martes, 31 de diciembre de 2013

Ritos y puentes

Hoy he cumplido con un ritual de Nochevieja. Bueno, lo he hecho hoy por tercera vez, pero los ritos son aquéllos que nosotros decidimos que lo sean, porque ese mismo día cada año nos apetece hacer lo mismo. Me he ido al mercado más bonito de Hamburgo, el Isemarkt, que tiene lugar los martes y los viernes entre dos paradas de metro, bajo el puente, y que es una delicicia para todos los sentidos. Estaba lleno, pese que en Nochevieja faltan puestos, pero no clientes. En Alemania sabes en cualquier mercado la fecha en la que estamos con mirar lo que venden. Hoy había Berliner por todas partes, esos bollos tipo donuts rellenos de mermelada roja que se venden todo el año, pero en Nochevieja rebosan fantasía y color: ahora los hay rellenos de Baileys, licor de huevo, todo tipo de compotas, o les ponen azúcar de colores por encima o grageas de chocolate. Es día de raclettes y cenas con montones de apertivos, ahumados y miles de ideas más. 

Otro rito es que las últimas Nocheviejas sean soleadas, y la verdad es que se agradece. Hoy ha hecho un día que parecía sacado de una postal de Nochevieja, con un cielo azul que daba gusto verlo, tras un mes de lo más gris. A mi me parece en cuanto empieza el nuevo año que los días ganan en color, tras los oscurísimos noviembre y diciembre. Cambia la percepción, aunque no la realidad, pues ésa, hasta finales de enero, con días algo más largos, no comenzará a notarse.

Cierro otro año más de blog, que no ha sido de mis más prolíficos, aunque nunca he pretendido que este blog sea cosa de la cantidad de entradas. Me falta el tiempo, y a veces las ganas de descanso le pueden a las múltiples ideas, que terminan por quedarse en mi cabeza y no por salir, como hacían más antes. Ha sido un año de cambios e hitos importantes, uno que recordaré siempre. La vida da tantas vueltas que cuando empieza un año no sabes cómo vas a estar a finales del mismo. La Nochevieja pasada yo no sabía que iba a terminar viviendo al lado de un puente, curiosa coincidencia, y hoy, cuando iba al mercado lo miré contenta. Podría haber sido mucho peor... 

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