Se celebraba una recepción para los nuevos alemanes de esta ciudad. Yo me imaginaba un evento solemne en el que todos y cada uno de los agraciados recogeríamos de manos del alcalde algo o le estrecharíamos la mano. Pero claro, éramos demasiados y a mí me dieron el "título" en marzo. Así que solo leyeron el nombre de unos cuantos y a esos se los dieron en persona. Era un grupo muy mezclado con nuevos alemanes de todos los continentes. Como curiosidad había un suizo que se ha hecho alemán. Al mencionarse la nacionalidad suiza de la persona que subía a recoger su papel oficial, hubo un clamor general. No sé si a los suizos se les permite tener la doble nacionalidad pero ser suizo y alemán a la vez es la leche. Es como ser extremeño y andaluz a la vez, o vasco y catalán. No sé si me explico. O renunciar a lo uno para ser lo otro. La bomba.
Como nota "humana", presenciamos la naturalización de una madre con su bebé. Al pequeñín el alcalde le dio el documento de "alemanidad" en persona, e incluso cogió al niño en brazos. Hubo fotos de la escena. Como soy muy mala, recordé al instante que en un mes tenemos elecciones y el evento de hoy no deja de estar cargado de toques electorales.
Y como a mí no me dio la mano el alcalde de por sí mismo, hubo que ir a buscar el apretón de manos y la foto. Es que una no se hace alemana todos los días. Y vaya si se lo di. No le dije que no es seguro que tenga mi voto, aunque me cae bien el tipo, pero no se trata de eso. Es que todavía tengo que reflexionar sobre a quién le daré mi primer voto como alemana, y pon un pasaporte no está nada decidido en mi caso.
La nota surrealista vino dada cada vez que en los discursos nos daban la bienvenida. Yo voy camino de los 24 años por aquí... Así que más vale tarde que nunca. Pero en lo que no me había parado a pensar es que ahora somos hamburgueses, tal y como repitieron. Antes no, parece, digo yo. Bueno, tampoco yo me he sentido como tal nunca, pero de repente soy una, me dicen.
Haremos lo mejor que podamos de todo esto. Nos han dicho en los discursos que no nos vamos a arrepentir. De eso estoy segura, y no porque me lo digan.