domingo, 30 de octubre de 2011

Estos rusos

Qué internacional es el mundo, y nunca mejor dicho. Ayer estuve en una fiesta organizada por mis vecinos rusos y que estaba llena de compatriotas suyos. Son gente animada: bailan, cantan, beben, y se atreven a ser los primeros en Europa que quita el cambio de hora de hoy al horario de invierno. No había vodka, pero si un payaso ruso. Mi vecina me contó que ella le vio de niña en Moscú, y que cuando se lo encontró aquí en Hamburgo, donde vive el payaso, no se lo podía creer. Es un payaso de la escuela antigua de los circos rusos, y la verdad es que el espectáculo que dio amenizando las mesas fue ameno y entrañable. En la fiesta había de todo: rusos rusos, rusos de segunda generación o medios rusos. Cuando el guitarrista (otro internacional, ahora hablaré de él) tocó el "Kalinka, Kalinka, kalinka...", la canción rusa que todos en España cantamos como "Ali-cante, Ali-cante, Ali-cante, Ali..." se pusieron todos a bailar y cantar como locos, y nos metieron a los no rusos en la pista. Había rusos moscovitas, de San Petersburgo y de otras zonas, que entonaron todos juntos una canción de cumpleaños rusa, que les quedó tan bien, que cantar después el "Happy Birthday", que es lo que se canta aquí en los cumpleaños, y en general en inglés, quedó totalmente deslucido.

El guitarrista: otra persona de mundo. Francés de origen árabe, afincado en Alemania, casado con una japonesa (por qué no), pero que vive en mi barrio. Tocó desde el "New York New York" de Sinatra, al "Kalinka" y el  "Para bailar la bamba". Una rusa me dijo que ésa la tenía que bailar yo, como si hubiese un baile, como con la canción rusa. A mi hija mayor le pareció el repertorio del músico, que era buenísimo, poco moderno, pero le dije que eso le pasa por ir a una fiesta con tanta gente mayor (cuarentones). Como en toda fiesta, por muy rusa que sea, siempre habrá alguien que habla español, allí estaban: una familia alemana rubia que hablaba español a la perfección por haber vivido varios años en Mallorca. Pero hace no tanto decidieron cambiar la isla por este barrio mío tan internacional, aunque no lo parezca, y me encontré con unos niños que hablaban perfectamente español y unos padres que parecían recién sacados de la "realeza" alemana en Mallorca.

Y luego algo sorprendente. El payaso, para uno de sus trucos de magia pidió un cigarrillo al público. ¿Pueden creerse que nadie tenía uno? Nos encontrábamos en una fiesta de no fumadores cien por cien. Empalmando con algo que escribí el otro día, creo que mi hija puede ahorrarse la visita con la clase a ver la broncoscopia en vivo al hospital que realizará su clase en unas semanas. Hace años hubiese sido al revés, los que menos de toda una fiesta no fumarían. El camarero trajo un cigarrillo, y con ese truco el payaso ruso que vive en Hamburgo se despidió del público ruso, alemán e internacional no fumador. Yo ni fumé ni bebí ni vodka ni nada, salvo una copita de vino blanco francés con la cena, pero hoy he tenido un cuerpo de lo más arrastrado. Será por el cambio de hora. Qué listos son estos rusos. Qué bien se lo montan. Ellos estarán tan frescos hoy, hasta los que estuvieron en la fiesta.

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