jueves, 14 de abril de 2011

Siempre Raúl

El "señor Raúl", como decían hoy en la radio, usando la palabra en español, está dando mucho que hablar en Alemania y en Europa, habiendo logrado él en gran parte que el Schalke se meta en semifinales. Tras la goleada del partido de ida, la repetida victoria de ayer sabe a gloria en Alemania, en una noche en la que muchos son del Schalke, ese equipo de zona obrera, que es el cuarto equipo alemán que consigue colarse en semifinales de una Champions, tras el Bayern, el Borussia Dortmund y el Leverkusen. Todo un señor Raúl, no me canso de decirlo, que ha soportado como todo un profesional lo que le han echado encima hasta ahora en cuanto a desplantes, sin soltar nada por la boca como es frecuente en otros casos parecidos. Por eso ayer, otro que me parece otro señor, Manuel Neuer, el capitán y portero del Schalke, portero de la selección alemana (recuerden a Kahn), le mandó a la grada a celebrar con la afición.

Al ver las imágenes de la afición de Gelsenkirchen celebrando con Raúl, pienso en el partido que habrá en Hamburgo próximamente: a puerta cerrada en el estadio del St. Pauli, sin público. El motivo es la sanción impuesta esta semana al club gamberro hamburgués porque hace dos semanas en un partido contra el Schalke, precisamente, un espectador lanzo una jarra contra el linier en el minuto 88 del partido (se podía haber esperado), obligando al árbitro a suspenderlo de inmediato. El St. Pauli ha recurrido la sanción ante los tribunales de deporte en Frankfurt, que hoy dará a conocer su sentencia de si el club ha de acatar la pena, o de si se les indulta por esta vez. Pero si el fin del fútbol es el éxtasis colectivo que provoca, como vimos ayer con el resultado del Schalke, imaginemos que en ese "partido fantasma", como se dice en alemán, Geisterspiel, el St. Pauli hiciese un partidazo contra el Bremen, y nadie lo disfrutase.

Encima ayer el entrenador del St. Pauli, Holger Stanislawski, que antes de entrenador fue jugador del equipo, y que ha estado unido al club durante 18 años, anunció ayer en una conferencia de prensa que llenó de lágrimas que se va al Hoffenheim, por no poder soportar tanta presión profesional y privada. El St. Pauli se encuentra en los puestos de descenso en su primer año de regreso a la primera división alemana, y a eso se le suma ahora el partido a puerta cerrada, y la pésima imagen que un incontrolado da a una afición por lo demás entregada hasta la muerte. Quizá mejor irse ahora, sí, aunque hoy llueven las críticas y la decepción de los fans para los que irse al Hoffenheim, siendo "sanktpauliano" es un deshonor.

Pero así será el deporte, me imagino. O estás arriba o abajo, o eres un héroe o un villano. Y estos días el asunto Contador vuelve a estar candente, que no es ningún héroe, sino un perdedor absoluto, pues yo no me he creído nunca lo del filete, y para mí ha perdido bastante credibilidad por muy buen deportista que sea. Francia e Italia van a por él, y dudo mucho de que vaya a participar en el Tour o en el Giro, por mucho que trate de probar que es inocente.

Y cuando se remueve, algo se encuentra, y a los políticos les ocurre como a los deportistas, si llegar es difícil, el mantenerse y probar que eres sin ser lo es más: tras habernos librado del asunto zu Guttenberg ahora hay gente dispuesta a probar que hay otros supuestos doctores en la politica que plagiaron también en su tesis doctoral. Ahora le toca a Silvana Koch-Mehrin, eurodiputada por el FDP y la niña bonita del partido. Vaya, parece que ha copiado ésta también, ni que el partido, tras la dimisión de Westerwelle como jefe de los Liberales, estuviese para sustos. Al final la gente va a acabar por votar a los que no tienen estudios, o un simple bachillerato. La Universidad de Heidelberg está estudiando el asunto y la diputada en Bruselas, calla. Pero no tardará en hablar, estoy segura. Pues los que callan por tapar, pierden, y los que callan por ética profesional, se mantienen, como le ocurre a Raúl, que lo que ha conseguido ha sido por méritos propios. Que conste que no soy madridista, pero le admiro, pues no necesita copiar ni plagiar ni engañar, y ayer en las gradas, repetía lo que le dijesen que tenía que corear en alemán, para que el público le respondiese, y hoy se hablaba de sus "progresos con el alemán" en un país en el que no te regalan nada, como mucho un título de doctorado si copias o pagas por él. Me alegraría si el Schalke ganase la Champions.

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