viernes, 18 de febrero de 2011

Niños malos

¿Ha copiado o no ha copiado el actual ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg en su tesis doctoral? El tema abre las noticias de los telediarios en sus últimas ediciones, y es portada de periódicos. Se han abierto páginas de internet donde gente con mucho tiempo y ganas descubre los párrafos de la obra que al parecer están plagiados, por formar parte de "su" obra sin nombrar su procedencia. Y eso está muy muy muy mal... a niveles académicos por su puesto, pero no solo. Mejor reconocer haberte fumado un porrito, o ser gay o muchas cosas más tolerables hoy día. ¿Pero copiar alguien de brillante carrera, cuya tesis doctoral en derecho recibió una matrícula de honor? De momento la Universidad de Bayreuth le ha pedido explicaciones para dentro de los próximos 14 días, y le podrían hasta quitar el título.

Verdaderamente el tan popular ministro no gana para sustos, y su probabilidad de ser un futuro canciller alemán aviva la energía de remover en su vida para parar lo que parece imparable. A todo esto pienso en una obra de teatro de Bertolt Brecht que me fascinó: Der aufhaltsame Aufstieg des Arturo Ui; como no me gusta la traducción que encuentro con la palabra "resistible" lo traduzco en "El ascenso 'parable' de Arturo Ui". Se trata de una parodia de la subida al poder de Hitler, y de ahí lo chocante de la elección del adjetivo, que yo traduzco con una acepción que no existe en nuestra lengua, pero sí en alemán y que destaca por su contrapunto de algo que parecía imparable pero que no lo fue. Y lo mismo ocurre con el ministro, cuya carrera podría ser parada por unos o por otros. Si las acusaciones son ciertas, desde luego que su imagen quedaría tan dañada como para tener que retirarse o no llegar a canciller. Pero zu Guttenberg tiene aguante, o si no al tiempo.

Aguante tiene también el St. Pauli, los chicos gamberros del fúbol alemán. Han tenido que esperar 33 años para volver a ganar un derbi contra el HSV, y antes de ayer, con un gol de Asamoah, lo lograron. Ahora celebran y celebran, y el HSV ya no vive de ninguna gloria desde hace mucho, y los malos, que tampoco van bien, se conforman con poco y con criticar cuando pueden, y en cualquier caso de hacerse notar y celebrar sus méritos propios.

Y el domingo se celebran elecciones en Hamburgo. De bueno va un candidato que no es que sea malo, pero no es hanseático, y eso es ser malo para gobernar esta ciudad-estado llena de una casta llamada "hanseática", los hamburgueses de pura cepa o los que se sienten como tales, herederos de los comerciantes del puerto, o con la vena de que "Hamburgo es el paraíso terrenal". El candidato de la CDU, Christoph Ahlhaus, que ocupó el cargo cuando Ole von Beust salió huyendo del puesto ("desgaste" lo llamaron), no parece tener opciones de ganar y en las encuestas los motivos que alega la gente para no votarle es que no es hamburgués, aparte de no tener ningún carisma, y tener mi edad, 41 años, y parecer tener 58 lo menos (esto último lo alego yo, que encima no voto, y no me podré presentar a alcaldesa de Hamburgo por no ser de aquí y encima criticar).

Y como siempre es mi hija pequeña la que me da las soluciones fundamentales de la vida. Lleva una temporada oyendo con teson CDs con los cuentos clásicos de toda la vida. Y como se los sabe de memoria, le da tiempo a filosofar sobre ellos, y en la comida, en el coche o en cualquier momento, me lanza sus preguntas, o mejor dicho, últimamente no me consulta nada, sino que me explica sus conclusiones. Las de esta semana: "Mamá, no entiendo por qué las madrastras en los cuentos son todas malas", o "Me parece injusto que en los cuentos los feos sean los malos, y los buenos los guapos. Vamos que un guapo puede ser malo también, solo faltaba, y un feo buenísimo". Verdades como puños. Veremos por dónde sale el ministro zu Guttenberg ahora para explicar el entuerto, quién gana las elecciones el domingo (Olaf Scholz, el candidato del SPD tampoco es hanseántico -curioso que a él no se lo echen en cara-, tampoco es bello pero tiene una imagen más carismática), y de la liga... veremos. Otro noble de corazón, Raúl, metió el otro día el gol que le sigue llevando al olimpo de los dioses pacientes y amables. Pero en cuanto a bondades me vuelvo a quedar con otro comentario archifamoso de mis hijas, ambas, hacia mí: "Papá es mucho más bueno que tú", a lo que yo respondo siempre ríendome: "Sí, sin duda alguna".

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