miércoles, 18 de diciembre de 2013

Listas

Aunque no lo parezca, en Alemania llevamos a la fecha que estamos de diciembre mucha Navidad a cuestas. Ya pasaron tres domingos de Adviento con toda la parafernalia que eso implica: corona de Adviento con una vela para cada domingo, galletitas, mercados de Navidad, calendarios de Adviento, fiestas escolares, conciertos... Y hoy llegó el último día de colegio de este año, yo di mi última clase ayer, me tomé el viernes dos vinitos calientes (mi récord en 24 años) en un mercado de Navidad, y hoy hemos puesto el árbol en mi casa, saltándonos todas las normas tradicionales. En Alemania hasta el día 24 no se pone el árbol, pero yo adapto las reglas a mi criterio, porque así no me desbordo, como hace la mayoría, al preparar los tres días de fiesta, que son la Navidad en sí: Nochebuena, Navidad y el segundo día de Navidad, pues aquí son dos. Yo prefiero desbordarme por otras cosas pero no por la Navidad. 

Sigo pensando que nada más absurdo que los ritos, pues si fueran lógicos, en todo el mundo se haría lo mismo. Así que en España tenemos el turrón, y aquí otros dulces muy diferentes; aquí se regala el 24, y en España el día 6; nosotros celebramos la Nochebuena por la noche, como el nombre indica, y aquí por la tarde, para que cunda más. Pero al fin y al cabo la ilusión de los niños es la misma, la alegría por la espera. En Alemania los niños abren día a día del 1 al 24 de diciembre un regalito o chocolate de su calendario de Adviento. Van trabajándose día a día esa espera, y de vez en cuando, mis hijas lamentan que se acerque la Nochebuena, que es cuando en realidad termina todo, aunque comience y reciban los regalos suculentos. Pero no, esas pequeñas cosas cada día les llenan más. El día 12, al pasar el Ecuador de su calendario, se apenaron, porque la ilusión diaria llena más que un atracón en un solo día. Un calendario de Adviento es como la propia vida: de qué nos sirve ser felices un día, si el resto no tenemos ilusión. Es más importante tener alegría a diario que participar en una gran fiesta un solo día. Por eso, disfrutemos de la "alegría por anticipado", die Vorfreude, esa palabra tan alemana de la que escribí una vez. Todavía quedan 6 días de calendario de Adviento, eso es lo importante, y el resto llegará en su momento.

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