viernes, 1 de noviembre de 2013

Hasta los muertos celebran

En el norte de Alemania pasa sin pena ni gloria el día de Todos los Santos. La gente del norte es demasiado racional con el tema de la muerte, y con todo, y jamás he oido a nadie decir que iría al cementerio un día como hoy. Así que hoy hemos trabajado y funcionado como en un día normal.

Pero puestos a celebrar algún rito para el día de hoy, me quedo con el estilo mexicano. Los mexicanos celebran los días 1 y 2 de noviembre el Día de Muertos, y la palabra "celebrar" tiene todo su sentido de fiesta. No es nada triste sino todo lo contrario. Se adornan las tumbas con flores de colores, en las casas se ponen altares con cosas del muerto, se preparan banquetes y se les pone un sitio a los muertos, y se les sirve comida. La gente cree que ese día se vuelven a reunir con sus muertos, y celebran el reencuentro. En los cementerios festejan, comen, bailan.

Hasta hace poco yo desconocía esta tradición, pero aparece en los métodos de español como lengua extranjera, y el folclore y la idea detrás de esta celebración me sorprende a mí igual que a los alemanes en mis clases. Yo les explico lo que se hace en España el día de Todos los Santos, para luego leer todos juntos lo que se hace en México. Las imágenes no podrían ser más coloridas, y los esqueletos que utilizan como adorno, en vez de dar miedo, parecen divertirse igual que los demás. Los visten de colores. Las calaveras parecen también pasárselo en grande, y también las hay de chocolate para los niños. A mí particularmente me encanta la idea del "reencuentro" y de pasar unas horas "juntos". Qué manera más agradable de cargar las pilas con los seres queridos que fallecieron.

Sin embargo, leo ahora, Halloween es una amenaza para la fiesta y proliferan cada vez más los que se disfrazan y celebran la fiesta importada americana, en vez de el Día de los Muertos. A mí me sigue pareciendo de lo más absurdo celebrar Halloween fuera de EE.UU. Pero vivimos en un mundo simplón en el que tenemos que vivir todo, no sea que nos perdamos algo. Por eso, observo también con desagrado que la Fiesta de la Cerveza de Múnich empieza a celebrarse en cualquier parte. En España proliferan ya bastantes, y en cualquier otro país europeo también. Lo siguiente a exportar y explotar serán los mercadillos de Navidad alemanes, o si no al tiempo. Ya vi el año pasado en Londres mercadillos al estilo alemán en los que vendían "Bratwurst", las salchichas, y "muld wine", el vino caliente con especias.

Por eso espero que Halloween no les fastidie a los mexicanos su fiesta, con lo original que es, pues cada vez es más difícil conservar la exclusividad de los festejos, pues de lo que se trata es de ganar dinero como sea, así que como se enteren los chinos, empezarán a producir esqueletos de plástico para todo el mundo, si es que no lo hacen ya. Con los adornos de Halloween ya lo han conseguido. De momento el reconocimiento de la Unesco del rito como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad es un logro. Y hacer de algo tan negativo algo tan alegre es otro.

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