Tras la pérdida del título hubo opiniones para todo, críticas por dejarse ir un título así y aplausos por no haberse dejado chantajear. La ciudad ha estado desde entonces dividida en dos frentes. Ayer celebraron todos la inauguración y hoy han circulado los primeros coches.
Y hoy, mientras leía la noticia, estaba liada la obra del siglo delante de mi casa. Durante 9 semanas van a arreglar un cruce por el que a diario pasan 59.000 vehículos, nada menos. Si tuviésemos título de la Unesco, lo perderíamos también. Los atascos en todas las calles de alrededor, ya el primer día, han sido como para construir veinte puentes sobre el río Alster, que pasa por aquí, y nos tendremos que aguantar.
En octubre iré a Dresden y veré el puente famoso en persona. Y a la vez me van a arreglar el puente a la puerta de casa. Los puentes siguen siendo noticia, en casa y fuera.
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