jueves, 27 de diciembre de 2012

Fiesta superflua

Qué día más absurdo me parece el 26 de diciembre, como festivo. No sé por qué ni para qué se necesita un segundo día de Navidad. Muchos me contradirán, pero los que no tenemos familia cerca, pasamos este día vegetando en casa, pues poco se puede hacer. Todo el mundo se halla reunido con los suyos, y los que no, se sienten algo aislados. Si encima llueve a mares, como lleva haciendo días seguidos, y estás malo, como yo, la sensación es de que el día es eterno y no se acaba nunca. Si además ves en la tele un tostonazo de película como "Come, reza, ama", que tampoco se acababa nunca, acabas algo confundido pues ese libro fue otro bestseller, y la peli un éxito. Julia Roberts está siempre estupenda, no cabe duda, pero ese papel de mujer que se busca así misma tras un doloroso divorcio en un año sabático en tres lugares diferentes del mundo, Roma, India y Bali, resulta uno de esos que quiere mostrar lo que quiere ver la gente. Poca gente puede darse autoterapia viviendo del cuento un año. Eso sí, las imágenes de la peli son una maravilla, aunque me ha parecido un tostón interminable. Gracias a un atracón de pipas he pasado mejor el rato. En Alemania no se comen pipas, salvo en los panes, y si acaso solo los turcos y yo. Por eso y más debo ser la única que está contenta de que sea ya día 27 de diciembre.

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