichas. A mi hija la he amenazado y le he dicho que si quiere les hago un cocido y listo, a lo que se ha tenido que reír. No lo comería ninguna, estoy segura, porque no lo conocen, simplemente.

La comida es, en el caso de los críos, algo tan cultural, como que los niños alemanes celebren sus cumpleaños con salchichas, y los españoles con choricito y jamón. El Kuchen, el pastel, no ha de faltar, y le he dicho a mi hija que si compro uno, a lo que me ha dicho escandalizada que no, que lo hace ella. Tienen que ser de fabricación casera, pues si no quedas mal, por muy exquisita o cara que sea la tarta que compres. Otra opción es escandalizarlas a todas las invitadas culturalmente y no con cocido. Bastaría servirles pan con chocolate, como lo comíamos nosotros para merendar. Aquí, para empezar, no existe el término merienda, y no se merienda jamás. La cena es más temprana, así que no hace falta, y como a veces se hacen comidas/cenas o cena/merienda, no existen. Los horarios de comer son de lo más anárquico en Alemania. Lo bueno de esto es la libertad: ¿comemos el Kuchen a las tres o las cuatro de la tarde, como se hace aquí, o primero comemos el menú y luego el pastel? Podría hacer bocadillos para todas, pero sí que me mirarían raro: unos bocadillos de chorizo de Pamplona, pan con chocolate, y otros de jamón. Me dirían "¿pero esto qué es?", y así podría introducir el término "merienda de cumpleaños", que aquí no existe, como las que se montan en España, incluso con todos de pie alrededor de la mesa.  A todo esto ahora recuerdo que jamás celebré mi cumple de niña con amigas. Pero qué poco se complicaba la gente antes... y lo bien que hacían.

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