sábado, 30 de marzo de 2013

Están majaras

Tengo el tema "clima" bastante abandonado. No es que sea buena señal, sino más bien que trato de ignorarlo. Teniendo en cuenta que estamos casi en abril y que sigue nevando y que desde hace semanas la temperatura máxima es como mucho de 2° C, es para largarse de inmediato. Pero, ¿adónde vamos a ir los más de 80 millones de alemanes? Ni Mallorca nos acoge si vamos todos en tropel.

Y como no tenemos dónde ir, hacemos de tripas corazón y tratamos de creernos que es primavera, Semana Santa, y que no hay nieve. Hoy se veían las humaredas típicas del Sábado Santo, por los fuegos de Pascua, esa tradición pagana de "quemar" el invierno y dar la bienvenida a la primavera. Y yo, viendo la nieve por todas partes, y sintiendo el frío que seguimos teniendo, pensaba que están completamente locos. Con estas temperaturas tan gélidas ni las fogatas calientan, y hay que ser poco flexibles para no cancelar los fuegos con un frío así, como en España se hace con las procesiones cuando llueve, por mucho que les fastidie a muchos.

Este año todavía no han salido ni los crocus, las primeras flores de la primavera. Algunas apuntan algo entre la nieve, o mejor dicho sus tallos. Hasta en Husum, una pequeña ciudad cerca del Mar del Norte, en el Estado Federal de Schleswig-Holstein, han pospuesto la fiesta de los crocus, que celebran cada año alrededor de su castillo, que se llena de esa flor lila y que atrae a muchos visitantes pues es espectacular. Yo estuve una vez hace años. Pero este año, no hay crocus que se atreva a salir, y la reina de la fiesta de los crocus, sigue sin lucir su corona porque no sale ni uno.

Muchos están ya preocupados por lo que este invierno tan terriblemente largo significa: nadie compra ni ropa de verano, ni barbacoas, ni plantas primaverales. Y parece que no se va a terminar nunca.

Aquí se creen que el clima va a la carta. En invierno ha de nevar hasta que ellos se cansen. Ahora mismo no hay nadie que quiera más nieve, pero a mí me molesta igual ahora que en diciembre. Así que hala, que apechuguen, que cuando yo me quejo en los meses de invierno nadie me hace caso; y que busquen los huevos de chocolate como es costumbre, pero bajo la nieve. Porque las costumbres nunca se abandonan, aunque muramos congelados en el mes de marzo más frío que se recuerda.

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