miércoles, 12 de diciembre de 2012

Por nosotros mismos

¿No lo dije ayer? Parezco bruja, pues hoy he tenido un pequeño contratiempo con el coche. El susto ha sido gordo, y nada proporcional a los desperfectos. Justo ha ocurrido lo que dije ayer que me hacía saltar de "alegría": al frenar, y eso que no iba rápido, mi coche ha patinado en un cruce, por el hielo que había, y habré avanzado unos tres metros lo menos para terminar dándome con el coche de delante. Yo he visto mi coche avanzar en cámara lenta, a pesar de haber echado incluso el freno de mano, parando en intervalos, como dicen que hay que hacer y no de golpe. Y nada. El suelo era una pista de patinaje artístico. El hombre de delante se bajó todo enfadado, y me temí lo peor. A mí me temblaban las piernas del susto, y con todo lo que tengo que hacer estos días y lo desbordada que estoy con todo, me veía ya haciendo papeles para el seguro, etc.

El hombre miró su parachoques de atrás. Había alguna marca, pero era más bien suciedad. Cogió hasta nieve del suelo para utilizarlo como "jabón" de lavar. Y como se tranquilizó y hasta se puso agradable, yo me relajé. La situación no dejó de ser cómica cuando él alabó esos coches robustos que ya no se hacen, como el suyo, un Opel Senator, con un parachoque como Dios manda, y yo le di la razón, por supuesto, ya que ciertamente yo estaba feliz de no haber topado con un parachoques monísimo como los de hoy día, del color del coche. Entonces nos dimos la mano, como despedida, y me dijo, tuteándome, como hizo todo el rato, algo inusual en Alemania: "Y ten cuidado, por favor, con el coche y el hielo, y ahora también al cruzar la calle, no te vayas a resbalar". Eso hice también, aunque por suerte no me caí, pues en la parte donde ocurrió el accidente, el suelo era una pista de hielo. Con las piernas como un flan me volví a subir al coche, acordándome de mi post de ayer. Quién me manda vaticinar sin quererlo algo así. Al menos la situación resultó ser surrealista, con el hombre mayor preocupado por mí y despidiéndonos tan amistosamente, cuando en Alemania, tocar un coche supone que venga la policía y se monte una gorda.

Pero como son masocas, la gente sigue deseando nieve para Navidad. En la radio del coche cambié de emisora cada vez que volvían a hablar de eso hoy, tras el susto. Por eso yo no brindo por la nieve, sino que brindo por Navidades pacíficas, y por mi nueva vida, como conté en clase hoy por primera vez. Les mostré el anuncio de Freixenet de este año, que me parece muy logrado, con los videos que ha enviado la gente. A mí me ha conmovido mucho todo lo que contiene en esos dos minutos y pico. Me alegro si la crisis ha servido para que dejen de darles millones a gente que no lo necesita por hacer un anuncio, y los personajes brindan por cosas tan serias como por la igualdad de oportunidades, el afán de superación, por la vida, y por más cosas bellas, y puedo decir que he logrado mostrar en clase que en nuestro país seguimos produciendo buenas ideas, que somos creativos, a pesar de lo mala que es la situación actual, y más de uno se ha emocionado, como yo. Pienso que de esta crisis actual debería salir un cambio de conducta total y absoluto respecto a todo, una mayor solidaridad de todos con todos, pero me temo que no será así. Hoy leí en algún lugar del ciberespacio que lo que el gobierno pretende sangrando a los de abajo es volver a crear la misma burbuja, y con el excedente de riqueza creado beneficiar de nuevo unos cuantos, y para los que se han sacrificado quedarán las migajas que caen de la mesa. Lo mismo que había antes.

No deberíamos dejar engañarnos por promesas que no se van a cumplir y debemos luchar por nosotros y nuestras convicciones, nuestra felicidad, y no hacerla depender de los demás. Por eso, tras preguntarles a mis alumnos que por qué brindan ellos, les dije que yo lo hago por mi nueva vida, que será en el año nuevo. Mi estado civil va a cambiar, y no ha sido ni es fácil la crisis que dura ya cinco años. La vida nos da muchos palos, como muestra el anuncio también, pero siempre hay momentos de felicidad que nos tenemos que arañar como sea, y porque los otros no tienen más talento que nosotros. De eso no cabe duda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario