En Alemania el uno de abril es el día de las inocentadas, y a mí me han pasado hoy dos. La primera es que me he despertado a las 7.43 de la mañana, toda descansadita, sin despertador, con lo cual la evidencia era que nos habíamos dormido. Tras saltar de la cama, hemos batido todos los récords en tiempo de prepararnos y mis hijas han salido de casa y han llegado al colegio a las 8 en punto. Lo bueno que es vivir cerca del instituto...
Pero por si no fuese suficiente, me han puesto una multa al volver a casa al mediodía. Pero una a bombo y platillo. Normalmente te hacen la foto, y pa' casa, pero hoy tras hacerme la foto, he circulado unos cien metros más, y me han hecho salir hacia un aparcamiento que hay de un parque en un lateral, me han hecho aparcar y subirme al furgón policial. He tenido que mostrar todos los papeles: el carné de conducir, los del coche, y el carné de identidad. Iba a 62 km/h en una calle en la que hay que circular a 50 km/h. Uno de los policías me ha dicho que me reducía el "detalle" a 60 km/h, pero que si quería podía alegar algo o que podría recurrir por escrito. Le contesté que no tenía nada que recurrir, salvo que por esa calle paso mil veces a la semana, y que la conduzco con los ojos cerrados. Parece que les hizo hasta gracia, pero la multa me la cascaron igual. La situación fue genial, una de esas que tanto le gusta al orden en Alemania para demostrarte lo que es la ley y que tú la has cagado, y que razón no tienes ninguna.
Así que me vine para casa, pensando que ciertamente era un día especial. Por suerte el resto del día no me ha proporcionado más bromitas, salvo las de los días normales. Pero es que la gente está de lo más ocurrente. Antes me contaba en clase una alumna que a su marido los compañeros de trabajo le han hecho una llamada como si fuesen de la Cancillería de Merkel, pidiéndole dar un discurso. Y mi hija pequeña, otra ocurrente en sí, ha organizado que se cambiasen con otra clase, por lo que al entrar la profesora que tocaba, se encontró con un cambiazo completo de clase.
De momento nos queda todo el mes de abril, pero lo peor ya pasó. No me lo van a robar, como a Sabina.
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