lunes, 22 de octubre de 2012

Por fin dicen que no es fácil

Lo logré. No sé si debería estar orgullosa pero he conseguido que mucha gente opine que el español es una lengua muy difícil de aprender. Como además la valoración es cierta, no es nada de lo que asustarse, ni por lo que implica ni por que yo conciencie a la gente. Más bien el error era creer lo contrario, como es habitual en Alemania. El español es una lengua fácil, piensa la gente aquí, y no sé por qué, y menos aún porque lo suele decir gente que no la habla o lo hace apenas. No es fácil aprenderla, lo corroboro por lo que me toca como profesora. A los ejemplos me remito. Prueben con la conjugación. Jamás, hasta que di clases, me di cuenta del sistema tan complejo de tiempos verbales que tenemos, con todas sus formas irregulares, todos los hablantes en la cabeza: sigo, sigues, sigue, seguimos seguís, siguen; oigo, oyes, oye, oímos, oís, oyen; huelo, hueles, huele, olemos, oléis, huelen; me despierto, te despiertas, se despierta, nos despertamos, os despertáis, se despiertan. Y luego todos los tiempos del pasado, del subjuntivo, ser y estar, por y para, las perífrasis verbales tipo "acabo de escribir", "empiezo a cantar" "suelo comer paella",
"llevo 5 años aprendiendo ruso".

Total que hoy me ha llamado una alumna para disculparse por no poder continuar por motivos de trabajo, que lo sentía mucho, pero que como yo dije el primer día, ni el idioma es fácil ni le puede dedicar al aprendizaje el tiempo que le gustaría. No sé si es una buena o una mala noticia. Yo sufro con todos los que se quedan en el camino, y pongo toda mi carne en el asador para que entiendan lo inexplicable, como que digamos: "Es seguro que viene" pero "Es posible que venga". En alemán sería también un "viene", en indicativo, en el segundo caso. Pero por otra parte considero también un mérito concienciar a la gente de que es posible y más que eso aprender y muy bien una o varias lenguas, pero también de que ni es un regalo, salvo las que aprendemos de nuestros padres sin darnos cuenta, y ni que por hablar una concreta somos superiores o poseemos la sabiduría universal y toda la difícultad posible y por tanto a nosotros nos va a costar menos aprenderlas que a los extranjeros la nuestra. Esa es una falsa creencia de muchos alemanes: el alemán es muy difícil (lo corroboro) y los extranjeros no la dominan nunca, piensan, pero nosotros aprendemos todas las que queramos sin problemas. Puedo asegurar que la gente suda en mis clases igual que yo sudé al aprender alemán, francés u holandés. Ni más ni menos. Como profesora lamento perder alumnos, pero como cuando me dicen, como la de hoy, que se lo ha pasado tan bien en clase, que ha aprendido tanto, y que volverá, tras una pausa, cuando le pueda dedicar el tiempo que desea, considero que un éxito parcial haber conseguido adeptos para una causa seria.

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