jueves, 6 de diciembre de 2012

Cribas (anti)naturales

Maratón de días navideños. Mientras que en muchos países no es Navidad, salvo en el comercio, aquí estamos ya en plena temporada navideña de domingos de Adviento y otros eventos. Hoy fue otro día importante, aunque no festivo: San Nicolás. Es ese obispo de Bari, el personaje que les llena las botas a los niños alemanes de chocolates, dulces, cada 6 de diciembre, y hoy día algún regalo más gordo, por si se quedasen cortos entre calendarios de Adviento y regalos de Navidad.

Conmigo se ha portado muy bien hoy el buen señor. No me ha llenado las botas de nada, y hasta mis alumnos me preguntaron que qué me han traido, y al decirles que nada, me han mirado con pena. Una me ha traido galletas hechas por ella, y teniendo en cuenta que es una chavala de 15 años más preocupada de si lleva puesto bien el rímel o no, agradezco muchísimo el detalle. Pero yo no necesito regalos materiales y me conformo con otras cosas.

Tuve que ir al cole de mi hija pequeña, que, al estar en cuarto de primaria, se decide este curso su futuro. Lo curioso además es que está decidido ya, ahora, en diciembre, aunque todavía falte curso hasta junio, pero hoy me han dicho las profesoras que podrá ir al instituto. Aquí en cuarto de primaria, hacen una "recomendación" sobre el futuro del niño y te recomiendan llevarle al instituto o a otra escuela en la que las materias sean menos académicas y más orientadas a la práctica y a otro tipo de profesiones y no a ir a la universidad. Con nueve años te dicen "tú sí, tú no", y en la clase los críos hablan de estas cosas, creando ahora ya diferencias, con lo que queda de curso. A mí me resulta extraño que la criba sea tan pronto, pues hay niños que necesitan un hervor, y a lo mejor en dos años estarían mejor preparados, o incluso en medio año. Pero el plazo de solicitar en los colegios termina a comienzos de febrero. Todo esto es un tema que se intentó cambiar hace tres años, y los padres de Hamburgo, enfadadísimos ante tal desfachatez, organizaron un referéndum y salió que no, así que todo seguirá como en los tiempos decimonónicos, amén.

Es por eso por lo que aquí, ir al instituto es como si fueses ya ingeniero o abogado, y existe, en mi opinión una sobrevaloración del hecho de estar en un tipo de escuela u otra. Si mis hijas no hubiesen valido para estudiar en el instituo, hubiesen valido para otra cosa, y no hubiese tenido ningún problema en mandarles a las otras escuelas, pues a ellas no les hubiera hecho ningún favor metiéndolas allí porque yo quiero. Muchos niños de los que aquí no logran ir al instituto son casos de "vaguitis aguda", o peor aún, hijos de padres sin estudios. Y ahí es donde está la criba principal, pues muchos entran a base de que sus padres están encima o haciendo los deberes con ellos a todas horas. Mi hija pequeña cuenta que las profesoras se desesperan cuando ven que los padres corrigen los deberes, porque así ellas no saben cuál es el nivel verdadero del niño.

Pero esta criba es como la que hay en gimnasio al que voy, pero aquí son los horarios los que separan. Y digo criba porque el público de la mañana debe ser muy diferente al de la tarde. Digo yo. Y creo que supongo bien. Por las mañanas solo veo cuerpos desnudos de gente mayor, y trato de imaginarme la diferencia que habrá con el público que acude por las tardes o los fines de semana. Es por eso por lo que hoy, tras no haber ido dos meses (a ver, excusas: estuve enferma, falta de tiempo, pero por supuesto también, mucha "vaguitis aguda", que se apodera de la gente a la hora de ir al gimnasio), mi sopresa ha sido que ha mejorado mucho el panorama. No obstante, primero volví a sentirme incómoda porque muchos piensen que la toalla está para llevarla colgada del brazo, y pasear sus cuerpos serranos como vinieron al mundo. Lo mejor fue cuando estaba en la piscina haciendo aqua gym, cuando miro a la cúpula de cristal, y veo paseando por la terraza del tejado a un hombre en bolas. Como estábamos a tres grados bajo cero, quiero pensar que era finlandés y que habría salido de la sauna, pero dio dos vueltas y yo desde abajo, haciendo gimnasia, viendo su estética "tripa de cerveza" y el resto colgando también. Toda una visión a las 11.30 de la mañana.

Por eso, la aparición de dos hombres jóvenes, muy bien dotados, ha sido un regalo de San Nicolás. Menos mal que éste no aparece desnudo trayendo los regalos, aunque capaces les creo, por lo que gusta el nudismo en este país. Uno de los que bajaban la edad media de los que pululaban por allí no se quitó el albornoz negro ni para atrás, para mi pesar, pues emocionada estaba yo con tal regalo. Pero otro se paseó por toda la zona spa como un adonis por su casa, con su novia al lado, eso sí.

Cuánta soltura me falta por aprender en este país. Aunque asumo que con eso naces y el resto te lo inculcan. A mí me falta ese gen exhibicionista, y voy dando saltos casi los pasos que tengo que caminar desnuda. Y que no me digan que no miran, pues no es cierto. Hace meses presencié algo que me causó mucha risa. Había una chica con unos pechos espectaculares, y se metió en el jacuzzi en el que yo estaba. Caminó despacio, y como tenía todo muy bien puesto, los tíos de todo el área no dejaron de mirarla ni un segundo. Desde que entró, hasta que se salió. Y ella, no sé si lo hacía adrede, en vez de quedarse dentro del jacuzzi como hacemos todos, y más las vergonzosas como yo, y enseñar solo la cabeza, se sentó al borde al cabo de unos minutos, dejando toda su "pechonalidad" bien visible. A muchos casi se le salen los ojos.

Ahora me pregunto qué tendrá que ver esto con San Nicolás y la criba en la enseñanza alemana. Nada, por supuesto, pero en un día a mí me pasan muchas cosas. Y muchas más que no cuento, para que no me llamen exhibicionista a mí, aunque ya sé que lo soy. Ya van camino de dos años de este blog, por no hablar del otro anterior que tuve. Eso sí que es exhibicionismo puro y duro, no me digan que no. Y esto no hay quien lo pare, como dice siempre mi hermano ante eventos importantes.

1 comentario:

  1. Sorprende que la elección del futuro sea tan pronto. En España el consejo orientador se da a los alumnos al término de la enseñanza secundaria cuando los alumnos tienen al menos 15 o 16 años si no han repetido antes algún curso. Nada les obliga a seguir esa recomendación y de hecho en Bachillerato los profesores se quejan de que se les ha colado fulanito o zutanito y que no tiene nivel. Otros llegan rebotados después de haber seguido el consejo orientador por falta de plazas en otras opciones.
    Por lo demás, me he sonreído con la descripción que haces del gimnasio, lo trenzas todo con una naturalidad y un humor que se agradecen.

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