jueves, 25 de octubre de 2012

Puntos de unión

Creo que las nacionalidades están sobrevaloradas, las madre patrias, los himnos y cosas así. La madre que nos pare, la tierra en la que nacemos, crecemos y vivimos, pueden tener nacionalidades diferentes. Yo conozco casos de gente con varias nacionalidades, por padre, madre y país de nacimiento e incluso de posterior residencia. Por eso matar o morir por tu país es lo más absurdo que te puede pasar. Mejor morir por otras causas ya puestos a que te toquen lo tuyo, pero la nacionalidad que tienes es una de esas casualidades de la vida, un tropiezo en una piedra y no en otra.

Todas estas cosas iba pensando yo hoy cuando he entregado todos los formularios y papeles para hacerme alemana. Hoy era el día de presentar todo y firmar unos cuantos papeles más garantizando que no estoy involucrada en organizaciones que puedan hacer daño a este país. Cumplo todos los requisitos y todo está en regla, por lo que ahora tramitarán mi caso y en unos cuantos meses seré alemana además de seguir siendo española, que era mi única condición para aceptar la puesta en bandeja de la nacionalidad alemana.

He ido nerviosa pero he salido contenta. La calle donde está la oficina de naturalización no podía ser más fea, pero he mirado a mi alrededor pensando en la chavala de 20 años que era cuando caí por aquí. Los primeros años no fueron fáciles y los últimos cinco tampoco. Probablemente sin estos últimos no hubiera dado este paso. Es una forma de reconciliarme conmigo misma, con mi pasado y con mi futuro. En un momento de cambios gordos en mi vida, nada mejor que aferrarme con cada milímetro de las plantas de mis pies al suelo que piso. No es que un papel sea garantía de una identidad, pero la patria es también ese lugar que pones a parir a menudo. Me hago alemana con conocimiento de causa, con ganas de votar y así poder elegir a mis gobernantes en el país en el que pago impuestos; también porque soy consciente de la antipatía que producen los alemanes en parte del extranjero, pero, como dice este blog, siempre existen los puentes, suspensivos, cual línea de puntos, con agujeros, pero que unen igualmente. En unos meses yo seré uno de esos puntos.

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