domingo, 5 de enero de 2014

El futuro ya está aquí

Existe en Alemania una costumbre curiosa en Nochevieja: se funden figuritas de plomo sobre una cuchara que se pone sobre la llama de una vela. Al derretirse la figura, se vierte el plomo fundido en un recipiente con agua fría y se formará algo cuya forma hay que descifrar con ayuda de las aclaraciones de una hojita para predecir el nuevo año. Como mis hijas han vuelto hoy, lo guardé para hacerlo con ellas, teniendo en cuenta que en 24 años en Alemania solo lo había hecho una vez con amigos. Y hemos comenzado el año juntas así, leyendo el futuro a carcajadas, pues muchas formas eran indescifrables, y si nos poníamos de acuerdo, en la hojita no había explicación para esa forma. Por suerte hoy día está todo en internet y mi hija pequeña empezó a buscar lo que nos faltaba.

Volvemos al cole y a la rutina mañana mismo. Aquí no hay joche mágica de víspera de Reyes sino poca gana al pensar en la vuelta a los madrugones y a la tarea diaria. Mañana quitaremos el árbol, algo que nos da siempre pena. Guardamos la decoración que con tanto esmero hemos acumulado a lo largo de los años con la sensación de que no somos nadie.

Llama la atención que en un país tan racional como Alemania exista ese rito de verter el plomo fundido y descifrar lo que nadie sabe si será o qué será. Sí que sabemos que mañana a las siete sonará el despertador, y será el rito diario, otro año más. Por otra parte, vendrá bien purgarse de tanta fiesta, comilona y excesos, así que buenas noches, que les traigan muchas cosas los Reyes Magos. Aquí no nos traen ni carbón, así que imagínense.

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