sábado, 9 de abril de 2011

La violencia y la justicia mal entendida

Impresionante cómo una película puede tocar tantos temas y tan diferentes, mantener al espectador pendiente de diversos hilos entramados entre sí, y unirlos todos por un denominador tan duro como la violencia y elevar la tensión a través de la venganza o el tomarse la justicia por propia mano. Si además la acción tiene lugar en zonas tan diferentes como en África y Dinamarca, y a pesar de ser mundos con nada en común, al ser la violencia en ambos tan brutal, uno se da cuenta de que en lo peor de África y en lo mejor de Dinamarca el mundo se mueve por los mismos bajos instintos y que lo peor que le puede ocurrir al ser humano es perder todo el respeto hacia el dolor de los demás y entenderse solamente a uno mismo a través del uso de la violencia.

"In einer besseren Welt", "En un mundo mejor", como se llama en su versión alemana, debería llamarse "Venganza", como se llama en danés, en su versión original "Hævnen", o incluso mejor "justicia mal entendida". Porque el mundo mejor no existe, y ni siquiera queda como esperanza en ningún momento. La película empieza con violencia, con maltrato escolar en un colegio en una zona idílica de Dinamarca donde chavales "normales" maltratan a otros igual de normales pero que les parecen débiles. El padre de ese niño que cada mañana tiene que atravesar la barrera de los matones de la clase trabaja como médico para una ONG en África, en uno de esos países donde las milicias utilizan a unos locos que para salir de su propia miseria, asesinan y abren a las mujeres de arriba a abajo con cuchillos, para ver si están embarazadas o no. Al campamento de la estepa llegan mujeres rajadas y niños mutilados, y el doctor danés trata de combatir la violencia con no violencia.

De la misma manera en Dinamarca, al defender a su hijo de un altercado mientras jugaba con otro, el padre del otro crío le agrede, y él no devuelve el ataque, algo que el nuevo amigo de su hijo ve como un signo de flaqueza, de perder una batalla que no debería quedar así. Este chaval está destrozado por la reciente muerte de su madre, que perdió en la lucha contra el cáncer, y le culpa al padre de haber abandonado, de no haberle hecho frente a la enfermedad, como si hubiese deseado que la madre muriese. Y empieza a maquinar su propia justicia contra el matón que atacó al padre de su amigo, el doctor, pero las consecuencias de esa venganza son devastadoras.

Mientras, el médico en África tiene que tragarse su rabia y atender al jefe de las milicias que asesinan a capricho, al presentarse éste en el campamento con una pierna a punto de tener que ser amputada. Le atiende y salva la pierna pese a las protestas de los heridos del campamento y de los familiares de los mismos. Pero tras no haber podido salvar a una joven de sus heridas, el "paciente" le pide ese cuerpo muerto para disfrute de uno de sus secuaces, al que le gustan las que no se "mueven nada", y en ese momento el médico pierde el control que le caracterizaba y arrastra al que hasta ahora había tratado y tolerado y no hace nada para evitar su posterior linchamiento por parte de muchos del campamento.

Y el mundo mejor no acaba de llegar, porque la venganza no lleva a ninguna parte, como tampoco la violencia como medio para solucionar nada, ya que todos pierden ante todo su integridad humana. Durísima película que sin embargo recomiendo ver. Merecidísimo óscar a la mejor película extranjera de este año. El cine escandinavo no suele decepcionar en su mayor parte, pero esta película me será difícil de olvidar, porque tampoco deseo hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario