domingo, 3 de julio de 2011

El diluvio

Imagínense que es el primer fin de semana de julio, y han alquilado una casa de vacaciones en la costa y diluvia. Imagínense que quieren hacer una fiesta grande en su jardín con 50 personas o más, y están dentro de una carpa y el agua cayendo a chorros. Eso es lo que tenemos este fin de semana en Hamburgo, en el que además la ciudad está llena de turistas, según anunciaba el periódico estos días. Todos los hoteles tenían el cartelito de "completo" por el Schlagermove, ese desfile a ritmo de música electrónica que recorre el centro de la ciudad, el más grande de su género en Alemania, y al que acudieron ayer 250.000 personas. Las imágenes coloridas se deben a los trajes estrambóticos de la gente, a la que los paraguas le dieron más color aún este año para contrarrestar el cielo gris que descargaba constantemente. Además anoche tuvimos el combate del boxeo del año, para los que les interese, que son muchos, y al parecer hubo hasta palos porque muchos que habían pagado un dineral por una entrada VIP se tuvieron que quedar fuera y ver el combate en una pantalla provistos de un chubasquero. El campeón de Hamburgo, Wladimir Klitscho, repartió los puñetazos debidos y es ahora campeón del mundo. Además está al llegar uno de los barcos de cruceros más grandes que existen, el Queen Mary 2. Por todo esto y más, hay más gente de lo normal estos días en Hamburgo, y todos con ganas de fiesta y diversión. La pena no es que llueva un poquito, sino que cae agua a mares.

Yo estuve anoche en una de esas fiestas que se montan aquí en verano, que para eso tenemos muchos jardines y espacio, pero no dejó de llover ni un instante. La fiesta me pareció surrealista. En la carpa se acumulaba el agua, y hubo que poner cubos para recoger los chorros que caían, y vaciarlos de cuando en cuando. De algún lado de la carpa, y aunque estábamos a cubierto, caía agua, y más de un banco estaba chorreando. Ni aún así aquí la gente cancela nada, ni se amarga la fiesta por una lluvia "de nada", que para eso es "verano", y no vamos a dejar nada de lo que tengamos que hacer. La gente se consuela con una estoicidad digna de un hamburgués, que admite que sí, que es una guarrada hacer una fiesta en esas condiciones, pero que bueno, que para eso hemos tenido un invierno suave (eso no es verdad) y una primavera estupenda (eso sí, con seis semanas seguidas de sol, pero no por ello hemos de sacrificar el verano, que estamos a comienzos de julio!!). Luego se habla de los planes de vacaciones, y es el momento en el que a mí casi me da la risa al pensar en los que viajan por aquí arriba y que piensan que podrían tener un verano real. También me acuerdo de mi amiga española, que ya huyó según empezaron las vacaciones escolares el jueves, y a la que le fastidia enormemente si en las semanas que está fuera de Hamburgo hace un tiempo maravilloso. Estoy por mandarle un correo y tranquilizarla, y decirle que se quede tranquila, que todo marcha viento en popa: diluvia, y de seguir haciéndolo en las próximas 6 semanas, a lo mejor, en agosto, cuando volvamos y empiece el colegio el día 11, podremos disfrutar de alguna semana soleada, antes de que continuemos con el diluvio otoñal. Y yo he empezado a preparar las maletas, y estoy sacando del armario vestidos de verano, bikinis y chanclas, con unas ganas...

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