El tipo me dijo que de eso nada, que me fuese yo a comer fuera de la carpa pues no ponía en ningún cartel que no se pudiese fumar. Le dije que eso no hacía falta, pues se sobreentiende, y que si no tenían respeto a nadie, y menos a niños que están comiendo tragándose los humos. Le llamé incívico, que fue lo que más natural me salió. Seguimos comiendo y al cabo de un rato nos dimos cuenta de que habían parado de fumar. Mi hija mayor fue muy aguda cuando me dijo que le había llamado lo peor que se le puede decir a un alemán: asozial. Y le dije que es cierto. En España nadie se enfadaría si le llamasen incívico, pero para un alemán es un insulto muy gordo. Viviendo entre normas y reglas por todo y para todo, nada peor te pueden decir como insulto como que estás fuera de la sociedad y eres perjudicial para ella. A nosotros españoles eso nos la trae al fresco, pero no si mencionan a nuestra madre o a los nuestros, y nos insultan simplemente como individuos "únicos", perdemos los nervios.
La respuesta suya de que no estaba prohibido y que por eso lo hacía demuestra este comportamiento, mientras que un español no necesita prohibiciones si quiere hacer algo. Lo hace y punto y encima maldice a la madre del que le diga algo.
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