viernes, 4 de abril de 2014

Ya no sé ni qué título poner

Hoy me contaba mi peluquero una gran verdad: hay mucha gente que va de gente fina pero que en su interior son rudos, faltos de toda sensibilidad moral y gente humilde que en su interior son finos como unos grandes señores. Algo así les ocurre a gente como Esperanza Aguirre y a muchos de los suyos. Paran en plena Gran Vía en el carril bus para coger dinero del cajero y como la multan resulta que la "retienen" y se va llevándose por delante la moto de un policía que la "entorpecía". 

Tras su patéticas declaraciones de hoy, que no voy a comentar pues todos ustedes las habrán oido, cabe preguntarse si gente como ella, que considera todo tipo de acercamiento a las fuerzas del orden en manifestaciones como algo peligroso, por no hablar de los que se acerquen al congreso o a cualquiera de ellos salvo a jalearlos, está en su sano juicio.

Pero esta señora se ríe de que uno de los policías involucrados tuviese ansiedad después del incidente. Para eso ella se ha quedado tan pancha y no asume ninguna culpa. ¡Que aparque cualquier ciudadano en el mismo lugar que hizo ella ayer y haga lo mismo que hizo ella después! El final hubiese sido otro.

Mientras España siga gobernada o representada por políticos tan patéticos que siguen pensando que la ley está para los demás, pero no para si mismos, estamos apañados. Mientras nadie se responsabilice por nada, seguiremos teniendo gobernantes y políticos caciquiles que hacen y deshacen la ley como a ellos les conviene y campan a sus anchas por las villas y pueblos como si fueran hombres y mujeres de la época feudal. A mí me parece increíble que día a día se superan y como muchos siento rabia y a la vez miedo de que nada cambie.

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