Mi nueva vida no está nada mal. No paro, pero está llena de puentes. Peleo desde que me levanto hasta que me acuesto, todas las batallas posibles y a veces me pregunto si no terminan nunca. Hoy libré otra batalla más, y ya van mil. También mi piso va tomando la forma que yo deseaba, en un barrio, además, que me ofrece cantidad de puentes en un paseíto cualquiera.
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